AMANDO LACUEVA
La Guerra de la Independencia o
Guerra del francés, como así la llaman en Cataluña empezó con un engaño: el
Tratado de Fontainebleau, y una firma, la de Manuel Godoy, que autorizaba la
entrada y el establecimiento de tropas francesas en España con el supuesto
propósito de invadir Portugal y la repartición del país vecino entre ambas
naciones. El pueblo comenzó a observarlas como algo amenazante, pues veía cómo
iban ocupando diversas ciudades. Entre ellas, Barcelona o Figueras en Cataluña.
La
caida de Godoy se acelera con el Motín de Aranjuez, que también obligó a la
abdicación de Carlos IV a favor de su hijo Fernando VII. Napoleón llama a padre
e hijo a Bayona y les fuerza a abdicar a favor de su hermano José Bonaparte.
El
2 de mayo de 1808 se inicia una insurrección en Madrid, abortada por la
represión de las tropas napoleónicas. Es el comienzo de la Guerra de la
Independencia. José Bonaparte no es reconocido como rey. Era evidente que había
un vacío de poder. Para enfrentarse a los invasores se forman las Juntas
Provinciales que asumían la soberanía en nombre del rey ausente. En septiembre
de 1808 estas Juntas se coordinan y se constituye la Junta Central Suprema, que
entre las medidas que adoptan se encuentra la convocatoria de las Cortes de
Cádiz.
Esta
guerra, en la que el principal protagonista fue el pueblo, daría lugar a una
serie de mitos y leyendas. Quién no oyó el nombre de Agustina de Aragón, de
origen catalán, manresana, durante el asedio a Zaragoza, o la resistencia de
Gerona, que soportó hasta tres asedios franceses; el hostigamiento del Tercio
del Ampurdán al invasor; las dos batallas del Bruch, donde fueron derrotados
los franceses o la leyenda de Isidre, el tambor del Bruch, que utilizaba un
tambor de las cofradías y la reverberación del sonido de éste al chocar con las
paredes de Montserrat hizo creer que el número de soldados españoles era muy
superior al que realmente había.
Pero
faltaba un libro que narrara el heroico sitio, defensa y asalto de Tarragona. Y
ese libro ya lo tenemos. Se llama La guerra del francés, la marca del traidor
(Ediciones Citerior). Su autor, Amando Lacueva (Hellín, 1960) es asesor fiscal
en la Agencia Tributaria de Tarragona. Estudió Peritaje Mercantil en la Escuela
de Altos Estudios Mercantiles de Barcelona. Pertenece a diversos grupos de
escritores y participa activamente en varios foros literarios. Su primera
novela, publicada en 2008, El triángulo vikingo (Mundos Épicos Grupo
Editorial), es de corte fantástico y trata sobre las deidades nórdicas y
actualmente ya va por la segunda edición. En 2009, Hera Ediciones publica su
segunda novela, El sexo sol, obra de ciencia ficción que trata sobre las
profecías mayas. Este año verán la luz su poemario “En carne viva” y su cuarta novela
“Red final”.
En
la introducción Lacueva dice, por medio de uno de los supervivientes , el
Mellado, “Tarragona clama un lugar en la Historia de esta patria desagradecida”
. Honra la memoria de todos los que allí perdieron sus vidas diciendo “ La
brutalidad de los franceses cometida en Tarragona es un oprobio monstruoso y
sus líderes con Suchet a la cabeza y Bonaparte a la zaga, unos criminales que
con su poder han guardado silencio eterno, soterrando las atrocidades cometidas
con la población civil …mis conciudadanos, parientes, amigos. Y yo, ya no me
callo por más tiempo”.
Estamos
ante una obra coral, con varias tramas que la conforman y con dos protagonistas
principales: Tarragona y sus pobladores. Ellos son los dos ejes en torno a los
cuales se irán desarrollando todos los acontecimientos que, desde una fría
noche del riguroso Diciembre de 1810, el autor nos irá reconstruyendo todo lo
sucedido hasta el fatídico 28 de Junio de 1811. Y lo reconstruye por medio de
dos narradores, uno objetivo y otro subjetivo, que nos relata los detalles
escabrosos.
Tal
es el realismo con el que se nos narran los hechos, que el autor logra que yo
mismo dé un salto en el tiempo de doscientos años y, cual si estuviese en lo
más alto del Fuerte del Olivo, que finalmente sería tomado por los franceses
antes del asalto final a la ciudad, veía desde ese lugar privilegiado, capítulo
a capítulo, como si fuese un personaje más de la obra, cómo Las Cortes de Cádiz
envían a un agente, Pedro Sevilla, a la ciudad de Tarragona. Había rumores de
que los franceses iban a tomar la ciudad en una fecha determinada y la misión
del enviado era averiguar qué era lo que estaba sucediendo realmente. Una
goleta se halla fondeada en el puerto natural de Salou. En ella viene Acuña, un
criollo de ascendencia catalana. Le aguarda en tierra Pere Suñé, un rico
comerciante y brillante ingeniero de Salou. Ambos se traen un negocio entre
manos. Crecía cada vez más la posibilidad de que había un espía al servicio de
los franceses entre los pobladores de la capital tarraconense. Un espía
camaleónico que era capaz de adoptar diversas identidades para conseguir sus
fines. Las sospechas recaían sobre Ixart, el impresor del Diario de Tarragona.
Ciertas actuaciones suyas daban motivo para desconfiar de él. El fin último
sería conseguir la entrega de la ciudad a las tropas napoleónicas dirigidas por
Suchart.
Entre
los planes que tenía encomendado para que los franceses consiguieran sus
propósitos figuraba el pactar una estrategia con el comodoro británico
Codrington para que, llegado el momento, su flota mantuviese una actitud
pasiva. Las Cortes envían a otro comisionado ante la ausencia de noticias
de Pedro Sevilla. El enviado se llama Casas, el cual es ayudado por su amigo de
la infancia el teniente de migueletes Joaquín Fábregas. Sin
embargo, dudan de que fuese el propio Ixart el traidor. Cabía la posibilidad de
que actuara como un señuelo y el verdadero espía permanecía en la sombra. La
investigación continúa.
Mientras
esto ocurría, las partidas de somatenes, entre los que se hallaba el valiente
Mingo Prats y su gente, se echan al monte para hostigar a los franceses en una
guerra de gerrillas, atacando los convoyes de las tropas del general francés.
Los
acontecimientos que el autor nos va relatando hasta el desenlace final están
descritos de forma muy detallada. Logra acercarnos a cómo era la vida en la
Tarragona de 1811. En cada uno de los sesenta y un capítulos de que consta la
obra, nos pinta con maestría la vida cotidiana de los habitantes de la ciudad.
El ambiente en los figones, en donde en torno a unos vasos de vino se maquinan
planes; los prostíbulos, las trincheras, la imprenta. Todo es dibujado con
habilidad. Y pese a la madeja que tenemos delante no nos perdemos porque si
queremos satisfacer nuestra curiosidad para saber por donde se mueven los
personajes el autor nos ofrece, al principio, un mapa de la ciudad en aquella
época.
Las
430 páginas de que consta el libro están llenas de un lenguaje crudo, sin
concesiones y llama a las cosas por su nombre: las putas son putas, los
traidores tienen nombre y apellidos, los miembros del somatén no demuestran
arrestos, sino cojones y los cobardes quedan tratados como tales. Se nos
muestra una descripción detallada y documentada de los escenarios donde
transcurre la vida cotidiana de los habitantes de Tarragona. Desde las primeras
páginas el interés se manifiesta en las tramas, en las traiciones, ambiciones,
pasiones ocultas, mentiras, emboscadas, amores y venganzas que se entrecruzan
desde el principio hasta el final. Novela que, pese a su complejidad, vale la
pena su lectura y el que se aventure en la misma no quedará defraudado de unos
hechos que tenían que ser conocidos porque la historia hay que contarla tal y
como es, sin cortapisas, llamándoles a las cosas por su nombre. Una historia
que, por algún motivo u otro, no nos era revelada, pero que, por fin, alguien
se atrevió a contarla con pelos y señales, preguntándose qué cúmulo de
circunstancias se habían producido para que tal atrocidad acabase con la vida
de una población civil indefensa ante la barbarie originada por el mal llamado
mejor ejército del mundo jamás conocido.
La guerra del francés, la marca del traidor
Amando Lacueva
Ediciones Citerior
Primera edición: Marzo 2011
Tapa blanda con solapas
Pág.: 430.
Diseño gráfico y maquetación: Eva Domingo Rojas
ISBN: 9788493867706
Tapa blanda con solapas
Pág.: 430.
Diseño gráfico y maquetación: Eva Domingo Rojas
ISBN: 9788493867706
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