MANUEL VALERA
Ediciones Evohé, 2012
La
última maravilla de Alicia, de Manuel Valera, nos trae una
historia maravillosa, y hago uso de las varios sentidos que tiene este
adjetivo.
Respecto al argumento,
este es un poco difícil de explicar sin tener en cuenta muchos de los aspectos
que conforman la historia y que, a la vez, pueden destriparla. Pero lo voy a
intentar, queridos posibles lectores, para que os hagáis con él y os
maravilléis tanto como yo. La última maravilla de Alicia nos cuenta la historia
de Isaías, un joven —al parecer poeta— que se encuentra un poco perdido en
cuanto a su vida. En un viaje en tren (así es como empieza la novela) tiene un
encuentro fortuito con una extraña y cautivadora muchacha que se llama Alicia y
dice ser, nada más y nada menos, la Alicia de Lewis Carroll. A partir de
entonces, Isaías vivirá la vida desde una perspectiva distinta.
He de decir que no
conocía a Manuel Valera pero me ha encandilado. Su forma de contar es bellísima
y cada una de las páginas de esta historia —o cuento, si queréis— está
impregnada de magia: la magia que desprende Alicia, la de los personajes y
referencias a Lewis Carroll, la del encuentro y desencuentro, la magia
maravillosa del amor y de la búsqueda. Y es que nuestro protagonista se pasa
los días desde su encuentro con Alicia buscándola. Y esa búsqueda me ha
recordado mucho a la de Horacio Oliveira, el cual se vuelve loco buscando a su
Maga. Y es eso también lo que le ocurre a Isaías, porque en realidad no está
buscando solo a su amor, que es Alicia, o que puede no serlo, ya que es posible
que exista o que esté solo en su imaginación, sino que también es la búsqueda
del sentido en la vida, la búsqueda de uno mismo, la del más allá de las cosas
que nos rodean.
A lo largo del cuento
van apareciendo personajes de Alicia, así como otros personajes que fueron
reales y que ahora se introducen en la ficción que crea Isaías —y Valera, a su
vez—. Es el caso de la charla —tan amena y reveladora— que mantienen R. L. Stevenson y nuestro querido protagonista, y
de la que voy a dejar alguna huella para que disfrutéis:
“La ficción es para el
hombre adulto lo que el juego para el niño: ahí es donde altera la atmósfera y
la tendencia de su vida”, señala Stevenson en una de sus intervenciones.
Y en otra: “Yo sigo
creyendo en la decencia última de las cosas”.
Y así, poco a poco, con
una prosa poética llena de belleza, que nos hace ver las cosas desde el punto
de vista de la sensibilidad de Isaías, vamos andando de la mano con él en su
búsqueda por deshacerse de todo lo que en realidad no es importante, de aquello
que no hace feliz, de romper con los horarios y las reglas… Isaías ansía
deshacerse del miedo que tiene y desea no ser uno más de esos que se levantan a
las cinco menos cuarto de la mañana para ir a trabajar.
En la segunda parte del
libro presenciamos la locura —o quizá razón— a la que cae Isaías al sentir que
Alicia no va a volver. Como consecuencia de sus faltas reiteradas al trabajo y
de acudir a la reunión disfrazado de As de Corazones, se le convoca a un juicio
(recordáis el de Lewis Carroll, ¿no?) en el que la ironía llega a su culmen y
desemboca en una resolución sabia por parte del juez: por una vez, ha vencido
la locura de la fantasía —pero también de la razón, de la nuestra en la
intimidad y en nuestro yo interior— frente a la realidad, tan mortífera como lo
ha sido siempre con Isaías.
Y una vez ha conseguido
vencer a esa realidad y deshacerse del miedo, es hora de viajar al lugar que
veía en sueños, donde tal vez encuentre a su Alicia. Pero eso ya os lo dejo a
vosotros, lectores.
La
última maravilla de Alicia
es un cuento repleto de metaliteratura, magia, fantasía, poesía en cada una de
sus páginas. Es una alegoría sólidamente construida sobre el acontecer diario
del ser humano mojado por la rutina de reglas, creencias y actitudes que parece
que se tengan que seguir. Isaías es el símbolo de aquel que —no sin miedo al
principio, por supuesto— abre su mente, deja volar su imaginación y plasma su
yo interior en esa realidad cotidiana.
1 comentario:
Has despertado nuestra curiosidad. Gracias por presentarnos la novela.
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