28 enero, 2013

MIRANDOSE AL ESPEJO


LOS ESPEJOS TURBIOS

RAFAEL MARÍN



Un asesinato, en pleno Cádiz, que no tiene misterio pues se sabe la autoría del mismo y sólo es preciso investigar el móvil y la identidad de la víctima. Será esa investigación la que marque el hilo argumental de la novela. Usando la técnica de novela policíaca tradicional a la que se han cambiado los elementos aunque en el fondo es el mismo juego.
En el prólogo se habla sobre un noir cañí, no estoy de acuerdo con ello, es un noir, eso sí, pero no cañí, más bien lo consideraría un noir gaditanni y de esa procedencia lo debe todo. Será una novela policíaca, negra o como se quiera, pero gaditana al máximo. La ciudad, los personajes, la propia idiosincrasia de su gente, su propia manera de pensar y sobre todo de actuar, incluso su humor que destila por toda la novela, todo es gaditano. Es más me recuerda a una frase de una bulería de un señor que en un Triptico Flamenco le dedicaba un LP a Cadiz y decía “esa gracia fina que tienen en Cai...”
Me sorprende encontrar a semejante autor, no había leído nada suyo, un pedazo de escritor, con todas las letras. Tiene un estilo muy propio, tan personal que es inconfundible, una magia muy propia para describir situaciones, una visión crítica de su entorno y una mirada muy aguda sobre el género humano, sirva como ejemplo:
“......no era una rebelde familiar porque el mundo la hubiera hecho así, sino porque quería hacerse un mundo de otra forma, y seguro que había aprendido pronto cuáles son los resortes que mueven ese mundo, tan sencillo como que todo pasa por la bragueta y por la entrepierna.” Pag. 192.
La novela tiene tintes muy clásicos, el autor parte de lo tradicional y luego lo pasa por el tamiz de su entorno, Cadiz y puro Cadiz, le suma otro poquillo de guasa de aquellos lares y para completarlo le añade esa mirada tan personal hacia todo y todos lo que nos rodean, dando un cóctel muy sugerente, plagado de diversión, pues no hay un momento que no te provoque una carcajada o una sonrisa, repleto de localismos, tan bien hechos y elaborados que las explicativas definiciones del final no son precisas, en lugar de excluir acaban por formar parte de tu vocabulario, de lo que doy fe personalmente.
Un buen ejemplo de esos toques clásicos con pizquita gaditana:

“Aprovechó entonces Torre para cambiarle el agua al canario y, en aquella postura, mirando la pared de cerámica con dibujitos de barcos y diosas griegas, un andoba se le acercó y le susurró al oído que tenía anfetas, coca, éxtasis y crack, que si le interesaba. Torre se subió la cremallera, se arremangó las mangas, se volvió hacia el nota y le dio dos hostias y lo tumbó de espaldas. Lo cogió en vilo, lo sentó en la taza de uno de los váters y le sacó de los bolsillos del chaqué las papelinas y pastillitas y las tiró por el desagüe. Luego se lavó las manos y lo dejó allí, con una mosqueta enorme en la nariz que le estaba poniendo perdida la camisa con chorreras, como si tuviera claveles brotándole a la altura del pecho. Normalmente a Torre le importaban tres carazos que la gente se drogara, se pinchara, se diera por el culo o se dedicara a coleccionar sellos, pero le entró de pronto esa picá, se le había acabado la paciencia, se le había puesto mala leche y no sabía por qué, exactamente.” Pag. 161.

La novela no sólo es divertida y está bien escrita, sino que es interesante por mucho de lo que dice. Una vez comienzas, en eso tienen razón en el prólogo, apenas puedes dejarla y la terminas si no de una sentada de dos.
La editorial Ajec no había hecho acto de presencia en el género policiaco y hay que darle la enhorabuena, porque es apuesta arriesgada, en busca de la calidad y sobre todo atrevida, no sólo por los tiempos que corren, sino por editar un libro que evidentemente gusta al editor. Algo que tiene mucho mérito. Su entreé en el género ha sido de categoría y le rogaría que prosiguiera editando este tipo de novelas y de esta forma, los amantes del género negro se lo agradecerán.
Recomiendo fervientemente esta novela. Es un soplo de aire fresco a la novela negra nacional, ya de por sí de alto nivel, y que esta obra lo eleva un poco más. No me hago a la idea de nadie que no sea capaz de disfrutar esta novela, es más, arriesgaría a decir que gustará a casi todo el mundo. No lo duden, recordarán esta novela si no por su contenido o por su trama sí por su sabor salino y el olor a Cádiz.
Ha sido todo un placer tener la posibilidad de reseñarla.


Sergio Torrijos


DATOS TÉCNICOS:
282 páginas
ISBN: 978-84-15156-45-13
 EDITORIAL: AJEC
Fecha de publicación:  2012



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