FRONTERA SUR
Horacio Vázquez-Rial
Un
hombre, de origen hispano-argentino y radicado en Barcelona, reconstruye la
historia de su familia a partir del arribo a Buenos Aires de su bisabuelo y el
hijo de éste, abuelo del narrador, el año de 1880. Se trata de Roque Díaz Ouro,
viudo de 35 años, y su hijo Ramón, de tan sólo cinco, oriundos de Galicia como
tantos españoles llegados a la
Argentina en torno del 1900, huyendo de la pobreza y el
desamparo. A ellos se suma el alemán Hermann Frisch, Germán para los
argentinos; eximio artista del bandoneón y un ferviente partidario del
socialismo, estuvo presente en los dramáticos hechos de la Comuna de París, en 1871.
Frisch es para Roque el mejor de los amigos y un segundo padre para Ramón, pero
también una suerte de ángel guardián de los Díaz; así pues, su lugar en la
memoria familiar es igualmente importante.
Horacio
Vázquez-Rial (Buenos Aires, 1947), hispano-argentino, es historiador, escritor
y periodista.Reside desde 1974 en Barcelona, ciudad en que obtuvo el doctorado
en Geografía e Historia. Ha publicado una serie de obras de ficción y ensayos,
contándose entre éstos el libro La Guerra
Civil
española: una historia diferente (1996) y una biografía de Juan
Domingo Perón (Perón.
Tal vez la historia, 2005). Frontera
sur, publicada originalmente en 1994, es la décima de sus novelas.
En
torno al mencionado trío protagónico, Vázquez-Rial construye una animada y
cautivante saga familiar que transcurre entre las dos últimas décadas del siglo
XIX y el primer tercio del siglo XX, y cuyo escenario privilegiado es la
capital argentina. Tan privilegiado que la novela funciona también como el vivo
retrato de un Buenos Aires que, por aquel entonces, sufría profundas
transformacionespor iniciativa de un intendente admirador del París
reestructurado por el barón Haussmann. A la planificación urbanística, con sus
imponentes edificaciones y reformas viales, se añadían continuas mejoras
debidas a la introducción de los avances técnicos del momento: el alumbrado
eléctrico, los tranvías, el teléfono, el cine, etc. Buenos Aires se expandía y
se revestía con los signos de la modernidad, contagiándose algunos de sus
habitantes de la fiebre de los descubrimientos y las innovaciones (en cierto
pasaje de la novela se asiste a la fallida experiencia de un aspirante al
gremio de los inventores). Asimismo, resonaban en las calles de la ciudad los
acentos de multitud de idiomas extranjeros, algunos de los cuales daban origen
a un número importante de publicaciones estables. Eran en verdad riadas de
portadores de esperanzas e ilusiones, los inmigrantes que impusieron a Buenos
Aires un toque cosmopolita.
Ahí
afloran, en las páginas de Frontera
sur, bares y hostales de mala muerte, reñideros de gallos, casinos
clandestinos, los prostíbulos, algunos de ellos de una miseria atroz y otros de
lujo (como el regentado por la bella Teresa, más conocida como «Piera»: uno de
los personajes destacados de la novela); las asociaciones mafiosas, dedicadas
entre otros turbios negocios a la trata de mujeres… El de la novela es, en
buena parte, el Buenos Aires barriobajero, mas sin un patetismo o una sordidez
abrumadores. También es el Buenos Aires de clase media y el de las fortunas
incipientes, como la de los mismísimos Díaz. En efecto, merced a su esfuerzo y a
una suerte envidiable, Roque Díaz Ouro se convierte más pronto que tarde en un
próspero negociante, asumiendo a la vuelta de los años y aun sin pretenderlo un
papel semejante al de un patriarca, rol en que reemplaza a quien hiciera para
él –como para otros españoles recién llegados a la Argentina- de protector
y benefactor. Esto, sin abandonar su profesión de fe socialista.
Abundan
las situaciones y sobre todo los diálogos, ágiles, naturales, muy vívidos. La
galería de personajes es cuantiosa, un entrañable muestrario de inmigrantes en
su mayoría.Sus historias oscilan entre el drama y la felicidad, el logro y la
derrota. Algunos de ellos son todo un carácter. Así ocurre en el caso de la
mencionada Teresa, tan querida por los Díaz; también en el de Frisch, cuyos
amores resultan tan plenos como infortunados. Interesante personaje es Antonio
Reyles, al que un ya crecido Ramón Díaz y su flamante esposa han conocido en
Galicia –en viaje motivado por la nostalgia de la tierra natal y también, cómo
no, por la búsqueda de las raíces familiares-. A poco de desembarcar en Buenos
Aires, Reyles adquiere un plano de la ciudad en el que irá marcando los lugares
y recorridos que conciernan a sus proyectos, y es que está resuelto a triunfar.
Lo logra, en el margen mismo de la legalidad, moviéndose con suma destreza
entre los intereses y los pistoleros de unos sectarismos políticos que son en
sí mismos organizaciones delictivas.
Aquí
y allá surgen los nombres de connotados políticos argentinos de la época, pero
el aderezo principal lo constituye la aparición de dos personajes históricos:
Durruti, el famoso anarquista español, y Carlos Gardel. Acompañado por su
banda, con la que ha asaltado un banco en Chile, Durruti prosigue en suelo
argentino su campaña de atracos, convirtiéndose Antonio Reyles en un auxiliar
circunstancial. El prócer del tango, por su parte, es un secundario de mayor
relevancia, a cuya biografía dedica el narrador un merecido interés (su vida se
entrelaza con la de los Díaz y la de Germán). En Frontera sur consta un individuo de
estatura humana, vulnerable y nada irreprochable, desprovisto por tanto del
aura legendaria que la posterioridad le ha conferido. La oscuridad que rodea
sus orígenes ha generado una diversidad de teorías; Vázquez-Rial lo muestra
nacido en Uruguay bajo el nombre de Carlos Escayola, quien adopta el apellido
francés de un joven fallecido, Gardes, más tarde convertido en Gardel.
En
este ejercicio de memoria familiar, la ficción rinde honor al mito, el que reviste
la forma de un fantasma que traba amistad con Roque Díaz y lo ayuda a hacer
fortuna. Se trata, pues, de un elemento en cierto modo disonante en el contexto
de una novela realista, pero que da cuenta de la determinación del
memorialista/narrador de registrarla memoria familiar tal cual ha llegado hasta
él. Honesta determinación y una legítima licencia por parte del autor, cabe
decir.
Lectura
en verdad emotiva y gozosa.
Rodrigo
Horacio Vázquez-Rial, Frontera
sur.
Editorial Roca, Barcelona, 2006. 551 pp.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario