JAVIER TAZÓN RUESCAS
Ed. Kattigara, 2011
Esta obra es una
variada combinación de aventuras marineras, historia, geografía, y biografía.
Pero, ante todo es una novela. Y no sólo por la forma, sino porque mezcla, como
en una marmita cociendo diversos ingredientes, ficción con realidad. En la vida
de Juan de la Cosa hay etapas más bien oscuras, como son los años de infancia y
juventud, adiestramiento y primeros viajes. Imaginar esos años es el tema de la
presente novela.
Juan de la Cosa,
como es bien conocido, fue el cartógrafo que dibujó el primer mapamundi
conservado en el que aparece el continente americano, en 1500. Pero no sólo fue
cartógrafo, sino que aunó esa facultad suya para el dibujo con la llamada del
mar. Proveniente de familia de navegantes y constructores de barcos, este santoñés universal salta a la historia al acompañar a Colón y a
Ojeda en sus viajes trasatlánticos. Esa
parte de su vida es narrada por el autor de este libro en una novela anterior, El cartógrafo de la reina (2010).
Ambas tienen la forma de unas memorias, en las que el cartógrafo y al final su
escribano, López de Haro, dan cuenta de la vida y aventuras de este personaje.
Pero antes de
esos viajes, realizó otros, acompañando a los balleneros cántabros por las
rutas gélidas y oscuras del gran Norte. Javier Tazón imagina y describe esos
viajes, como describe la educación del joven Juan, el escenario donde vive sus
primeros años y la familia que lo rodea y acoge, así como las familias
enemistadas con la suya ―las luchas de poder―y los problemas que derivan de
esas rivalidades. Aprovecha en esta narración el autor, para explayarse sobre
un tema que quizás sea poco conocido
para los que no vivimos en la cornisa cantábrica.
Que dispongamos
de pocos datos no quiere decir que no los hubiera, o los haya. Los navegantes
cántabros y vizcaínos, así como los gallegos, han sido los que tradicionalmente
han recorrido las rutas del Norte:
Irlanda, Islandia, Terranova…en busca de bacalao y de ballenas, principalmente.
Y el comercio con todas esas tierras nórdicas. Pues bien, de todos esos viajes,
las leyendas y la realidad, lo imaginado y lo vivido, es de lo que nos habla el
autor, poniéndolo en boca del propio
Juan de la Cosa. Imagina además, su infancia, las luchas entre las familias
eminentes en Santoña, ciudad natal del protagonista, la terrible muerte del padre, las actividades del abuelo, que se
ocupa de la formación del futuro cartógrafo y navegante. Todo ello, como aclara
el autor en una nota final, está novelado como bien pudiera haber sucedido,
mezclando personajes reales pero sin constancia de la relación directa con el
joven De la Cosa.
Conocemos así a
los amigos de infancia y primera juventud, al inseparable Fernán de Castro; los
primeros amores, el origen del nombre Marigalante,
que será el del barco que le llevará con Colón a las Américas años después,
aunque rebautizado como Santa María,
para evitar connotaciones peligrosas. Sus primeros tutores, la enseñanza que
recibió del fraile Pere Furnet, fraile de origen judío balear y vida
borrascosa, que además de franciscano será confidente y espía a las órdenes de
Isabel la Católica. Los marinos que le acompañan en los primeros tanteos en la
mar: Chachu de Lequeitio, Bocanegra, Salvador Cachupín, (pariente
de su esposa, Juana del Corral) Ojobreca,
Pintalacola, etc. Nombres y sobrenombres curiosos y llamativos, de
personajes que le siguen y participan de sus aventuras en los mares del Norte.
La navegación hacia Terranova, la caza de las
ballenas, la descripción de los geiseres de Islandia, de los iglúes
esquimales, de los acantilados de las tierras del otro lado del Mar Tenebroso…Y
por otro lado, las intrigas políticas, con el fondo de la lucha por el poder
entre los Trastámara, y a menor nivel, la lucha de las grandes familias
norteñas entre sí; todo ello constituye parte de esta novela, lo que la hace
atractiva y muy entretenida.
Contada a modo
casi de lectura juvenil, muy directa, sin complicaciones, sin engorrosas
digresiones demasiado técnicas, que a veces distraen en exceso, novela de
aventuras y acción ante todo, pero con un marco histórico real y con personajes
reales, a los que Tazón da vida y
movimiento. Avanza la idea general de que todo el proceso del descubrimiento,
que a veces se enseña como centralizado en una o dos figuras emblemáticas, no
es sino el resultado de un conjunto de exploraciones previas, de ignotos
protagonistas que abren camino a otros que lo aprovechan y perfeccionan. La
tradicional pesca de altura cántabra formó a muchos navegantes, y originó
muchas rutas que Juan de la Cosa plasmó en líneas y dibujos sobre pergamino,
concentrando todos sus conocimientos en una imagen –bellísima, por cierto, a
nuestra disposición en el Museo Naval de Madrid― del mundo conocido: el mapamundi.
Javier Tazón Ruescas (Santander, 1953) es abogado y escritor, muy
interesado en el mundo de la gastronomía, sobre el que versa su primer libro.
Después ha llevado su atención a la historia, a los personajes que salieron de
Cantabria, lo que le ha llevado a la vida de Juan de la Cosa, sobre el que ya
publicó El cartógrafo de la reina en
2010.
Ariodante
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