Taria
de Nicolás, como ya nos tiene acostumbrados, nos envió esta reseña a opiniondelibros@gmail.com. Nuestro más
gentil agradecimiento por su aporte, como siempre.
Levon es un muchacho que
destaca en todas las asignaturas del colegio, especialmente en Arte, pero que,
sin embargo, no acaba de sentirse integrado en su entorno. Una noche, mientras
duerme en su habitación, recibe una sorprendente y fantástica visita que
cambiará su forma de ver la vida por completo. A partir de ese noche, el chico
viaja a mundos inverosímiles donde curiosos personajes le relatan historias
cuyo profundo contenido le servirá de aprendizaje para enfrentarse a un destino
crucial que aguarda en su realidad más cercana.
Iván Borja Hernández es
capaz de desnudar en esta novela, con una asombrosa sencillez, los
aspectos más reprobables de los seres humanos y a la vez mostrarnos cómo
uno puede enfrentarse a ellos. Y lo consigue haciendo gala de un estilo pulido
y directo; los elementos descriptivos no suponen nunca una carga, muy al
contrario, son herramientas que construyen hacen una historia muy visual. Hernández
propone una narrativa absorbente alejada de convencionalismos, ofreciendo un
espíritu transgresor, provocador e imaginativo.
El consciente novel representa
un canto a la esperanza, como queda de manifiesto con la significativa
intervención de uno de los personajes fantásticos: “Nunca dejes de hacer cosas
diferentes. Nunca dejes de buscar motivaciones. Sé consciente de todo lo que
sucede a tu alrededor, descubre, toma decisiones y asume responsabilidades”, le
dijo la sombra antes de desaparecer.
Una obra enfocada a
público joven y adulto, al que proporcionará entretenimiento de calidad, ese
que sólo destilan las historias con enseñanza. El consciente novel es una de
ellas.
Muchas
gracias.
¡Saludos!
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