14 noviembre, 2012

DICKENS EN ITALIA


ESTAMPAS DE ITALIA
CHARLES DICKENS
Trad.: Jorge Cano y Celia Recarey
Nórdica Libros, 2012

Dickens realiza este viaje por Italia a lo largo del año 1844. En el prólogo, el propio Dickens nos advierte de lo que vamos a leer: «apuntes leves, meros reflejos en el agua». No encontraremos análisis políticos, disertaciones sobre arte, historia y cultura en general. Tampoco nos informa de sí mismo y de sus acompañantes, salvo en una primera descripción hilarante sobre la llegada del carruaje al Hôtel de l’Ecu d’Or, y la expectación ante los viajeros conforme descienden del vehículo: la esposa, su hermana, dos niños y dos niñas, dos niñeras, y  finalmente, el autor.
Dickens muestra en todo momento una curiosidad sin límites, una capacidad de observación enorme, y anota todo lo que le llama la atención, que a veces son gestos, ropas, comportamientos, voces, paisajes, clima, edificios, costumbres, fiestas,…además de trasmitirnos las sensaciones que le producen en su ánimo.
Narra rápidamente el trayecto durante el cual cruza Francia camino de Italia, en pleno verano; pero se detiene sobre todo en Avignon, donde visita el Palacio de los Papas, en ese momento convertido en cárcel y cuartel militar. Le impresiona enormemente la visión de los calabozos y sobre todo  la sala de tortura de la Inquisición (la Salle de la Question). Pero casi le impresiona más la vieja bruja gesticulante que le sirve de guía y que con sus comentarios traza una vívida imagen de lo que allí sucedía.
En Marsella embarcan para Génova, y la descripción de la ciudad portuaria, cuna de grandes navegantes, se abre ante sus ojos, generosa en contrastes, pintoresca y magnífica, aunque la primera impresión es algo depresiva: «la vista (desde su ventana) es una delicia, pero por el día hay que mantener cerradas a cal y canto las ventanas, o los mosquitos te llevan directo al suicidio. De las moscas mejor no hablar. De las pulgas: su tamaño es un prodigio» de los gatos que mantiene a raya a las ratas; las lagartijas, escorpiones, escarabajos y ranas, mejor no explayarse, pero lo dice. Las edificaciones le resultan chocantes, la suciedad en general, también. Pero eso es algo a lo que se acostumbrará después. Los juegos populares, como los bolos y un juego parecido al de los chinos, y sobre todo, la avidez con la que se entregan a ello los jugadores. Largas descripciones de palacios de la Strada Nuova y la Balbi, arquitectónicas y luego, del uso que los italianos le dan a esos palazzos. Los teatros, la cantidad de iglesias, de sacerdotes, frailes, jesuitas, etc. es otra cosa que le resulta llamativa: es su primera visita a Italia. Los cementerios y enterramientos también es algo que a lo largo de todo el viaje recabará su atención, y en general, todo el mundo cultural católico, que él, como anglicano, encontraba curioso.
Parma, Módena y Bolonia son las siguientes ciudades que visita. Le es extraño «caminar por estos lugares que están en una siesta continua al sol», donde la pereza impera. «Siento que me estoy empezando a oxidar», nos dice. Describe minuciosamente los paisajes de viñedos, las pequeñas ciudades, las dos famosas torres inclinadas en pleno centro de Bolonia. De allí –la estancia fue de paso― llega a Ferrara, que le causa una desagradable impresión: solitaria, despoblada y desierta, con su enorme castillo ―donde decapitaron a la Parisina y su amante―en el centro de la ciudad. La casa de Ariosto y la prisión de Tasso son sus visitas.
De allí pasa a territorio austríaco y dedica un delicioso capítulo que titula Un sueño italiano,  planteado como una onírica visita a Venecia. La llegada, de noche y en barca, deja en él una profunda huella, la llama «ciudad fantasmal», navegando por sus canales silenciosos y oscuros lentamente, viendo surgir palazzos e iglesias, brotando del agua; la Catedral de San Marcos y el Campanile  son los edificios que más le impresionan de todo su viaje, quizás por ese aire tan oriental de la catedral véneta. « Allí, en la errática confusión de mi sueño, vi al viejo Shylock […], alguien que parecía ser Desdémona se asomaba a una celosía […]el espíritu de Shakespeare flotaba sobre las aguas, pululando por la ciudad».
Vuelve hacia Milán, pasando por Verona y Mantua. De Verona tiene amables comentarios de su anfiteatro y la casa y tumba de Julieta. Mantua la recorre pronto, no le gusta especialmente, y sigue viaje rápido. Milán le parece una estupenda ciudad, que también abandona pronto. Tras los lagos, Suiza, y Francia, en un retorno a Inglaterra por breve tiempo.  
Vuelve después, ahora a Roma, pasando por Pisa y Siena y visitando, completamente subyugado, las canteras de mármol de Carrara. Lo que le extraña y gusta de Pisa es que el conjunto arquitectónico (catedral, torre y baptisterio) esté aislado en medio de la campiña. Y la enormidad de mendigos que llenaban las calles de Pisa. En general, los mendigos es otra de las impresiones fuertes de su viaje. Cuando llega a Nápoles es el acabóse, los mendigos institucionalizados, casi podríamos decir, los lazzaroni.
La primera impresión de Roma es que le recuerda a Londres. Quizás la cúpula de San Pedro evoca en él el recuerdo de Saint Paul’s . Pero esa imagen pasa pronto y Dickens sufre de golpe el síndrome de Stendhal, al ver el Coliseo, el Foro, «un desierto de decadencia, sombrío y desolado más allá de toda expresión» o al mirar la cúpula de San Pedro desde dentro de la basílica, aunque no le parece «religiosamente impresionante ni emotiva». De Roma casi le atraen más las manifestaciones populares, el desfile de Carnaval, el Moccoletti, las celebraciones de Semana Santa que observa con curiosidad, y el bambino milagroso, la impactante iglesia Sto. Stefano Rotondo, las catacumbas, la via Apia, presencia una ejecución pública con guillotina,…Visita Tívoli, Villa d’Este, el templo de la Sabina,…
Nápoles pone la puntilla a este viaje maravilloso. La enloquecida y caótica ciudad, llena de lazzaroni, gente ruidosa y gesticulante, calles sucias y peligrosas, iglesias, palacios, la ópera,…todo ello vigilado por la sombra del Vesubio humeante. No puede irse sin subir al monte sagrado, acercarse lo más posible al fuego eterno que ruge en su interior. El relato de esa excusión, como las de Pompeya y Herculano, no tiene desperdicio. Retorna por Florencia, cuya plaza y Palazzo Vecchio, plenos de magnificencia y señorío.
En suma, un delicioso relato pleno de interés, de humor, de reflexiones curiosas, de emotividad, que comprenderá inmediatamente cualquiera que haya visitado esos lugares y por el contrario, quien no lo haya hecho, se sentirá motivado a viajar para verlo. Buena edición, portada muy bien elegida.

Ariodante






11 noviembre, 2012

AMOR ENVENENADO


AMOR ENVENENADO (BEATRIZ, INVESTIGADORA LICENCIOSA)

JOAQUÍN LLORÉNS


Alberto, padre adoptivo y mentor de Beatriz, le encarga un nuevo trabajo a la atractiva, intrépida y casquivana joven. Alguien, aprovechando la ausencia por vacaciones del gerente, ha robado más de tres millones de euros del dinero negro guardado en la caja fuerte de Promocastro, una promotora de Cantabria de la que Alberto es socio. La opacidad fiscal del dinero hace inviable denunciarlo a la Policía. Betariz viaja a Santander usando como tapadera el cargo de auditora interna, ya que la limpieza del robo parece apuntar claramente a un trabajo hecho desde dentro… hasta que la investigadora licnciosa se topa con un cadáver. La intervención de la Guardia Civil es inevitable. Pero, ¿son el ladrón y el asesino la misma persona? A partir de ese momento, y en paralelo a Ramón Sigüenza, guardia civil de la comandancia de Santander, rastreará por toda la ciudad los pasos del criminalque siempre parece ir dos pasos por delante. Auxiliada por sus, siempre a punto, armas de mujer, irá introduciéndose en los turbios negocios inmobiliarios de Cantabria, donde el amor se compra en efectivo. Sus métodos poco ortodoxos le harán seguir la pista del diner ohasta los oscuros callejones de Amsterdam, donde, quizás influenciada por la embriaguez del hachís, sentirá en su nuca el aliento de una sombra. Poco a poco, su impetuoso empuje y la proximidad de la verdad provocarán que navajas y revólveres apunten en su dirección con intención asesina.

«Caminé hasta Castelar y, dejando a mi derecha el paseo Pereda, recorrí el paseo en paralelo a Puerto Chico admirando las casas señoriales, las barcas en la rada y disfrutando del bullicio callejero. Con buen ánimo ascendí por la cuesta de la avenida de la Reina Victoria, próxima al monolítico palacio de festivales, y seguí por ella hasta llegar a la península de la Magdalena. El lugar era un hervidero de gente paseando y tomando el sol en la playa de Bikini”.


Amor envenenado (Editorial Baile del Sol, 2010) es la segunda entrega de la saga protagonizada por Beatriz Segura (investigadora licenciosa), escrita por el autor bilbaíno Joaquín Lloréns, afincado en Mallorca. Aunque es una saga, las novelas que se han publicado hasta la fecha sobre la misma, pueden leerse independientemente pese a que algunas veces nos encontremos con algunas citas pertenecientes a la primera entrega protagonizada por esta singular investigadora, Citas Criminales, que no despistan la atención del lector pues son meras alusiones.

En esta ocasión nos trasladamos a Cantabria, concretamente a Santander, a donde le envía su padre adoptivo y mentor, Alberto. Es encargada de investigar la desaparición de algo más de tres millones de euros en una de sus empresas, Promocastro, dirigida por su socio Bernardo.  En el primer capítulo nos encontramos a la protagonista en Laredo, en uno de cuyos domicilios estaba haciendo una investigación por su cuenta y se encuentra con la macabra sorpresa de la aparición de un cadáver. A partir de ahí, daremos un salto en el tiempo en el que iremos conociendo los acontecimientos, desde que le encargan el seguimiento de la pista del dinero robado y cómo  aparece por Promocastro para realizar una auditoría. Pista que su instinto le hará trasladarse hasta Ámsterdam pues cree que en esta ciudad holandesa puede haber indicios del dinero robado.

La historia será narrada en primera persona por Beatriz pero, pasados unos capítulos, el lector se sorprenderá porque se encuentra con que la forma de narrar ha cambiado. Sigue en primera persona, pero el narrador es otro, el sargento de la Guardia Civil Ramón Sigüenza. A partir de este momento los narradores se irán alternando. De esta forma vemos cómo avanza la investigación que será relatada por ambos narradores y así vamos conociendo cómo se suceden los hechos desde el punto de vista de la intrépida, atractiva y frívola Beatriz, a quien el riesgo para esclarecer los acontecimientos le seduce, y cómo lo interpreta el sargento Ramón Siguënza, siguiendo las pautas que le marca su sentido profesional. Las investigaciones de ambos se ensamblarán finalmente hasta formar el puzzle con el que darán por resuelto el caso.

La novela está estructurada en treinta y cinco capítulos y nos mantendrá intrigados hasta el final cuando conozcamos, con sorpresa incluida, quién asesinó a los dos empleados de la promotora y la autoría del robo del dinero negro. Un desenlace que nos llevará hasta la localidad de Noja, en Cantabria. El autor utiliza un lenguaje característico del género, con sus dosis de humor e ironía. Será constante, a lo largo del relato, el empleo de las nuevas tecnologías pues vemos cómo Beatriz utiliza el messenger para poner al día a Alberto de sus avances en las investigaciones.

Por medio de la protagonista, sobre todo, iremos conociendo a los personajes que intervienen en esta novela. Tras presentarse en la promotora como una auditora para descubrir qué pasó con el robo del dinero de la caja fuerte de la empresa, iremos conociendo a los empleados de la misma, pues todos serán investigados como sospechosos, así como a Bernardo, el gerente de la empresa y socio de Alberto, de quien Beatriz también dudará pues se extraña de la posición económica de este cincuentón, casado y con dos hijos pero que mantiene una relación extraconyugal con su secretaria, Mónica. Posee un buen yate en el que se codea con los especuladores que hacen negocio con él y a los que invita a navegar por la costa cantábrica. Embarcación que le sorprenderá a la protagonista pues ella también será invitada a una de esas travesías y se pregunta cómo puede llevar este tipo de vida el socio de su padre adoptivo. También conoceremos a Javier García, un guardaespaldas que le salvará de un atraco y se lo encontrará en más de una ocasión y a Roberto y Marta, mayordomo y cocinera de la casa que tiene su padre adoptivo en Denia (Alicante), a quien conoceremos en el último capítulo.

Joaquín Lloréns, con esta segunda entrega de Beatriz, investigadora licenciosa, nos engancha desde el principio pues los acontecimientos se irán complicando y Beatriz se verá inmersa en algún que otro compromiso. Dinero negro, asesinatos, sexo de alto voltaje, posibles sospechosos del robo, especulación financiera, y alguna que otra sorpresa que nos llevaremos son los ingredientes de esta novela negra, típicos del género, aunque con la nota innovadora de ser dos los narradores de los hechos, la constante alusión a marcas de productos utilizados por los personajes  y el hecho de que sea una mujer la investigadora del caso y no un hombre, como suele ser habitualmente.

Amor envenenado es una novela cuya lectura recomiendo a los seguidores de este género o a quienes quieran familiarizarse con él, pues el lector se encontrará con una nueva forma de narrar los hechos que se van sucediendo en el relato.

El autor:

Joaquín Lloréns nace en Bilbao en 1962 y es licenciado en Ciencias Empresariales. Tras trabajar como galeote en una multinacional del sector de la consultoría,  a finales de los ochenta traslada su residencia a Mallorca junto con la también escritora Inés Matute. Sus principales frutos literarios han sido la serie de novelas de Beatriz, una investigadora no profesional  y de personalidad algo excéntrica en sus relaciones afectivas. La primera, Citas Criminales, ha sido publicada también por la editorial Baile del Sol. Están a la espera de imprenta Política criminal y Venganza Criminal. Actualmente trabaja en la quinta novela de la serie, Crimen de lesa majestad.

Ha escrito y publicado cuentos y artículos en “La bolsa de pipas” y en “Quehacer editorial”, y ha participado en diversas antologías poéticas. Es miembro activo de RIEPA (Red Internacional de Editores y Proyectos Alternativos) donde mantiene activo un blog.

Francisco J. Portela

Título: Amor envenenado (Beatriz, investigadora licenciosa)
Autor: Joaquín Lloréns
Fotografía cubierta: Alejandro Zenker
Editorial Baile del Sol, 2010
ISBN: 978841509060
Nº páginas: 303 

06 noviembre, 2012

PRESENTACIÓN DEL LIBRO "MARCO AURELIO. UNA VIDA CONTENIDA"

MARCO AURELIO. UNA VIDA CONTENIDA.
FERNANDO R. GENOVÉS
Ed Evohé, 2012

En el acogedor espacio de la librería ANTES A. T. (calle Lagasca, 120), regentada por Alfredo y Carmen, tuvo lugar el día 25 de octubre la presentación del libro de Fernando R. Genovés, Marco Aurelio, Una vida contenida (Evohé, 2012). Escritor, ensayista, crítico literario y cinematográfico, Fernando R. Genovés es doctor en Filosofía. Profesor funcionario de carrera en excedencia voluntaria, se ocupa en la actualidad, con dedicación profesional exclusiva, a escribir. Premio Juan Gil-Albert de Ensayo, Ciudad de Valencia, 1999. Colaborador en medios de comunicación. Creador y mantenedor de la sección «La buhardilla» en la revista El Catoblepas. Autor, hasta la fecha, de siete libros y varios centenares de artículos y reseñas en revistas especializadas. Su línea de investigación y sus trabajos están relacionados preferentemente con el ámbito de la filosofía moral y política.
PRESENTACIÓN DEL LIBRO MARCO AURELIO, UNA VIDA CONTENIDA, de FERNANDO R. GENOVÉSAl autor le acompañaban en la mesa Alfredo Tiemblo y José María Marco.  La introducción corrió a cargo de Alfredo Tiemblo, (Madrid 1968), licenciado por la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense en la especialidad de Prehistoria y Arqueología, además de la especialidad de Historia Antigua. Autor de dos libros y numerosos artículos y publicaciones en diversas revistas de Historia y Arqueología. Tras una completísima disertación histórico-filosófica sobre las distintas corrientes del estoicismo donde se vendría a enmarcar el pensamiento de Marco Aurelio, dio el turno al presentador.
A continuación, pasó a intervenir Jose María Marco (Madrid, 1955), licenciado en Filología Hispánica en la Universidad Complutense, doctor en Literatura Española por la Universidad Complutense de Madrid. Tiene estudios de Filosofía en la Universidad de París VIII (Vincennes). Actualmente, es profesor de Literatura Española e Historia de las Ideas Políticas en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid (UPCO / ICAD) y autor de numerosas publicaciones. Durante el curso 2004-2005, ha sido investigador invitado en Georgetown University, Washington D. C. El profesor Marco hizo una semblanza de Fernando R. Genovés, hablando de su obra y trayectoria, en la que recordó un encuentro entre ambos en Washington, en 2005,  realizando una oportuna y acertada comparación con la capital norteamericana, símbolo de un imperio contemporáneo, con la Roma imperial de Marco Aurelio. Contrapuso el mundo antiguo con el moderno y resaltó las ideas básicas del texto y del pensamiento marcoaureliano.
PRESENTACIÓN DEL LIBRO MARCO AURELIO, UNA VIDA CONTENIDA, de FERNANDO R. GENOVÉSFinalmente, Fernando R. Genovés habló brevemente del contenido del libro, pero se extendió más acerca del origen del texto, remontándose a finales de los años noventa en que comenzó a trabajar la idea del «contento moral» y que desembocaría más adelante en su tesis doctoral, basada principalmente Marco Aurelio, Michel de Montaigne y Baruch de Spinoza. Es, pues, esta noción la que el autor relaciona en este libro con la filosofía que se desprende de lasMeditaciones de Marco Aurelio. Tuvo también unas palabras de agradecimiento al editor y la autora de la cubierta del libro por el magnífico trabajo realizado.
Tras un interesante intercambio de preguntas y respuestas, finalizó la sesión con un vino de honor, y durante el cual Fernando R. Genovés firmó ejemplares del libro recién presentado y departió con los asistentes al acto. La librería estaba a rebosar de público, el cual atendió con sumo interés todas las intervenciones creándose un clima de gran comunicación.

Ariodante

¡Sálvese quien pueda! - Andrés Oppenheimer

¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la robotización. Oppenheimer siempre me ha llamado la atención, si bien no he sid...