01 octubre, 2012

RELATOS DISCORDANTES


DISCORDANCIAS
ELENA CASERO
Ed. Talentura, 2011

Hay en este conjunto de relatos ―diecinueve, en total―muchos nexos de unión entre ellos. No sólo el hecho de que los personajes se sientan discordantes en su ámbito, sino que la obsesión que resulta recurrente en muchos de los textos sea un hecho también discordante: el suicidio. Porque si bien la muerte es algo que inevitablemente, nos toca a todos, decidir en qué momento la abrazamos es discrepar del destino, individualizarlo, decidiendo por nosotros mismos el único acto que quizá sea el más dramáticamente libre. No decidimos nacer, nos nacen. No decidimos muchas cosas en esta vida, que nos vienen impuestas, aunque sí podemos decidir otras: llevarle la contraria a lo que nos parece venir decidido de antemano.
Otro nexo de unión que observamos es una abrumadora sensación de soledad, aplastante, la soledad de la rutina, de las vidas planas, soledad muchas veces compartida bajo el mismo techo y que es más dramática precisamente porque podría no serlo. Mayoritariamente los relatos son protagonizados por mujeres, mujeres de una cierta edad, que se encuentran hartas de su diario y cotidiano vivir. Y cuya única salida creen encontrar en la huida de la vida. A veces de la propia y a veces de la ajena.
También los hombres interpretan un papel en estas narraciones, unas veces bajo el manto de la soledad o del desamparo, otras en el papel del otro, del que está en casa pero como si no estuviera, de ese otro desarraigado, o de ese indiferente, una especie de vegetal con el que la mujer que transita por el mismo pasillo no consigue puntos de encuentro y por tanto abandona.
En general, todos estos escritos nos muestran un mundo dramáticamente desolador: una cárcel interior de la que quieren huir, y de la que creen que sólo la muerte les va a liberar. Sin embargo, los textos están contados de modo absolutamente cotidiano, como si fuera algo que vemos a diario. Porque lo vemos a diario: son esas parejas que no se hablan, esas convivencias insulsas, o esas relaciones desesperantes o tristemente opresivas que estamos habituados a escuchar de vecinos, parientes, a contemplar al lado, o en las noticias; a vivir, incluso. Todo es cotidiano, tristemente cotidiano. Lo que no es tan cotidiano son las soluciones a las que llegan los personajes.

Es el enfoque que la autora, Elena Casero, lo que le da el toque personal, cuyas narraciones rezuman un humor cáustico, negro, pero en algunos momentos desternillante. Un humor sin el cual no soportaríamos seguir leyendo. Un humor que es lo que consigue mantenernos vivos en un paisaje tan desolador como el que sabemos que reflejan de nuestro entorno estos retazos de realidad arrancados por la autora y presentados con una retranca y una ironía que les hace presentables. Porque la vida sin humor resulta muy dura en algunos casos. ¿Y qué mayor discordancia es reírse de la muerte? Porque la muerte está presente en casi todos estos relatos, pero presentada desde un punto de vista que nos hace sonreír, en situaciones que sería para llorar. También hay otro punto común, y son los finales. Elena Casero llega al final del relato y nos da un sobresalto, nos deja con la boca abierta o hace que soltemos una carcajada. Finales sorprendentes, finales abiertos. Algunos de los relatos hacen referencia a otros, imbricándose en sus personajes. Quizás el último, Bodas de plata, sea a su vez discordante respecto al resto, al menos en cuanto al tema fúnebre, que no en el humorístico. Si hubiera de quedarme con alguno, quizá el relato Una llamada a deshora sea el que me ha resultado poderosamente sugerente. Desternillante el de Recuerdos a Benedetti. Unos muy breves, otros más largos, el conjunto es una lectura que se hace amena, escrita en un lenguaje muy directo, muy llano, a veces descarnado, que a pesar de su poso amargo hace reflexionar sobre la cotidianeidad de nuestras miserias, y  produce algunos momentos de franca hilaridad discordante, obviamente.

Elena Casero (Valencia, 1954) es una autora tardía, una autora a la que la vida ha llevado a escribir, y lo hace siempre con un toque de humor y retranca que la va caracterizando y dándole ya un sello personal a sus escritos.   


Ariodante

28 septiembre, 2012

NIÑOS SALVAJES


EL PEQUEÑO SALVAJE

T. C. BOYLE

T. C. Boyle (Peeksill, Nueva York, 1948), es uno de los más famosos narradores estadounidenses del momento, por su sensibilidad, ironía y talento narrativo. Escritor que suele basar algunas de sus obras en hechos reales, como es el caso de Música acuática (1981), que narra las aventuras del explorador escocés Mungo Park, descubridor del curso del río Níger o The Woman (2009) donde narra la vida del arquitecto  Frank Lloyd Wright a través del testimonio de cuatro de las mujeres que pasaron por su vida. Pero Boyle sorprende también con otro tipo de literatura, como la sátira que utiliza en Drop City, ambientada en los años 70, o El balneario de Battle Creck (1993), al que acude gente de postín para aprender a llevar una vida sana o curar sus dolencias gastrointestinales,  pero donde también nos muestra las excentricidades de un científico loco, como es el doctor Kellogg.  Una comedia adaptada con éxito a la gran pantalla en 1994 por Alan Parker y con Anthony Hopkins en el papel del excéntrico doctor.

Sin embargo, pese a los premios cosechados, - como el Pen/Malamoud por su novela de relatos T. C. Boyle Stories, el Pen/Faulkner por El fin del mundo (1987) o el Prix Médicis Étranger, a la mejor novela publicada en Francia en 2003 por la anteriormente citada Drop City- parece que es un autor poco conocido en nuestro país, quizá porque no es un escritor mediático y parece que sus obras no atraen a la gente por la temática provocadora de alguna de sus obras o por tratar temas que están de actualidad.

Impedimenta ha apostado por una de sus obras basadas en hechos reales, El pequeño salvaje, para dar a conocer su narrativa. Anteriormente, fue llevada  al cine por François Truffaut en 1969 con el título de L´enfant sauvage, considerada como una joya del séptimo arte. Es lo que los franceses denominan nouvelle o relato corto, con traducción de Juan Sebastián Cárdenas. En El pequeño salvaje  Boyle nos presenta, de forma apasionada y conmovedora, la historia de Víctor, el niño salvaje de Aveyron, que unos cazadores encontraron en los bosques de Lacaune en la región francesa de Languedoc, en 1797, totalmente desnudo y asilvestrado. Es protegido por las autoridades gubernamentales y enviado a París donde “a pesar de la orden estricta del Ministerio del Interior de que hicieran llegar al niño sano y salvo y sin percances, Bonnaterre no pudo evitar tener que hacer varias paradas por el camino, y complacer a la gente, dejándoles echar aunque fuera un breve vistazo a aquel prodigio”. Fue puesto en manos del doctor Itard para que pusiera todos sus medios en tratar de civilizarlo.

La literatura, desde sus inicios, da muchas referencias a este fenómeno. En la mitología nos encontramos a Rómulo y Remo, los fundadores legendarios de Roma, que fueron amamantados por una loba. En el siglo XIX , aplicando la figura de criterios ilustrados de el buen salvaje de la época, Rudyard Kipling creó la figura de Mowgli en El libro de la selva. En el siglo XX, en 1912, Edgar Rice Burroughs hizo lo propio con Tarzán. En estos dos libros citados la línea que divide el universo de los seres humanos y el de los animales se vuelve casi nula, integrando el mundo de las especies. Ya en el siglo XXI, la escritora australiana Eva Hornung nos trae El niño perro, donde nos relata una historia basada en la experiencia del punto de vista del niño y no de los científicos que lo estudian. Basada en un hecho real, la novela relata cómo el pequeño, abandonado por su madre en Moscú, es acogido por una manada de perros. Es el caso de Romochka. La novela relata cómo el pequeño, abandonado por su madre en Moscú es acogido por una manada de perros.

De una forma magistral Boyle nos va describiendo en este relato todo el proceso de intento de civilización de Víctor, con un realismo tal que parece que vamos viendo el transcurrir de los hechos, viendo cada lugar por el que pasa el niño salvaje hasta llegar a París, sus reacciones ante el mundo nuevo que le rodea,  el trato que con él tiene Sicard, que lo tomaba por un idiota, o cómo lo exhiben en su visita a Madame Récamier, pero también vemos el lado humano de aquellos que intentan ayudarle como el incansable doctor Itard o el cariño con que le trata la señora Guérin. Es, sin duda, un maestro en describir el alma humana con todo lujo de detalles.
Es un libro testimonio, un documental fantástico, en el que Boyle es la voz en off del mismo. Merece la pena la lectura de sus 121 páginas porque vamos siendo testigos de ciertos progresos de comunicación de Víctor, de sus reacciones ante el nuevo panorama que se le presenta y de la paciencia del doctor Itard para lograr sus objetivos.
                                                                                                            
Francisco J. Portela

23 septiembre, 2012

MOSCAS FAMILIARES


EL HERMANO DE LAS MOSCAS
JON BILBAO
Ed. Salto de página, 2011

Puede que el título os recuerde a aquel gran libro de William Golding, El señor de las moscas. Tengo que reconocer que me sentí atraída por este libro precisamente por el título, que ciertamente es muy llamativo, y que todavía me llamó más la atención al leer su argumento:

            Héctor es un hombre tranquilo que ocupa un cargo de responsabilidad en una refinería de petróleo y vive felizmente casado en una apacible zona residencial. El mismo día en que nace su primogénita, recibe la visita inesperada de su hermano Grego. Éste lleva una vida errática y aventurera en el sudeste asiático, malviviendo de los escasos ingresos de un negocio de alquiler de embarcaciones. Visiblemente enfermo, se retira a descansar al cuarto de invitados. A la mañana siguiente, Héctor encuentra la habitación ocupada por un inmenso enjambre de moscas. No hay rastro de Grego. Desde ese momento la familia se ve inmersa en una pesadilla brotada de su propio seno, horrible y fascinante a un tiempo, que pone a prueba la resistencia de sus vínculos y amenaza la cordura de cada uno de sus miembros.

            Un argumento sugerente, ¿no es cierto? El hermano de las moscas es mucho más. No sólo tiene un argumento interesante y misterioso, sino que en cuanto a estilo y profundidad también supone un estupendo trabajo.
            Pongámonos en la situación del protagonista, que en realidad no es Grego (aunque lo parece). A mi modo de ver el título se refiere a Héctor, puesto que éste se convierte progresivamente en hermano de esas moscas que van ocupando su espacio vital. Este hombre tiene una vida normal: una mujer preciosa que acaba de tener una hija, un estupendo trabajo, una magnífica casa en una de las mejores urbanizaciones de la ciudad. Sin embargo, no todo en su vida es perfecto, pues su hermano Grego no lo es. Va a ser éste durante toda la novela el que trastocará la paz familiar. Desde un primer momento se nos deja claro que Héctor es un hombre responsable, preocupado por su trabajo y por su familia; todo lo contrario es Grego, un vividor un tanto irresponsable. La relación entre hermanos no es muy buena, y lo será todavía menos en el momento en el que irrumpa en esa paz familiar de la que hablábamos antes. Grego no trae consigo simplemente unos recuerdos lejanos que sacuden a Héctor, también trae un nuevo problema, mucho peor que los anteriores.
            Evidentemente, la desaparición de Grego provoca la tensión entre el matrimonio, pero no sólo esta desaparición sino sobre todo su aparición, ya que Grego aparecerá al cabo de unos días, desnudo, en el suelo de la habitación y no encontrarán ni rastro de las moscas. Héctor y su mujer llegan a la conclusión de que hay algo extraño en ello, algo que escapa al control de la mente humana, un hecho que es fascinante. Puede que no tenga mucho sentido, en este caso opino que no es en sí esta transformación (o digamos mejor metamorfosis) la que provoca que el libro sea interesante (está claro que es un factor bastante importarte, pero hay otros) sino que Jon Bilbao a través de este hecho insólito nos va narrando cómo transcurre la vida familiar y laboral de la familia.
            Llaman la atención los distintos mecanismos que Jon Bilbao utiliza en esta novela para provocar al lector y acaparando su atención. Por ejemplo, cómo está dividida la novela. En este caso el autor divide el libro en partes, y cada una de ellas tiene a su vez capítulos distintos. Estas partes están ordenadas cronológicamente, de este modo vemos una cronología, algo que en cierto modo es importante en el transcurso de la novela. Por otra parte, es algo también bastante llamativo el modo de introducirnos en la lectura. Por ejemplo, no sólo encontramos una narración simple, sino que también va a presentar capítulos en los que se nos hace un análisis científico exhaustivo sobre la mosca (esto es algo que otros autores ya emplearon en su momento, véase el caso de Horacio Quiroga, escritor del fantástico latinoamericano y su Almohadón de plumas). Este capítulo es muy interesante, tal vez retrase un poco la acción pero la verdad es que también puede ser muy útil para conocer comportamientos sobre este insecto y sobre la transformación de Grego.
            Jon Bilbao se centra mucho en los detalles. Como dije anteriormente no se nos cuenta simplemente el hecho de que Grego se transforme misteriosa e inexplicablemente en un enjambre de moscas. En realidad esto parece ser un apoyo para lo que de verdad interesa en la novela: la vida de esa familia, sus acciones, sus sentimientos, los pensamientos que tienen, las relaciones y lazos que se establecen. No sólo conocemos a los personajes principales, sino también a otros que son secundarios pero que a su manera se vuelven también muy importantes en la historia a medida que va avanzando.
            Nos retrata la cotidianidad rota por esta metamorfosis extraña. Como bien sabemos, en la novela de Kafka se hace un tratamiento totalmente normal de esa situación y en ningún momento se nos hace dudar. Lo mismo sucede con El hermano de las moscas. Llega un momento en el que esa metamorfosis se hace normal, es algo que subyace en la naturaleza de Grego. Él es las moscas, y las moscas son él. No debemos pensar en nada más, debemos centrarnos en esos personajes, en esas acciones, en el tratamiento del argumento.

Puede resultar extraño que Bilbao se detenga en tantos detalles y a veces puede acabar convirtiéndose en un estorbo, pero hay que aceptar lo que expuse anteriormente y es que en sí lo que realmente importa es cómo se desarrolla la vida a partir de entonces y por eso es necesario recrearse, regocijarse ante hechos que pueden parecer simples o triviales, sin embargo, en esta novela nada es gratuito.
Por ello, debo recalcar que si alguien piensa que en esta novela va a encontrar un por qué a ese misterio está equivocado. Me remito de nuevo a los autores del fantástico y neofantástico latinoamericano. No es necesario llegar a una conclusión ni a una solución. Es más importante el hecho que se nos narra, el misterio que envuelve la historia. También señalar lo que dije arriba y es que a veces Bilbao profundiza demasiado y eso puede resultar engorroso para algunos lectores a los que les guste una acción y un desenlace rápidos.
En fin, una novela altamente recomendable. Jon Bilbao es un escritor que se está haciendo oír gracias a novelas con planteamientos realmente sugerentes.


Elena Montagud

¡Sálvese quien pueda! - Andrés Oppenheimer

¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la robotización. Oppenheimer siempre me ha llamado la atención, si bien no he sid...