21 febrero, 2013

RELATOS QUEBRADOS


LA REALIDAD QUEBRADIZA

José María Merino

Decía Horacio Quiroga, en su “Decálogo del perfecto cuentista”, que un cuento es una novela depurada de ripios. No cabe duda de que José Mª Merino (La Coruña, 1941) -uno de los grandes embajadores del cuento español, miembro de la RAE y galardonado con numerosos premios-, tomó en su día nota del consejo quiroguiano y demuestra hoy su vasta experiencia en La realidad quebradiza, un puñado de relatos y microrrelatos (recopilados con gran acierto por el también cuentista Juan Jacinto Muñoz Rengel) que constituye en realidad un repaso cronológico de toda una vida dedicada a la creación de pequeñas –y no tan pequeñas- ficciones en sus mejores libros de cuentos, como los Cuentos del reino secreto, los Cuentos del barrio del refugio; los Cinco cuentos y una fábula o Las puertas de lo posible, entre otros.

Pero Merino no es solo uno de nuestros mejores cuentistas, es también un imaginativo creador de literatura fantástica, esa que David Roas define como aquella que muestra la convivencia conflictiva de lo real y lo imposible. Y es que, en palabras del propio Merino tomadas de su prólogo a Cuentos de los días raros (uno de los volúmenes extractados), “frente al sentimiento avasallador de aparente y común normalidad que esta sociedad nos quiere imponer, la literatura debe hacer la crónica de la extrañeza. Porque en nuestra existencia, ni desde lo ontológico ni desde lo circunstancial, hay nada que no sea raro. Queremos acostumbrarnos a las rutinas más cómodas para olvidar esa rareza, esa extrañeza que es el signo verdadero de nuestra condición”.

Como si de un Arquímedes de la imaginación se tratase, Merino parece retar al lector en cada cuento, como diciendo “dadme un episodio cotidiano, corriente y moliente,  y escribiré un relato fantástico”. Porque si algo rezuma en los cuentos del coruñés es la imaginación, una fértil –casi prodigiosa- creatividad que parece abonar todos los campos de la literatura fantástica, y que tan acertadamente se dan cita en La realidad quebradiza: la desfamiliarización, el mito del doble (Doppelgänger), las realidades paralelas, la despersonalización, la vida de la materia inerte, la confusión entre sueño y vigilia, las vueltas de tuerca metaliterarias, el vínculo entre lenguaje y realidad, la metamorfosis o… -cómo no-  los fantasmas. Todo un catálogo de temas fantásticos entre los que destaca la ficción científica, en la que el autor manifiesta no solo su curiosidad ante la fugacidad y mutabilidad de un mundo futuro imprevisible, sino también cierto tono nostálgico ante la desaparición de lo acostumbrado y conocido.

 Y para lograr el efecto de inquietud que lo fantástico persigue, y el desasosiego que lo inexplicable pretende, Merino recurre a todos los ascendientes literarios y cinematográficos que han marcado desde los comienzos su trayectoria como escritor, reencarnándolos en sus páginas a través de camufladas referencias intertextuales sobre Dostoievsky, Twain, Monterroso, Homero, Galdós…; de términos que evocan en la mente del lector al más clásico Asimov (como “Puertomarte” o “espaciopuerto”); o de sutiles referencias a aquella película que transcurría en un tiempo y una galaxia muy lejanos

Pero… ¿Sólo eso? ¿Sólo un nuevo doctor Frankenstein que resucita a un monstruo formado por miembros muertos de seres que un día existieron? No, mucho más que eso. Porque no sería justo silenciar que,  junto a grandes influencias literarias de otros tiempos, del ingenio de Merino surgen, con impronta propia y sin contraer deudas con el pasado, nuevas y sugerentes propuestas, como sus curiosos vocablos (“arcantro”, “psicotensora” o “burgas”) o sus extrañas criaturas, algunas ( los “hadanes”) más familiares que otras (como los artrópodos parlantes, las mariposas gigantes o las espeluznantes esculturas dotadas de vida propia).

Quiroga afirmaba también que, para obtener la vida en el cuento, se debía escribir como si el relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de los personajes, de los que el autor podía haber sido uno. Y como si de un personaje mismo se tratara, el espíritu y la curiosidad de Merino empapa todos y cada uno de los cuentos que escribe: se le reconoce en el ubicuo, caleidoscópico y desconcertante profesor Souto de numerosos relatos; en el misterioso testigo y narrador de Los valedores; en el hombre desplazado y anulado de El derrocado; en el pequeño que descubre la magia del séptimo arte en El niño lobo del cine Mari… Es también su estilo el que impregna sus voces, un estilo evocador, irónico, humorístico, nostálgico, inquietante, salpicado de bellas metáforas, adornado siempre con el adjetivo adecuado. Y es, en fin, su prosa la que envuelve y controla sus vidas, entre juegos de elipsis y analepsis, inteligentes mudas, creciente tensión y… giros sorprendentes que conducen a finales asombrosos.

La antología que Rengel nos propone incluye, a modo de prólogo, un audaz viaje a través de la mente del autor, en el que se nos aproxima a su biografía, se diseccionan sus entresijos y mecanismos narrativos, y se despiezan su memoria, lenguaje y personalidad. Un refrescante aperitivo para un apetitoso menú que, claro está, había de terminar con un suculento postre: una entrevista inédita a Merino que Páginas de Espuma regala a sus lectores y que posiblemente dejará a estos con la misma sensación que deja en el paladar una exquisita vianda: con “ganas de más”.       

La realidad quebradiza es, en definitiva, una excelente recopilación de relatos (con preludio y coda) que no sólo introduce al lector en los mundos fantásticos de Merino, sino que lo invita, atrayéndolo y seduciéndolo, a explorar sin descanso esos mundos y a recorrerlos sin demora de punta a cabo.   

Pilar Moreno Monteverde 

Datos técnicos
La realidad quebradiza, José Mª Merino
Páginas de Espuma, 2012
262 páginas.




19 febrero, 2013

EL EXODO


JOSUÉ EL ERRANTE

MERCEDES PINTO MALDONADO


Josué el errante nos relata la dilatada y escabrosa vida de un judío que huye de Alemania a los diecinueve años, en los albores del nazismo, empujado por un amor imposible.

Educado en un ambiente judío ortodoxo, Josué necesitará sobrevivir a las situaciones más extremas como garimpeiro en África del Sudoeste para comprender que, más allá de culturas y religiones, existe el valor de la amistad. Kuaima, un nativo himba huido de la tiranía de su colono, y Carlos, un diplomático español que ha escapado del absolutismo religioso de su esposa, serán los amigos que le acompañarán.
 
Abandonará a su familia en los peores momentos, traicionará a sus amigos, olvidará sus orígenes. Y todo por un valioso diamante que no sabe si tendrá destinatario.

«Me llamo Josué, hijo de Aarón y Sara, los seres más honrados que he conocido jamás. Nací en Londres, el 14 de septiembre de 1912, en la vivienda que se encontraba justo encima de  la sombrerería propiedad de mis abuelos maternos»

De esta forma se presenta el protagonista de esta novela, Josué, una historia narrada en primera persona desde su vejez porque sentía cómo a sus años sus facultades iban mermando y tenía claro que su final estaba próximo pero antes quería desahogarse escribiendo en sus memorias el testimonio de su dilatada y escabrosa vida. Una vida que comienza en Londres, en el seno de una familia judía ortodoxa. Pero su padre se cansó de la sombrerería y decidió marchar con su familia a Essen. El relojero Jeremías Rabinovich le había ofrecido un trabajo en la granja. La vida de Josué iba a cambiar desde aquel momento sin que él lo supiera, una vida que estaría marcada siempre por un nombre: Abigail.

Pero con el paso del tiempo veía cómo a Abigail le tenían preparado otro futuro. Un futuro en el que él no estaba presente. Las costumbres que le rodeaban eran muy rígidas. Su vida giraba en torno a la sinagoga, el Sabbat, el Talmud o la Torah. Josué se sentía preso de esas costumbres, que le hicieron ver que esa unión con la mujer a la que tanto amaba iba a ser imposible. Jeremías Rabinovich ya le había encontrado un marido que le diera un futuro mejor para su hija. Este fue un duro golpe para él y tomó una decisión.

 Hizo ver a sus padres cuáles eran sus planes. Tardaron en asimilarlo pero finalmente accedieron. Su periplo había empezado. Un periplo que duraría más años de los previstos. Pese al compromiso de la mujer que amaba él quería demostrar a todos que podía hacerla feliz y  volvería para recuperarla.

Josué el errante es una novela dividida en diez partes, que corresponden al largo recorrido que le llevaría hasta conseguir su ansiado sueño. En Essen embarca en un buque, el Woerman, que lo llevaría hasta su destino, Africa del Oeste —hoy Namibia— donde iba a trabajar como garimpeiro en el río Orange. En el buque conoce a uno de los personajes que más iba a influir en su vida, el diplomático español Carlos Ladrón de Guevara, que huía de su Madrid y de la beatitud de su santa esposa.

En África del Sudoeste conocerá la difícil vida de los garimpeiros, que pasan todo el día en el río Orange buscando diamantes. Una vida muy dura en la que nadie es amigo de nadie. Pero Josué conocerá a Kuaima, un nativo bantú, de la tribu himba,  que se había escapado de la granja donde trabajaba, víctima de la mano dura de su amo y harto de las vejaciones que sufrían los suyos. También se encontrarían con Juan, otro español del Sacromonte granadino.

Mercedes Pinto Maldonado construye con gran acierto una historia preciosa que nos sumerge en una época difícil pues comienza nada más finalizada la Primera Guerra Mundial y abarca gran parte del siglo XX. Comienza en una época convulsa, donde iremos conociendo la ascensión del nazismo al poder, encabezado por Hitler; seremos partícipes del estallido de la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo ambos conflictos son tocados un tanto de soslayo pues los hechos están narrados desde el punto de vista de Josué pero a él tal vez le corresponda una de las tareas más ingratas una vez finalizado el conflicto. A su regreso a Essen se involucra en ayudar a aquellos que de un modo u otro habían sido víctimas del holocausto. Josué trataba por todos los medios de ayudar al rabí Berkovitz a hacer justicia y a trabajar en El libro de la memoria para que nunca se olvidase lo que había sufrido su pueblo.

Los personajes de Josué el errante están trazados de manera que parecen de carne y hueso pues actúan como tales, como personas que sienten y padecen igual que un ser humano. Con pocos rasgos se nos presenta a unos hombres y mujeres a los que vamos conociendo perfectamente. Nos hacemos una idea de Kuaima, el nativo que había padecido la violencia de sus superiores pero que no guardaba rencor. Al contrario, era una persona comprensible y que procuraba ayudar a sus amigos. Entre los tres, Carlos, Josué y Kuaima se había establecido un vínculo de unión inquebrantable. Kuaima les abre a los dos hombres blancos su corazón, les hace partícipe de su secreto. Hasta tal punto confiaba en ellos que, pese al riesgo que podían correr, los lleva consigo para que conozcan a su familia. Carlos, con su manera peculiar de entender la vida, siempre estaba ahí para lo que hiciera falta y Josué fue quien mejor lo conoció. No creía que detrás de aquel hombre amante de las juergas, desprendido y mujeriego había en él un verdadero amigo. Josué quizás era el más débil de los tres, pero con el tiempo iría madurando. Se haría un hombre sin darse cuenta. Y todo era por la única obsesión que tenía: encontrar el diamante que le hiciera recuperar a Abigail.

Pero a medida que transcurre la novela vemos cómo Josué siente una angustia interior porque se pregunta muchas veces si ha hecho lo correcto. La duda aflora en él en más de una ocasión. Por un lado pensaba que tenía que escapar de las ataduras que le ahogaban por no comprender cómo entendían la vida sus seres queridos pero por otro quería ser libre y demostrarles que no era tan débil como ellos pensaban y así poder recuperar lo que él consideraba suyo.

Josué el errante es una novela que me atrapó en su lectura desde el principio. El fondo histórico de la misma irá complementada con ingredientes como aventura, amistad, amor, avaricia, traición, intriga y también habrá lugar a la reflexión: las conversaciones que encontraremos sobre la religión, la amistad o las dudas que tienen los personajes sobre su actuación en la vida, si fue por egoísmo o qué motivo condujo a Josué a tomar el camino que eligió. Kuami, Carlos y el rabí Berkovitz le harán ver a Josué cómo salir de esas continuas incertidumbres que él tiene.

El estilo fluido de la narración, un vocabulario fácil de asimilar y un perfecto equilibro entre las descripciones y el diálogo directo entre los personajes hacen que recomiende Josué el errante para su lectura. 

Francisco Portela

15 febrero, 2013

EMPEZANDO POR EL FINAL


UN FINAL PREFECTO
John Katzenbach 






Apenas unos kilómetros de distancia separan a tres mujeres que no se conocen entre sí. La Pelirroja Uno es una doctora soltera de cerca de cincuenta años; la Pelirroja Dos una profesora de escuela en la treintena y la Pelirroja Tres una estudiante de diecisiete años. Las tres son vulnerables. Las tres son el objetivo de un psicópata obsesionado por demostrar al mundo quién es él ...
Cuando éramos pequeños, nuestras madres siempre nos daban los mismos consejos como «Nunca hables con desconocidos», una advertencia que tiene su origen en la célebre historia de Caperucita roja. La versión que conocemos hoy en día difiere significamente en muchos aspectos del original, sobre todo en su final. A partir del diálogo entre Caperucita y el lobo disfrazado de la abuela, el cuento cambia. Si bien, la moraleja permaneció intacta. El objetivo era prevenir a las jóvenes de encuentros con desconocidos para evitar las violaciones. De ahí la capucha roja, como símbolo de la madurez física de la mujer, y también del posterior derramamiento de sangre en la historia, pues no todos los finales son felices.

John Kaztzenbach recurre al clásico cuento, convirtiéndolo en el sendero que las tres protagonistas deben recorrer para salir del peligroso bosque, antes de que el lobo consiga darles caza. El autor se inspira en la leyenda transmitida de forma oral, previa a Charles Perrault y los hermanos Grimm, que pocos conocen.

El escenario claustrofóbico, la sensación de sentirse vigilada o la tensión ante el ataque inminente de la bestia son algunos de los detalles que pretendía reflejar en su última novela. El concepto de trasladar el cuento a la realidad resulta interesante, aunque no sería la primera vez que se hace. Es más, gran parte de las historias actuales parten de la misma base. Por este motivo, la verdadera originalidad no reside en lo qué se cuenta, sino cómo se cuenta.

La presentación y comparativa de las tres pelirrojas es interesante y consigue captar la atención del lector en las primeras hojas, pero cuando se produce el esperado encuentro, pierden personalidad y atractivo. A partir de este momento, las escenas transcurren con una lentitud exasperante, sin apenas variaciones respecto a las que les preceden.

De igual modo, el Lobo Feroz no resulta tan peligroso como pretenden hacernos creer, sino un animal fácil de domesticar (y chantajear) que muestra una actitud demasiado mansa durante gran parte de la novela. Es más, podría decirse que resulta decepcionante si consideramos las expectativas generadas al principio del libro.

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Katztenbach
La prolongación del juego entre el ratón y el gato provoca que la tensión inicial sea sustituida por el hastío, en especial, cuando somos capaces de anticipar los próximos movimientos de sus personajes. De hecho, la mayoría de las escenas guardan gran parecido con libros anteriores, como «El psicoanalista», «Juegos de ingenio» o «El profesor». Un detalle apreciable entre los seguidores de Kaztzenbach y que pone en evidencia la redundancia de su obra.

Además, la trascendencia del cuento de «Caperucita Roja» es, en realidad, mínima. Las breves menciones que se realizan son insuficientes para comprender aspectos tan importantes como la elección de las víctimas. El cuento queda relegado a un segundo plano, y el autor acaba haciendo una interpretación demasiado personal del mismo. Por consiguiente, la novela se encuentra desligada de la historia que la inspira y los árboles acaban por impedirnos ver el bosque.
En resumen, «Un final perfecto» no cumple con la promesa implícita en el titulo. John Katzenbach pretendía ser el leñador que salvaba a Caperucita, pero acaba convirtiéndose en el lobo que la devora con glotonería, sin llegar a disfrutarla.

Mari Carmen Horcas.

Titulo: Un final perfecto; 
Autor: John Katzenbach
Editorial: Ediciones B
Año de publicación: 2012
432 págs.
ISBN: 9788466652193

¡Sálvese quien pueda! - Andrés Oppenheimer

¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la robotización. Oppenheimer siempre me ha llamado la atención, si bien no he sid...