25 diciembre, 2012

FELIZ NAVIDAD

El conjunto de administrador y colaboradores de Opinión de libros os desea a todos unas Felices Fiestas, y os augura muchas lecturas para el próximo Año Nuevo:


23 diciembre, 2012

HIPATÍA


 LA ÚLTIMA NOCHE DE HIPATIA

EDUARDO VAQUERIZO


Editorial: Alamut



Nada más enterarme de la existencia de este libro quise leerlo. He de reconocer que la historia de Hipatia me fascinó desde el primer momento en que la conocí. Yo soy una de esas mujeres que admiran a las grandes de la antigüedad, y como tal, no podía perdérmelo. De pequeñita ya había leído algo sobre Hipatia pero no me había introducido de lleno en saber más sobre su historia y lo dejé pasar. Fue hace tres años, a través de una asignatura de libre elección de la universidad (en concreto, “Religión y mitología romanas”) en la que el profesor nos fue presentando los distintos cultos en aquella época tan lejana a nosotros. Fue entonces cuando nos habló de Hipatia y nos dio más información sobre ella. La inteligencia de esta mujer, sus ansias por aprender en una sociedad en la que la mujer “debía ser mujer y nada más” y su posterior sufrimiento, me hicieron admirarla como nunca.
            La novela La última noche de Hipatia de Eduardo Vaquerizo nos cuenta los últimos días de la vida de esta filósofa y matemática a través de un personaje que ha viajado en el tiempo para descubrir más sobre la Historia. De esta manera, en esta novela podemos encontrar al principio, la historia de un grupo de investigadores, físicos, historiadores, filósofos… que quieren vencer las leyes del espacio-tiempo y viajar. Paralelamente, el autor va introduciendo una serie de epístolas que le envía Cirilo a su tío Teófilo, en las que ya muestra  el fanatismo que va a destruir la ciudad de Alejandría. También, encontramos las memorias de Orestes, prefecto  de Alejandría y amigo de Hipatia que nos da su propia visión sobre las circunstancias. Será en la segunda parte del libro (si se me permite decir que podemos dividirlo en dos partes), cuando Marta —una de las historiadoras del proyecto— consiga viajar hasta Alejandría y conocer a Hipatia, convirtiéndose en uno de sus discípulos en la Academia.
            A pesar de que la novela en sí podría ser considerada como de ciencia-ficción con tintes históricos, pienso que es mucho más que eso. Con esto me refiero a que se nota que Vaquerizo domina el arte de la escritura. Sí, me arriesgo diciendo “arte” porque él lo tiene. La novela podría ser narrada de un modo sencillo, sin embargo, Vaquerizo utiliza una prosa poética, un ritmo narrativo, que te impacta. A medida que iba leyéndolo, adentrándome cada vez más en la historia, disfrutaba más y más e incluso llegué a pensar que hacía tiempo que no leía una novela con una prosa tan magnífica.
            Las reflexiones de los personajes, los diálogos trabajados, el dominio que muestra Vaquerizo en el uso de las epístolas… todos ellos son recursos difíciles de conseguir que funciones correctamente, pero él lo consigue y creo que con creces. Además, las descripciones de los lugares de Alejandría, los hábitos de sus habitantes, el proceso de ascenso del cristianismo frente al resto de cultos… Todo esto también nos muestra que el autor ha trabajado en su obra arduamente, para conseguir el mayor rigor y verosimilitud y es algo que se agradece.
            Vaquerizo no sólo nos retrata una época historia, sino que le da un giro a dicha historia y reflexiona sobre ella, cómo podría haber sido de otro modo, las consecuencias de la implicación en los viajes en el tiempo (que es algo que se ha debatido ya en numerosas ocasiones). Y deja al lector la elección de reflexionar sobre el destino de Hipatia, sobre el fanatismo y el oscurantismo.
            Sin más, sólo me queda recomendar la novela. Y la recomiendo con una gran sinceridad. Me disgustaría que todos aquellos seguidores de la historia de Hipatia y de Alejandría se sintiesen mal por una “transgresión” (en el buen sentido de la palabra) en la historia, ya que opino que La última noche de Hipatia es mucho más que eso. Es un ejercicio intelectual, narrativo, artístico… que no se suele dejar ver mucho en nuestra literatura últimamente. 

Elena Montagud

21 diciembre, 2012

UNA DIVERTIDA HISTORIA


EL LIBRO DE LA SEÑORITA BUNCLE

D. E. STEVENSON

A pesar de los grandes avances científicos en el campo del genoma humano, aún no se ha encontrado ninguna prueba que demuestre que la capacidad de entretener a lectores de todas las generaciones se encuentra ligada al ADN. Sin embargo, puede que no resulte demasiado arriesgado e imprudente aventurar alguna relación entre cromosomas y literatura cuando se descubre que D.E. Stevenson, autora de la entretenidísima novela  El libro de la señorita Buncle es, ni más ni menos, que sobrina segunda de R. L. Stevenson, aquel  prestidigitador de la ficción y  taumaturgo de la peripecia que nos sedujo con la tonadilla “¡Quince hombres en el cofre del muerto, yo-jo-jo y una botella de ron!”, que nos asustó con el toc-toc del bastón del ciego Pew o que nos zarandeó a través de mares brumosos a bordo de la Hispaniola.

Dorothy Emily Stevenson nació en Edimburgo en 1892 y vivió en Escocia hasta su fallecimiento en 1973. Su padre, ingeniero y constructor de faros, la educó en casa a través de institutrices y fue a la tierna edad de ocho años cuando D. E. comenzó a escribir sus primeros textos. Su extensa carrera literaria (escribió más de cuarenta novelas) comenzó con Peter West (1923), pero no alcanzó popularidad hasta la publicación de Mrs. Tim of the Regiment (1932).

Para fortuna y deleite de los lectores en castellano, la editorial Alba, uno de los buques insignia en lo que a clásicos universales se refiere, rescata, en su colección Rara Avis, esta pizpireta novela de brillante plumaje, publicada en 1934 y a la que siguieron, en su país de origen, por su enorme éxito de ventas,  dos secuelas (Miss Buncle married y The two Mrs. Abbotts). En El libro de la señorita Buncle, un pequeño pueblecillo inglés de los años treinta, humilde y devoto admirador de su propio ombligo, ve con alarma y espanto cómo el rígido orden social que gobierna consuetudinariamente sus vidas es amenazado por la publicación de una novela,  El perturbador de la paz, escrita por un malévolo convecino que se parapeta tras un pseudónimo. La malvada es, en realidad, la señorita Buncle, una mosquita muerta y “tonta perdida” (sic) con aspecto de no haber roto un plato -de porcelana Wedgwood, claro- en su vida y que, de una manera ingenua, simpática y sencilla, retrata la vida de Silverstream y de sus amistades presentándolas como en realidad son, es decir, con todos sus defectos, manías y miserias ocultas (o casi ocultas). El vendaval de El perturbador de la paz arrancará sus caretas, abrirá los armarios y esparcirá por las coquetas y floridas calles todas las emociones reprimidas, consciente o inconscientemente,  durante muchos años y, poco a poco, y ante la mirada atónita de los habitantes y de la propia Barbara Buncle, muchos de los pronósticos de la novela de la discordia se irán cumpliendo.

Pero no solo los vecinos formarán parte de este divertimento metaliterario; el propio lector participa en el juego, porque, al igual que ocurre con El perturbador de la paz, El libro de la señorita Buncle no puede abandonarse una vez empezado, y el apetito provocado con cada capítulo debe, necesariamente, saciarse con la lectura del siguiente. Y es que la autora construye un juego de espejos en el que se reflejan los personajes, y  en el que también se deforma el ingenuo estilo de la señorita Buncle, transformándose en una narración omnisciente sutil y guasonamente malvada, preñada de mudas, anécdotas, burlas soterradas, un poquito de romanticismo y mucho, mucho humor inglés. Su  pluma irónica e incisiva dibuja unos personajes –junto a sus alter ego metaliterarios- pintorescos y entrañables, prontos a saltar de las páginas para dedicarse a arrancar nuestros hierbajos, como hace el hilarante coronel Weatherhead con sus “padrastros”, a reunirse en la cocina alrededor de un té Earl Grey para escuchar las imprecaciones de la empingorotada y despepitada señora Featherstone Hogg, o a salir pitando a la estación de ferrocarril más cercana para tomar el primer tren a Samarcanda.

Desde su simpático comienzo, “Una magnífica mañana el sol asomó la nariz entre las colinas”, hasta su redondo final –anunciando, eso sí, las futuras secuelas-,  D. E. Stevenson despliega una prosa fluida que discurre ágil, saltarina y directa por  los breves capítulos en los que se estructura la obra, plagados de  diálogos cómicos, frases lapidarias, descripciones sencillas y coloristas, y, en un alarde de inteligente dosificación argumental, cuajados de  pequeñas subtramas que, unidas entre sí por el hilo invisible de la comedia, contribuyen a evocar en la mente del lector una sensación de velocidad y ligereza.

A los amantes de los libros que hablan de libros esta novela les parecerá una lectura deliciosa; a los lectores de Gaskell les recordará sin duda a Cranford; y a los que disfrutan con la ironía sutil e incluso mordaz puede que les quede un cierto regusto a Saki (en versión, desde luego, menos corrosiva) porque esta matrioska literaria esconde en su interior, además, una carga de profundidad dirigida no solo contra los profesionales de la crítica literaria, sino  contra el borreguismo lector que sólo compra y lee lo que compra y lee el vecino.

Tal vez se echa en falta un dramatis personae y un puñado de notas a pie de página para aclarar al lector hispanoparlante el significado de algunos nombres propios y su ingeniosa mutación a manos de la ingenua señorita Buncle, como complemento todo ello de un ya de por sí explícito prólogo… Pero, en suma, merece Alba nuestra felicitación por haber sabido ofrecer a los lectores una cuidada edición, con una traducción impecable y un atractivo diseño; y nuestro aliento también para que ponga el mismo empeño y el mismo esmero en la edición en castellano de las dos secuelas que D.E. Stevenson regaló a los lectores de su tiempo.


Pilar Moreno Monteverde.

Datos técnicos
El libro de la señorita Buncle, D.E. Stevenson (1934).
Traducción: Concha Cardeñoso Sáenz de Miera.
Alba Editorial; colección Rara avis.
Primera edición: mayo 2012.
378 páginas.

¡Sálvese quien pueda! - Andrés Oppenheimer

¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la robotización. Oppenheimer siempre me ha llamado la atención, si bien no he sid...