Es Noche Buena en Central Park, Temple Gault permanece de pié sobre su última víctima y se lava las manos ensangrentadas en la nieve. Complacido y excitado con su nueva hazaña, levanta la pesada puerta de acero de una salida de emergencia y desaparece en los fétidos túneles del metro de New York.
Esa misma noche, en Richmond, la doctora Kay Scarpetta, jefa de medicina forense de Virginia y consultora del FBI, está realizando una autopsia cuando recibe la noticia: Gault, el sádico psicópata que ha eludido su captura durante años, ha vuelto a matar. Para Scarpetta, es el regreso de su peor pesadilla.
A primera hora de la mañana siguiente, vuela a New York junto con Benton Wesley, agente del FBI, y al capitán de policía Pete Marino. El cuadro tenebroso que los espera revela de inmediato el modus operandi de Gault. Pero nadie parece conocer a esa pobre muchacha con la cabeza rapada, cuyo cuerpo desnudo ha sido apoyado sobre una fuente congelada.
Mientras Scarpetta va clasificando extrañas pruebas forenses, Gault vuelve a matar. Sin embargo, el osado Temple Gault es cada vez más evidente que la presa que en definitiva busca es la misma médica forense, y que está tratando de llegar a ella a través de Lucy, su joven sobrina, el cerebro detrás de CAIN, la red internacional de computación del FBI.
A lo largo de la cacería más espeluznante de la carrera de Scarpetta, la presencia malévola y eléctrica de Gault es casi palpable. Pero cuando logra acercarse, Temple vuelve a sumirse en la oscuridad, aguardando el momento en que finalmente se enfrentarán.
Es una novela de suspenso increíble. Los protagonistas están muy bien caracterizados, a mi entender, y la trama es digna de ser disfrutada varias veces. Recomiendo, definitivamente, la lectura de esta obra, es realmente muy buena.
¡Que lo disfrutes! Espero tus comentarios.
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