Este post fue enviado por Rinoa Única a gclibros@yahoo.com. Muchas gracias Rinoa, por contribuir con nuestro espacio.
Sombra lleva mucho tiempo vagando errante, como un viento caprichoso que sopla desesperado en todas direcciones, sin encontrar jamás un lugar familiar en el que descansar. No parece importarle en absoluto su condición inexistente, ya que su única idea y aliciente para continuar consciente es encontrar a Draga, la única mujer que alguna vez ha amado. No recuerda cuando dejó de ser él mismo, ni las circunstancias que le impulsaron a ello De hecho sus recuerdos se hayan dispersos en su mente, desordenados caóticamente y difuminados por el ozono y la locura, que comienza a invadirle a medida que transcurre el tiempo en ese estado inanimado. Un pensamiento errante sin boca para expresarse, un hombre sin cuerpo cuya existencia se haya diluida en el viento, y cuyo único medio de existir consiste en leer las mentes de quienes le rodean, implantarse en las ideas de la gente como si fuese un parasito sin medios propios de subsistir. Utilizando a humanos e icarios como medios de seguir aferrado a la consciencia, Sombra buscará desesperadamente a la mujer que una vez le rescató de las garras del ozono, pues tan solo su amor por ella es lo único que continua claro en su mente, imborrable. En su desesperación por encontrarla volverá a sumergirse en las entrañas de Terraqueo, la poderosa organización que está asolando el mundo en su ansia por poder y destrucción, aquella que una vez lo poseyó en cuerpo y mente, manipulándolo como a una inerte marioneta. Y es allí abajo, en las profundidades de la tierra, donde se erige el imperio de Magno. En el lugar en el que menos esperaría encontrar algo, cerca del peligro y tentando a sus más oscuros recuerdos, es precisamente donde volverá a hallar una pista de su pasado y puede que de Draga.
El camino no será fácil. Bajo tierra volverá a encontrarse con antiguos y nuevos aliados. Furia, miembro de Terraqueo en el pasado, y aprendiz de Sombra. Un aliado brillante, cuyo poder se hace tan inmenso cuando las circunstancias lo requieren, que muchos dudan de su condición humana. Pero ahora se haya imbuido en una peligrosa maldición contra la que apenas le quedan fuerzas para resistirse. Caro, una muchacha pálida de rubios cabellos, que busca su propia determinación en el lugar más peligroso del planeta, a donde ha logrado llegar gracias a su amor silencioso por Furia, idea que le transmite mas fuerzas que la locura de tratar de salvar a su amiga en el mismísimo infierno. Manos, apodado así por su gran don y sus extremidades mecánicas. Un hombre ingenioso a la par que desquiciado, completamente imbuido en la locura del ozono, pero resuelto a cumplir sus objetivos de venganza contra quien le ha arrebatado todo, Magno, el líder de Terraqueo. El inventor del grupo será a su vez la nota cómica de este, pero sus breves momentos de lucidez acabarán siendo cruciales en la aventura. Y por último Gabriel, un hombre de temperamento sereno, reservado en sus palabras pero letal en sus ataques, especialmente en su habilidad poco común de manipular el ozono. Con las mismas ansias de venganza que el resto, marcado por la pérdida de su único y gran amor a manos de Caos, uno de los más devotos súbditos de Magno.
Pero allí abajo también se encontrarán con una mujer extremadamente enigmática, totalmente oculta entre disfraces y última tecnología. Su rasgo más significativo es una inquietante cicatriz en su cara, que ni con todos los aparatos de camuflaje que usa para ocultar su identidad puede borrar una marca de ozono. ¿Podrá ser de fiar un personaje que tanto esconde? Pronto descubrirán que su poder les será indispensable para su objetivo; Entrar en el corazón de Terraqueo, y rescatar a su amiga, Selva, recientemente secuestrada para someterla a siniestros experimentos por su valiosa condición icaria, una raza que Magno prácticamente ha dejado extinta.
¿Pero cuál será el precio a pagar por la ayuda de la extraña y peligrosa mujer? ¿Quién es en realidad, una amiga o quizás una aliada de Magno, con instrucciones precisas de preservar a los intrusos hasta guiarlos silenciosamente a su muerte? Llegará el momento en que la propia lógica invite a condenar y tan solo el corazón sea el único capaz de confiar.
Nuevamente, muchas gracias Rinoa.
¡Saludos!
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