02 febrero, 2012


ENTREVISTA A AMANDO LACUEVA

Autor de la novela La guerra del francés, La marca del traidor

Entrevista realizada por Galaico, publicada anteriormente en Melibro.com



Amando Lacueva (Hellín, 1960) es asesor fiscal en la Agencia Tributaria de Tarragona. Estudió Peritaje Mercantil en la Escuela de Altos Estudios Mercantiles de Barcelona. Pertenece a diversos grupos de escritores y participa activamente en varios foros literarios. Su primera novela, publicada en 2008, El triángulo vikingo (Mundos Épicos Grupo Editorial), es de corte fantástico y  trata sobre las deidades nórdicas y actualmente ya va por la segunda edición. En 2009, Hera Ediciones publica su segunda novela, El sexo sol, obra de ciencia ficción que trata sobre las profecías mayas. Este año verán la luz su poemario “En carne viva” y su cuarta novela “Red final”.

Galaico:  Le agradezco que me dedique un momento de su tiempo para esta pequeña
entrevista:

1-Le felicito por el éxito que parece va teniendo La guerra del francés. La editorial ya está preparando una segunda edición.

AL.-Esas son las últimas noticias que he recibido recientemente de la editorial. Todo  apunta a que el distribuidor solicita más ejemplares y éstos parece ser que se han agotado.

2-Uno de los supervivientes de esa barbarie cometida por Suchet contra la población, dice, en la introducción “que Tarragona y sus héroes claman un lugar en la Historia de esta patria desagradecida”. Entiendo que esta novela es un canto a la Memoria Histórica de los que dieron su vida defendiendo la ciudad hasta el último suspiro, a pesar de que sabían cuál era su fin.

AL.- Cierto. Suchet envió varios emisarios para que el gobernador, el general Juan Sénen de Contreras, entregara las llaves de la ciudad abaluartada, pero ni él ni el comandante en jefe de Cataluña, Luis González de Aguilar, el marqués de Campoverde, después de lo sucedido en Tortosa con el conde Alacha, tenían en mente entregarla. Resistir hasta morir, esa era la consigna, tal y como rezaba el lema de los migueletes de la ciudad “vencer o morir”. Muchos pudieron huir antes del asalto, incluso la dotación del ejército regular encargada de su defensa, elaboró un plan de fuga, pues sabían que sucumbirían ante los tropas imperiales, pero aún así, conociendo el final que les esperaba, la mayoría de la población, las milicias urbanas y los somatenes, prefirieron la muerte

3- Me llama la atención que, pese a los crímenes horrendos cometidos contra la población, casi diezmada ese fatídico día, he visto que se celebró en los días 24 y 25 de junio de este año el 2º Centenario de la toma de Tarragona por el sanguinario Suchet. Contradictorio ¿no?. Lo digo porque ante tal masacre no habría lugar a ninguna celebración.

AL.-Realmente lo que se celebró fue una conmemoración coincidiendo con el segundo centenario, para rendir homenaje a la memoria de los héroes que defendieron la plaza. No hubo celebraciones, pero sí actos que honraban las víctimas masacradas en el cobarde y brutal asalto perpetrado por las tropas al mando del general, luego mariscal, Louis Gabriel Suchet, Como ve, nada tiene de contradictorio, pues no fueron días de fiesta, al contrario, se realizaron diferentes conferencias, tertulias, exposiciones en numerosos museos de la ciudad, y actos de homenaje.

4-¿Por qué se ocultó tanto tiempo lo sucedido?. ¿Quedaba alguien tan mal parado si salía a la luz pública todo lo que pasó hasta el asalto final.

AL.-Es un poco largo de explicar y yo lo único que puedo hacer es comentarte mis impresiones, fruto de la investigación de casi dos años entre manuscritos y bibliotecas. Todo apunta a que el comandante en Jefe de Cataluña, el marqués de Campoverde, no deseaba pasar a la historia como el general que había rendido la plaza ante las tropas Bonapartistas, y menos, después de que el conde Alacha entregara Tortosa. Hay que tener presente, que Tarragona era el último baluarte de Cataluña que no estaba en manos francesas. Todos conocías la importancia de la ciudad, pues disponía de puerto, custodiado por la armada inglesa y se encontraba en un lugar estratégico, dado que impedía que Suchet avanzara hasta Valencia. El marqués, se pavoneaba por las calles de la ciudad diciendo a los vecinos a voz en grito, que Tarragona nunca sería entregada. Luego parece ser que se dio cuenta que no podía presentar batalla al mejor ejército del mundo, que en aquellos momentos reunió unas tropas para el asedio superiores a 30.000 hombres. Tanto el ejército regular, que desapareció con burdos pretextos, como el ejército imperial, tienen mucho que callar y esconder, unos, por cobardes y abandonar la plaza dejando a sus habitantes a su suerte, los otros, por las atrocidades y barbarie cometidas. No me extraña que nada de esto aparezca en los libros de historia. Es una vergüenza para ambos ejércitos. Solo apuntar que el marqués de Campoverde, fue juzgado por sus actos en Valencia tres años más tarde.

5-¿Hay alguna teoría, por lo que se deduce de la novela, de que hubo alguien o algún cúmulo de circunstancias que allanó la entrada de los franceses en la ciudad?

AL.-Existen muchas pruebas documentadas de que Tarragona fue traicionada y vendida al ejército de Bonaparte. Desde oficios de la Junta Superior de Cataluña, instando al gobernador a que buscara a los conspiradores y espías (algo que sabían muy bien pues tenían un agente de inteligencia en Paris que les había informado), como por la pérdida de diferentes fuertes exteriores que hablan de traición. Te podría enumerar muchos sucesos: como que el fuerte de la Oliva, una construcción exterior que costó 40M de reales de la época, con una dotación de 1200 hombres y 50 cañones de grueso calibre, fue tomado por la misma puerta de entrada al baluarte, dado que los franceses penetraron dando el santo y seña correctos. No obstante, el día anterior la ciudad apareció empapelada de folletos indicando el día y hora del cambio de retén. Esa es solo una muestra, luego podemos seguir con el bochornoso comportamiento de los defensores del arrabal (La ciudad baja), que se embarcaron y dejaron las murallas libres para que los franceses penetraran. O igualmente, el enorme problema que hubo con los rastrillos de las murallas, que todos se encontraban abiertos en el momento del asalto, lo que provocó que los defensores fueran sorprendidos por la espalda. No acabaría de relatar hechos de traición.

6-La Guerra de la Independencia fue una guerra en la que tuvo un papel importante el pueblo: por un lado la guerrilla que hostigaba al invasor y por otro personas anónimas que forjaron leyendas, tras salvar a pueblos y ciudades del invasor con sus heroicas actuaciones. Sin embargo no sabemos si en Tarragona hubo alguien a quien destacar por su valentía.
AL- En mi novela tengo como personajes secundarios a dos héroes de la ciudad, que combatieron valientemente. Uno es el teniente de migueletes Joaquín Fábregas, y el otro, una mujer, conocida por La Rosa, o la calesera de la Rambla. Ambos personajes de mi obra están basados en la vida de ambos, que por suerte, sobrevivieron al asalto.

7-Ya metiéndonos algo más en el libro, al leerlo, realmente parece que uno se remonta al año 1811.  Uno se hace a la idea de cómo era la vida de aquellas gentes, sus vestimentas, el ambiente en las tabernas, la vida cotidiana que se procuraba llevar pese a todo. ¿Costó mucho trabajo documentarse para acercarnos a ese año y que el lector se sintiera un personaje más de la obra?.

AL-Realmente ha representado un duro trabajo. Escribir una línea, en ocasiones representaba estudiar una veintena de manuscritos durante un mes para dotar al escenario de la mayor realidad posible. Desde buscar vocablos en desuso, hasta los juegos de los críos, pasando por las vestimentas de la época, las costumbres de los habitantes de la ciudad, la construcción de las viviendas, el mobiliario, las gentes que frecuentaban los figones, y un largo etcétera. Sin embargo el tiempo dedicado a la ambientación mereció la pena, pues creo que ha sido un gran logro, por lo menos, esos dicen muchos de mis lectores, que han quedado fascinados por la recreación de la cotidianidad de hace dos siglos.

8-Pese al carácter coral de la novela uno llega a sentir empatía por los personajes, ya fuesen de los llamados buenos o de los malos. El Jerezano, Ixart, el bueno y a la vez bruto de Mingo Prats. En fin, una larga relación de personajes pero muy bien dibujados sus rasgos. Trazar sus personalidades no debió ser una tarea fácil. Lo digo, además, por el equilibrio que veo en todos o casi todos ellos.

AL.-Cada escritor tiene su técnica. Yo estoy acostumbrado a construir una ficha de cada personaje, destacando sus rasgos físicos, sicológicos y sociológicos, lo que me permite mantener el perfil del mismo durante toda la obra. Lo que realmente trabajo, es su perfil sicológico. Me gusta que los personajes tengan vida propia y que se distingan por su comportamiento, luego que cada uno se imagine el físico que desee, pero lo trascendental es que mantengan una misma conducta ante diferentes situaciones y que el lector los pueda distinguir perfectamente por su forma de ser, por su forma de vestir y en último lugar, por su físico.

9-¿Hay algún personaje de La guerra del francés que tenga algo de usted?

AL.-Todos tienen algo de mí, yo creo que el autor es todos sus personajes, y desde luego, esta pregunta merece un extenso debate entre autores, pensadores y filósofos. Sin dudarlo, todos nacen del autor e imprimes algo tuyo en cada uno de ellos.

10-Al final de su novela viene una extensa bibliografía. Es una historia novelada, desde luego, pero casi se podría tomar como un ensayo. ¿Se podría decir que es una novela testimonio?

AL.-Está basada en diferentes crónicas, diarios de personas que sobrevivieron al asalto y un largo etc. Como ves, tengo dos narradores, uno en primera persona como testigo protagonista y el otro omnisciente, sí, sin duda pretende ser un testimonio de lo sucedido.

11-Este año salen a la luz dos obras suyas: un poemario y una novela de corte distinto. ¿La siguiente será una novela histórica o con esta se acabó su aventura en este campo?

AL.-Me gustó haber trabajado con el género histórico. Me he sentido cómodo y satisfecho. He disfrutado construyendo la obra, trabajando los detalles más ínfimos e intentando ser riguroso. Ha sido la primera, cierto, pero sin duda no va a ser la última, de hecho estoy trabajando en algo que verá la luz en 2013, y naturalmente, es histórica.

Muchísimas gracias por su atención en nombre de Melibro y  Opinion de libros, seguiremos al corriente de sus éxitos.

Galaico

31 enero, 2012


LA GUERRA DEL FRANCÉS, LA MARCA DEL TRAIDOR
AMANDO LACUEVA

La Guerra de la Independencia o Guerra del francés, como así la llaman en Cataluña empezó con un engaño: el Tratado de Fontainebleau, y una firma, la de Manuel Godoy, que autorizaba la entrada y el establecimiento de tropas francesas en España con el supuesto propósito de invadir Portugal y la repartición del país vecino entre ambas naciones. El pueblo comenzó a observarlas como algo amenazante, pues veía cómo iban ocupando diversas ciudades. Entre ellas, Barcelona o Figueras en Cataluña.
La caida de Godoy se acelera con el Motín de Aranjuez, que también obligó a la abdicación de Carlos IV a favor de su hijo Fernando VII. Napoleón llama a padre e hijo a Bayona y les fuerza a abdicar a favor de su hermano José Bonaparte.
El 2 de mayo de 1808 se inicia una insurrección en Madrid, abortada por la represión de las tropas napoleónicas. Es el comienzo de la Guerra de la Independencia. José Bonaparte no es reconocido como rey. Era evidente que había un vacío de poder. Para enfrentarse a los invasores se forman las Juntas Provinciales que asumían la soberanía en nombre del rey ausente. En septiembre de 1808 estas Juntas se coordinan y se constituye la Junta Central Suprema, que entre las medidas que adoptan se encuentra la convocatoria de las Cortes de Cádiz.
Esta guerra, en la que el principal protagonista fue el pueblo, daría lugar a una serie de mitos y leyendas. Quién no oyó el nombre de Agustina de Aragón, de origen catalán, manresana, durante el asedio a Zaragoza, o la resistencia de Gerona, que soportó hasta tres asedios franceses; el hostigamiento del Tercio del Ampurdán al invasor; las dos batallas del Bruch, donde fueron derrotados los franceses o la leyenda de Isidre, el tambor del Bruch, que utilizaba un tambor de las cofradías y la reverberación del sonido de éste al chocar con las paredes de Montserrat hizo creer que el número de soldados españoles era muy superior al que realmente había.
Pero faltaba un libro que narrara el heroico sitio, defensa y asalto de Tarragona. Y ese libro ya lo tenemos. Se llama La guerra del francés, la marca del traidor (Ediciones Citerior). Su autor, Amando Lacueva (Hellín, 1960) es asesor fiscal en la Agencia Tributaria de Tarragona. Estudió Peritaje Mercantil en la Escuela de Altos Estudios Mercantiles de Barcelona. Pertenece a diversos grupos de escritores y participa activamente en varios foros literarios. Su primera novela, publicada en 2008, El triángulo vikingo (Mundos Épicos Grupo Editorial), es de corte fantástico y trata sobre las deidades nórdicas y actualmente ya va por la segunda edición. En 2009, Hera Ediciones publica su segunda novela, El sexo sol, obra de ciencia ficción que trata sobre las profecías mayas. Este año verán la luz su poemario “En carne viva” y su cuarta novela “Red final”.
En la introducción Lacueva dice, por medio de uno de los supervivientes , el Mellado, “Tarragona clama un lugar en la Historia de esta patria desagradecida” . Honra la memoria de todos los que allí perdieron sus vidas diciendo “ La brutalidad de los franceses cometida en Tarragona es un oprobio monstruoso y sus líderes con Suchet a la cabeza y Bonaparte a la zaga, unos criminales que con su poder han guardado silencio eterno, soterrando las atrocidades cometidas con la población civil …mis conciudadanos, parientes, amigos. Y yo, ya no me callo por más tiempo”.
Estamos ante una obra coral, con varias tramas que la conforman y con dos protagonistas principales: Tarragona y sus pobladores. Ellos son los dos ejes en torno a los cuales se irán desarrollando todos los acontecimientos que, desde una fría noche del riguroso Diciembre de 1810, el autor nos irá reconstruyendo todo lo sucedido hasta el fatídico 28 de Junio de 1811. Y lo reconstruye por medio de dos narradores, uno objetivo y otro subjetivo, que nos relata los detalles escabrosos.

Tal es el realismo con el que se nos narran los hechos, que el autor logra que yo mismo dé un salto en el tiempo de doscientos años y, cual si estuviese en lo más alto del Fuerte del Olivo, que finalmente sería tomado por los franceses antes del asalto final a la ciudad, veía desde ese lugar privilegiado, capítulo a capítulo, como si fuese un personaje más de la obra, cómo Las Cortes de Cádiz envían a un agente, Pedro Sevilla, a la ciudad de Tarragona. Había rumores de que los franceses iban a tomar la ciudad en una fecha determinada y la misión del enviado era averiguar qué era lo que estaba sucediendo realmente. Una goleta se halla fondeada en el puerto natural de Salou. En ella viene Acuña, un criollo de ascendencia catalana. Le aguarda en tierra Pere Suñé, un rico comerciante y brillante ingeniero de Salou. Ambos se traen un negocio entre manos. Crecía cada vez más la posibilidad de que había un espía al servicio de los franceses entre los pobladores de la capital tarraconense. Un espía camaleónico que era capaz de adoptar diversas identidades para conseguir sus fines. Las sospechas recaían sobre Ixart, el impresor del Diario de Tarragona. Ciertas actuaciones suyas daban motivo para desconfiar de él. El fin último sería conseguir la entrega de la ciudad a las tropas napoleónicas dirigidas por Suchart.
Entre los planes que tenía encomendado para que los franceses consiguieran sus propósitos figuraba el pactar una estrategia con el comodoro británico Codrington para que, llegado el momento, su flota mantuviese una actitud pasiva.  Las Cortes envían a otro comisionado ante la ausencia de noticias de Pedro Sevilla. El enviado se llama Casas, el cual es ayudado por su amigo de la infancia el teniente de migueletes  Joaquín Fábregas.  Sin embargo, dudan de que fuese el propio Ixart el traidor. Cabía la posibilidad de que actuara como un señuelo y el verdadero espía permanecía en la sombra. La investigación continúa.
Mientras esto ocurría, las partidas de somatenes, entre los que se hallaba el valiente Mingo Prats y su gente, se echan al monte para hostigar a los franceses en una guerra de gerrillas, atacando los convoyes de las tropas del general francés.
Los acontecimientos que el autor nos va relatando hasta el desenlace final están descritos de forma muy detallada. Logra acercarnos a cómo era la vida en la Tarragona de 1811. En cada uno de los sesenta y un capítulos de que consta la obra, nos pinta con maestría la vida cotidiana de los habitantes de la ciudad. El ambiente en los figones, en donde en torno a unos vasos de vino se maquinan planes; los prostíbulos, las trincheras, la imprenta. Todo es dibujado con habilidad. Y pese a la madeja que tenemos delante no nos perdemos porque si queremos satisfacer nuestra curiosidad para saber por donde se mueven los personajes el autor nos ofrece, al principio, un mapa de la ciudad en aquella época.

Las 430 páginas de que consta el libro están llenas de un lenguaje crudo, sin concesiones y llama a las cosas por su nombre: las putas son putas, los traidores tienen nombre y apellidos, los miembros del somatén no demuestran arrestos, sino cojones y los cobardes quedan tratados como tales. Se nos muestra una descripción detallada y documentada de los escenarios donde transcurre la vida cotidiana de los habitantes de Tarragona. Desde las primeras páginas el interés se manifiesta en las tramas, en las traiciones, ambiciones, pasiones ocultas, mentiras, emboscadas, amores y venganzas que se entrecruzan desde el principio hasta el final. Novela que, pese a su complejidad, vale la pena su lectura y el que se aventure en la misma no quedará defraudado de unos hechos que tenían que ser conocidos porque la historia hay que contarla tal y como es, sin cortapisas, llamándoles a las cosas por su nombre. Una historia que, por algún motivo u otro, no nos era revelada, pero que, por fin, alguien se atrevió a contarla con pelos y señales, preguntándose qué cúmulo de circunstancias se habían producido para que tal atrocidad acabase con la vida de una población civil indefensa ante la barbarie originada por el mal llamado mejor ejército del mundo jamás conocido.



La guerra del francés, la marca del traidor
Amando Lacueva
Ediciones Citerior
Primera edición: Marzo 2011
Tapa blanda con solapas
Pág.: 430.
Diseño gráfico y maquetación: Eva Domingo Rojas
ISBN: 9788493867706

29 enero, 2012

DOS RESEÑAS


Un nuevo colaborador, Rafael Téllez, presenta dos reseñas breves:

EL BARRO Y LA COSTILLA 
 JULIO ANTONIO GARCÍA LÓPEZ
Ed. Atlantis

Queridos lectores, os presento una obra escrita por Julio Antonio García López: se trata de una novela de descarnada actualidad. Personas que luchan por ser libres, formas de opresión que nos afectan a todos, ninguna cultura está libre de sus propios mecanismos de sometimiento, el fanatismo de occidente y sus "soldados en guerras de paz" no queda al margen. Una novela de acción y contenido social, una visión crítica y directa al ojo del huracán, donde, a pesar de todo, también hay lugar para la esperanza y el entendimiento.
Son dos los personajes principales que desarrollan este conflicto: José, ex militar regresado de la guerra de Afganistán, que trata de rehacer su vida malviviendo como vigilante de seguridad. Y Samira, chica de familia musulmana que viven entre dos mundos: el  patriarcado religioso y  la España actual.  Las historias se desarrollan de manera paralela hasta cruzarse y chocar de manera trepidante.

El léxico que ha elegido novelista es a veces selecto y otras mundano, se mezclan por tanto delicadeza y brutalidad en diferentes escenarios, que combinan golpes de efecto con momentos de belleza y sentimiento. El lector no quedará indiferente a la lectura, algunos fragmentos le emocionaran, otros le harán saltar del sillón o reír con humor negro, de todo hay en la pluma de Julio Antonio García López.

Para más información, consultar la web del autor: 

SIN NOTICIAS DE ACUARIO
REYES GARCÍA DONCEL
Ed. Paréntesis

Reyes García-Doncel, escritora y educadora, nos presenta su nueva novela: Sin Noticias de Acuario, una novela en la que se mezclan planteamientos existenciales desde diferentes perspectivas. Una acción que se desarrolla en la época en la que el hippismo y los ideales de la New Age, la Nueva Era, la Era de Acuario, inundaron el mundo, de la mano de grandes conciencias y para mejora de muchas cosas, pero también acompañada por algunos oportunistas. Ideales que también llegaron a una España sumida en los últimos años de la dictadura.
Esta novela desenfadada nos hará reflexionar sobre aquella época, en la que los modelos autoritarios chocaban con los ideales de libertad, donde, por oposición al tradicionalismo autoritario surgían mil doctrinas, a cual más descabellada. Tesis y antítesis...¿es la época actual una síntesis de aquello?... dejo el interrogante al lector... Recomiendo muy especialmente la lectura de esta novela. Personalmente me gusta mucho esta obra: desmitifica todo tipo de dogmatismo, sea cual sea su color: militarista, orientalista, extremismos políticos. La protagonista madura, relativiza y alcanza la libertad.


¡Sálvese quien pueda! - Andrés Oppenheimer

¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la robotización. Oppenheimer siempre me ha llamado la atención, si bien no he sid...