10 marzo, 2013

MAFIAS


LA CANCIÓN DEL SICILIANO
CRISTINA AMANDA TUR
Ed. Funambulista 

La canción del siciliano comienza con el asesinato en la isla de Ibiza de Mario Sonnino, guardaespaldas de Sacha La Plaggia, especialista en obras de arte... y nieto y sobrino de capos de la Mafia. En esta novela tenemos una trama de ficción entrelazada con personajes y hechos reales de la historia de la Mafia siciliana, una historia cuyos protagonistas —el equipo contra el Crimen Organizado de Ibiza, comandado por el policía sevillano Ariel, y Rebelene, una periodista local amiga de los policías pero fascinada por Il Bel Sacha y con el corazón dividido, intentarán averiguar hasta qué punto la muerte del guardaespaldas de La Plaggia es una venganza relacionada con el pasado de la famiglia. La investigación (y el amor) llevará a la periodista a Sicilia; y todos deberán enfrentarse a sus convicciones, educación y sentimientos, sin que ninguno pueda evitar escapar a su naturaleza.

Mario supo inmediatamente lo que estaba ocurriendo, y supo también que estaba muerto sin remedio y sin extramaunción. Había llegado el momento de encontrarse con su destino y buscó algún santo al que encomendar su espíritu, pero todos parecían encontrase aún de vacaciones”.

Esta es la cuarta novela de la saga escrita por la autora ibicenca Cristina Amanda Tur en la que aparecen los miembros del equipo contra el Crimen Organizado de Ibiza y la periodista Rebelene. Todo empieza con un asesinato, el de Mario Sonnino, guardaespaldas de Francesco La Plaggia, que desde hace algún tiempo residía en Ibiza. El equipo de policías, bajo las órdenes de Ariel, realiza las investigaciones oportunas para averiguar hasta qué punto esa muerte guarda relación con el pasado de la familia de Sacha, nieto del capo Francesco di Vicenzo.

Las investigaciones nos llevarán de Ibiza a Sicilia. A lo largo de  la novela iremos dando el salto de una isla a otra. Ricardo Salvi, será el carabineri  que les irá pasando la información solicitada a los policías españoles para aclarar qué tipo de conexión puede haber entre la mafia siciliana y la corrupción reinante en Ibiza.

Con pocas pinceladas conocemos los rasgos, sobre todo psicológicos, que definen a los personajes que nos iremos encontrando a lo largo de esta adictiva novela. Así nos iremos familiarizando con el carácter de Ariel, el jefe del equipo, desconfiado del trabajo de sus superiores y a quien sus compañeros conocían perfectamente, pues por sus gestos y su mirada adivinaban lo que podía estar tramando. Rebelene es una periodista local, amiga de los policías, que se dirige con ellos al lugar de los hechos. Sabía que siempre podían aportarle jugosas noticias para su sección de sucesos del diario local para el que trabajaba. Se sentía atraída por Sacha La Plaggia, un marchante siciliano, que vivía desde hace un tiempo de forma acomodada en Punta Galera, una  zona privilegiada de la isla. Los policías desconfiaban de él y le investigaban pues sospechaban de su estancia en Ibiza y creían que el asesinato de su guardaespaldas se trataba de un ajuste de cuentas entre bandas rivales mafiosas. La decisión de Rebelene, que se sentía atraída por Il bel Sacha, de acompañarlo en su viaje a Sicilia, jugará un papel importante en el desenlace de esta fascinante trama, que sorprenderá al lector.

Es de agradecer el buen trabajo realizado por la autora pues conjuga perfectamente la ficción con los hechos reales que nos va relatando a lo largo de la misma. Sabe en qué momento debe introducir la historia de la Mafia siciliana, reciente y pasada. Emotivo es el homenaje que le rinde en Palermo a los jueces Falcone y Borsellino, asesinados vilmente por los clanes mafiosos. Todo ello relatado con un lenguaje crudo y realista. Los diálogos son ágiles y de un ritmo casi cinematográfico.

La canción del siciliano se la recomiendo a los amantes de la novela negra y, por supuesto, a los que quieran iniciarse en este género. Su ritmo trepidante hace que nos enfrasquemos en su lectura desde las primeras páginas.  No quedarán defraudados pues encontrarán en ella todos los ingredientes que en él son habituales: drogas, corrupción, persecuciones, vigilancias a sospechosos, traiciones, ambición, poder, vendettas, la omertà o ley del silencio, el ojo por ojo. Las costumbres que los antiguos capos de estas organizaciones criminales siguen llevándose en la actualidad. Muchas de ellas nos recordarán a la obra cumbre de Mario Puzzo, El padrino, pues nos encontraremos con el significado de una boda en un clan mafioso, que se aprovecha para hacer negocios o los “mensajes” que se les dejan a los enemigos.

Encontramos también otro factor habitual en este tipo de novelas, como es la crítica social, donde vemos cómo claramente la mafia es la que tiene el poder y las instituciones públicas están cargadas de una corrupción galopante.  Se nota, sin lugar a dudas, el gran conocimiento que tiene sobre la Mafia esta periodista y criminóloga ibicenca. Una novela que no resultará indiferente a quienes la lean. 

Francisco Portela

05 marzo, 2013

EL PRIMER MOTÍN


El navío Congreso Mexicano 
 Motín a bordo.
LUIS DELGADO BAÑÓN
Ed. Noray, 2012

Don Luis Delgado Bañón es capitán de navío y ha sido director del Museo Naval de Cartagena. Historiador y marino, dos cosas que no se pueden esconder. Don Luis está novelando la historia de nuestra Real Armada desde las últimas galeras hasta nuestra guerra civil. El volumen que comentaremos hoy, número 22 de la Saga Marinera Española, se sitúa en 1.824. Mal rey y malos tiempos para un imperio en el que ya se pone el sol. No acompañaremos en este volumen a ningún Leñanza de sangre, que es el recurso que suele emplear don Luis en sus libros para dar continuidad a la narración, añadir elementos críticos, y salpimentar la historia con relatos de alcoba, intriga, espada y pistolón, mucho aguardiente de Cehegín, y cualquier cosa que pueda amenizar un tema ya de por sí apasionante. Hoy será nuestro cicerone el capitán de navío Adalberto Pignatti, Beto para los amigos. Nombrado segundo comandante del navío Asia, verá como una misión aparentemente de rutina se convierte en un desastre por culpa de…  ya se verá. Sepa usted una cosa: todo lo que va a leer no es, como en otras series de novela marinera, fruto de la imaginación del autor. La realidad supera a la ficción. Con detalles novelescos para hacer la lectura más divertida, tal como don Luis se lo cuenta sucedió lo que hay en estas páginas.

A lo largo de sus libros, el autor no se corta ni con el sable: hoy no toca servir la rica carne adobada que tan bien prepara Miguelillo, sino amarga mazamorra. No vamos a hablar de cómo un grupo de idealistas, partiendo de California en una fragata que lo es solo de nombre, conquistan Alaska. Ni de cañones de a 24 en un bote de remos, ni de combates a tocapenoles en la noche oscura. Como en San Vicente hoy toca una página negra de la Real Armada, y se presenta sin paños calientes. Un buque sin capitán, un motín a bordo, una traición que es siempre otra fidelidad… pero que aquí es cruel como puñalada por la espalda. Todo marino sabe que el capitán manda a bordo solo por debajo de Dios, y eso porque Dios es más antiguo (en la cadena del mando, se entiende). ¿Qué ocurre cuando el senyor de la nau, amo de la vida y la muerte, que ha sido un hombre valiente que se ha enfrentado a su rey por corrupto, cae en lo que por el bien de su alma espero fuera melancolía?

Don Luis oyó hablar del presentismo, pero es un tema que no le interesa. La acción está contada desde el punto de vista de un oficial de la Real Armada, con el sentimiento y moral –o a veces falta de ella- propio de aquellos tiempos.  No se comete este error tan en boga de poner personajes actuales en hechos pasados: Pignatti es un hombre de su época, con lo bueno y lo malo, con un concepto del honor que nos puede parecer hoy en día inverosímil… pero que era el propio de aquellos duros hombres. El lenguaje, el comportamiento, las reacciones ante sus superiores y compañeros… remiten a aquellos años.  A pesar de su fabulosa documentación y fidelidad a los hechos, no es el objetivo del autor un ensayo objetivo y desapasionado, sino mostrar los sentimientos encontrados de un marino fiel a una causa. Cuando Pignatti, Beto, te cuenta la tempestad que atormenta su alma ves a un hombre y no a un personaje. No es un héroe vestido de blanco, capaz de desfacer cualquier entuerto. Hay actos suyos que serían no solo indignos de un oficial, sino también de un caballero. Pero sientes el deseo de abrazarle, y decirle “yo también he cometido errores en esta vida, me pregunto cómo hubiera jugado tus cartas”. Los personajes de Don Luis son de carne, huesos y lágrimas, incluso los imaginarios.

Hay muy buena novela marinera, pero en mi opinión esta serie destaca en dos puntos. Modestamente, quien suscribe navega un poquito. Y cada vez que abre uno de estos volúmenes siente la imperiosa necesidad de zarpar. En la obra de don Luis cuando hay viento frescachón se cargan los juanetes, como todo buen nostromo haría.  Y cuando hay rachas de ventarrón como poco, como poco tomas dos rizos, pero teniendo la capa ya preparada. No pierda su tiempo en encontrar errores marineros en esta narración, que no los hay. Igualmente ocurre con los detalles de uniformidad, costumbres… para un aficionado al mar y la historia, este libro es una delicia. Ya puedes tener mar de damas: con la costa a sotavento sufre el capitán, sufre el último paje de escoba, y sufre el lector. Maldita la hora, nostromo, que no celebramos el paso del Ecuador, la primera muesca marinera. Cruza los dedos a Neptuno, el de los siete dedos.
Y por otro lado… Navegar es estar muchas horas en el puente, a veces sin nada más que hacer que vigilar las olas y las nubes. En el navío Asia, el segundo de a bordo tiene la costumbre de reunir a los oficiales de mar y los caballeros y contarles historias. Consigue el autor que te sientas ahí, en cubierta, con una mano sujetando el bicornio y la otra en el biricú, notando el viento salado en el rostro, viendo a muchas millas aparecer ya el pico del Teide, y escuchando junto a los guardiamarinas el por qué se llaman estas islas Afortunadas, o cómo tenemos que bajar tantas millas para evitar las terribles calmas cuando… ¡Vela tres cuartas a estribor! ¿Será amigo? ¿Será mercante o corsario? ¿Buena presa, o descubierta de una división de navíos enemigos? Historia de braza y coraza, toca dejar la ilustración y tomar el sable… o no. Y no solo eso: en los consejos de a bordo, como un oficial más, el lector se sumerge en los debates de política, en la historia de aquellos tiempos convulsos, que van a ver el fin de un imperio y el nacimiento de nuevas naciones. Así que como dice Martín Fernández de Navarrete, además de halagar el corazón fortifica uno su entendimiento, lo que es buena cosa, y con un pedazo de nuestra historia del que poco se enseña en las escuelas. Por algún extraño motivo la historia naval es una gran desconocida, cuando otros países han sabido sacar jugo a la suya. Hombres de hierro en barcos de madera, luchando por un mal rey en un mundo que se descompone, sin pensar en dar un paso atrás, simplemente porque es su deber. Y si toca hoy derrota y vergüenza, se cuenta. Ya vendrán las victorias, que las hubo. Solo le pido, como lector, una cosa a don Luis, y es la misma que le pidió en su día aquel espíritu a Ramón Llull: “Escribe”. ¿Para qué? respondió éste. “Para que se sepa”.
Así que hágame caso. Si le apasionan la historia y el mar corra a comprar El navío Congreso Mexicano, sírvase una copita de rico aguardiente de Cehegín… y disfrute de una historia que no es solo ficción, sino nuestra historia. Y si no le apasionan… mi querido amigo, corra a comprar este libro. Es que usted las ha probado poco.

Miguel Aceytuno

03 marzo, 2013

MONSTRUOS


EL MONSTRUO EN MÍ
JOSE IGNACIO BECERRIL POLO

En 1886, Robert Luis Stevenson publicaba «El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde» (en ingles «Strange Case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde»),una novela que exploraba la dicotomía psicológica del ser humano. La finalidad del autor era evidenciar la hipocresía social que juzga exclusivamente por las apariencias, obligando a las personas a reprimirse públicamente. Sin embargo, esta cohibición solo era soportable mediante la satisfacción privada de una serie de deseos «cuestionables». En consecuencia, se generaba una dualidad en el compartimiento del individuo, que daba lugar a dos personas completamente diferentes dentro de un mismo cuerpo. Este conflicto interior, que viene a representar la eterna lucha entre el bien y el mal, sigue vigente en la actualidad. Y podría decirse que ha encontrado nuevas formas de manifestarse, pero también de ocultarse a nuestros ojos.

En «El monstruo en mí» J. Ignacio Becerril utiliza la ambigüedad para manipular la psicología del lector, obligándole a replantearse todo lo leído cuando apenas quedan unas pocas líneas o palabras para concluir el relato. El autor nos demuestra la rapidez con la que conformamos nuestros juicios y clasificamos a los personajes en base a nuestros prejuicios, sin esforzarnos por conocer todos los detalles de la historia. Las apariencias nos engañan y ese es nuestro mayor error. De ahí que cada relato conlleve una reflexión, un mensaje más complejo que se oculta tras la convicción de saber lo que va a ocurrir a continuación.
A pesar de la amplia temática, el factor sorpresa es el elemento común de todos los relatos que conforman esta antología. El mejor ejemplo es «La ciudad inhabitada», un relato en el que predominan los interrogantes acerca del origen que explicasen la presencia de un mal invasor y que podría considerarse una excelente metáfora del título.

Algo similar a «De sueños y monstruos» u «Ocho esferas plateadas» que demuestran la existencia de monstruos en la vida real, capaces de sobrepasar los límites de nuestra imaginación para adquirir una presencia física a través de nosotros y ejecutar el mal para el que fueron concebidos. Sin embargo, junto a «Tumbas en la ciudad», conforman los relatos más simples y no terminan de encontrarse a la calidad narrativa del resto.

Si bien, J. Ignacio Becerril nos plantea un interesante interrogante en «Todo está hecho», «Ni el infierno querrá tu alma» y «No habrá descanso en la muerte». En estos tres relatos, la venganza representa un nexo en común que impulsa a sus protagonistas a actuar en contra de sus principios para poder perpetrarla contra los auténticos monstruos. Por ello, sitúa al lector ante la disyuntiva de posicionarse a favor o en contra de ellos, haciéndole replantearse si el fin justifica los medios.
No obstante, «El monstruo en mí» consigue destacar sobre otras antologías por dos relatos: «Casa ocupada» y «El hombre que soñaba con mariposas». El primero es un autentico tributo a la literatura fosca que no decepcionará a sus seguidores y permitirá el resto una primera aproximación a este género. Un cuento tenebroso protagonizado por una peculiar familia de proscritos, en la que el amor es sinónimo de dolor. Sin embargo, la inocencia infantil consigue imponerse sobre la maldad adulta. Una historia que estremece y conmueve a partes iguales.

Por último, «El hombre que soñaba con mariposas» no es un relato propiamente dicho, sino una novela corta que el punto final perfecto a esta antología. Una pesadilla que comienza al despertar y nos describe un mundo similar al concebido por Robert A. Heinlein para «Starship Troopers». El ser humano ha perdido su primacía como especie dominante y ahora son otras las que ocupan su lugar, mientras nosotros quedamos reducidos a meras presas, un alimento fácil de conseguir y todavía más fácil de devorar. Sin embargo, pronto descubriremos que a pesar de lo terrible que pueda parecernos nuestro presente, siempre hay esperanza para un futuro mejor.
Al igual que si nos paseásemos por un laberinto de espejos, «El monstruo en mí» nos muestra todas las perspectivas que pueden conformar la misma realidad. Cada reflejo será diferente al anterior, pero será solo una cuestión de apariencia porque el objeto o la persona no cambian de uno a otro.

Mari Carmen Horcas


Titulo: El monstruo en mí 
Autor: Jose Ignacio Becerril Polo
Editorial: Saco de Huesos
Año de publicación: 2011
206 págs.
ISBN: 9788493942175

¡Sálvese quien pueda! - Andrés Oppenheimer

¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la robotización. Oppenheimer siempre me ha llamado la atención, si bien no he sid...