19 febrero, 2013

EL EXODO


JOSUÉ EL ERRANTE

MERCEDES PINTO MALDONADO


Josué el errante nos relata la dilatada y escabrosa vida de un judío que huye de Alemania a los diecinueve años, en los albores del nazismo, empujado por un amor imposible.

Educado en un ambiente judío ortodoxo, Josué necesitará sobrevivir a las situaciones más extremas como garimpeiro en África del Sudoeste para comprender que, más allá de culturas y religiones, existe el valor de la amistad. Kuaima, un nativo himba huido de la tiranía de su colono, y Carlos, un diplomático español que ha escapado del absolutismo religioso de su esposa, serán los amigos que le acompañarán.
 
Abandonará a su familia en los peores momentos, traicionará a sus amigos, olvidará sus orígenes. Y todo por un valioso diamante que no sabe si tendrá destinatario.

«Me llamo Josué, hijo de Aarón y Sara, los seres más honrados que he conocido jamás. Nací en Londres, el 14 de septiembre de 1912, en la vivienda que se encontraba justo encima de  la sombrerería propiedad de mis abuelos maternos»

De esta forma se presenta el protagonista de esta novela, Josué, una historia narrada en primera persona desde su vejez porque sentía cómo a sus años sus facultades iban mermando y tenía claro que su final estaba próximo pero antes quería desahogarse escribiendo en sus memorias el testimonio de su dilatada y escabrosa vida. Una vida que comienza en Londres, en el seno de una familia judía ortodoxa. Pero su padre se cansó de la sombrerería y decidió marchar con su familia a Essen. El relojero Jeremías Rabinovich le había ofrecido un trabajo en la granja. La vida de Josué iba a cambiar desde aquel momento sin que él lo supiera, una vida que estaría marcada siempre por un nombre: Abigail.

Pero con el paso del tiempo veía cómo a Abigail le tenían preparado otro futuro. Un futuro en el que él no estaba presente. Las costumbres que le rodeaban eran muy rígidas. Su vida giraba en torno a la sinagoga, el Sabbat, el Talmud o la Torah. Josué se sentía preso de esas costumbres, que le hicieron ver que esa unión con la mujer a la que tanto amaba iba a ser imposible. Jeremías Rabinovich ya le había encontrado un marido que le diera un futuro mejor para su hija. Este fue un duro golpe para él y tomó una decisión.

 Hizo ver a sus padres cuáles eran sus planes. Tardaron en asimilarlo pero finalmente accedieron. Su periplo había empezado. Un periplo que duraría más años de los previstos. Pese al compromiso de la mujer que amaba él quería demostrar a todos que podía hacerla feliz y  volvería para recuperarla.

Josué el errante es una novela dividida en diez partes, que corresponden al largo recorrido que le llevaría hasta conseguir su ansiado sueño. En Essen embarca en un buque, el Woerman, que lo llevaría hasta su destino, Africa del Oeste —hoy Namibia— donde iba a trabajar como garimpeiro en el río Orange. En el buque conoce a uno de los personajes que más iba a influir en su vida, el diplomático español Carlos Ladrón de Guevara, que huía de su Madrid y de la beatitud de su santa esposa.

En África del Sudoeste conocerá la difícil vida de los garimpeiros, que pasan todo el día en el río Orange buscando diamantes. Una vida muy dura en la que nadie es amigo de nadie. Pero Josué conocerá a Kuaima, un nativo bantú, de la tribu himba,  que se había escapado de la granja donde trabajaba, víctima de la mano dura de su amo y harto de las vejaciones que sufrían los suyos. También se encontrarían con Juan, otro español del Sacromonte granadino.

Mercedes Pinto Maldonado construye con gran acierto una historia preciosa que nos sumerge en una época difícil pues comienza nada más finalizada la Primera Guerra Mundial y abarca gran parte del siglo XX. Comienza en una época convulsa, donde iremos conociendo la ascensión del nazismo al poder, encabezado por Hitler; seremos partícipes del estallido de la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo ambos conflictos son tocados un tanto de soslayo pues los hechos están narrados desde el punto de vista de Josué pero a él tal vez le corresponda una de las tareas más ingratas una vez finalizado el conflicto. A su regreso a Essen se involucra en ayudar a aquellos que de un modo u otro habían sido víctimas del holocausto. Josué trataba por todos los medios de ayudar al rabí Berkovitz a hacer justicia y a trabajar en El libro de la memoria para que nunca se olvidase lo que había sufrido su pueblo.

Los personajes de Josué el errante están trazados de manera que parecen de carne y hueso pues actúan como tales, como personas que sienten y padecen igual que un ser humano. Con pocos rasgos se nos presenta a unos hombres y mujeres a los que vamos conociendo perfectamente. Nos hacemos una idea de Kuaima, el nativo que había padecido la violencia de sus superiores pero que no guardaba rencor. Al contrario, era una persona comprensible y que procuraba ayudar a sus amigos. Entre los tres, Carlos, Josué y Kuaima se había establecido un vínculo de unión inquebrantable. Kuaima les abre a los dos hombres blancos su corazón, les hace partícipe de su secreto. Hasta tal punto confiaba en ellos que, pese al riesgo que podían correr, los lleva consigo para que conozcan a su familia. Carlos, con su manera peculiar de entender la vida, siempre estaba ahí para lo que hiciera falta y Josué fue quien mejor lo conoció. No creía que detrás de aquel hombre amante de las juergas, desprendido y mujeriego había en él un verdadero amigo. Josué quizás era el más débil de los tres, pero con el tiempo iría madurando. Se haría un hombre sin darse cuenta. Y todo era por la única obsesión que tenía: encontrar el diamante que le hiciera recuperar a Abigail.

Pero a medida que transcurre la novela vemos cómo Josué siente una angustia interior porque se pregunta muchas veces si ha hecho lo correcto. La duda aflora en él en más de una ocasión. Por un lado pensaba que tenía que escapar de las ataduras que le ahogaban por no comprender cómo entendían la vida sus seres queridos pero por otro quería ser libre y demostrarles que no era tan débil como ellos pensaban y así poder recuperar lo que él consideraba suyo.

Josué el errante es una novela que me atrapó en su lectura desde el principio. El fondo histórico de la misma irá complementada con ingredientes como aventura, amistad, amor, avaricia, traición, intriga y también habrá lugar a la reflexión: las conversaciones que encontraremos sobre la religión, la amistad o las dudas que tienen los personajes sobre su actuación en la vida, si fue por egoísmo o qué motivo condujo a Josué a tomar el camino que eligió. Kuami, Carlos y el rabí Berkovitz le harán ver a Josué cómo salir de esas continuas incertidumbres que él tiene.

El estilo fluido de la narración, un vocabulario fácil de asimilar y un perfecto equilibro entre las descripciones y el diálogo directo entre los personajes hacen que recomiende Josué el errante para su lectura. 

Francisco Portela

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