26 diciembre, 2012

DEPARTAMENTO Q


DEPARTAMENTO Q: La mujer que arañaba las paredes  

JUSSI ADLER-OLSEN



Novelista danés, desconocido y que nos presenta a un nuevo protagonista de sus novelas policíacas, el inspector Carl Morck.
Tras esta frase que nadie piense que nos encontramos ante un nuevo producto de la factoría escandinava de novela policíaca, quien se acerque a este libro con esa idea se habrá confundido y mucho. Porque esta novela, aunque tenga elementos propios de tal tendencia, no lo es.
El escritor ha dado una patada a la pelota de la novela policíaca y la ha lanzado unos cuantos metros más allá, sigue siendo el mismo juego y el ambiente que refleja sigue  pareciéndose, al menos en el fondo, pero el juego se ha complicado, se ha enriquecido y se ha llenado de más carnosidad.
El autor ha tomado referencias de la novela policíaca escandinava, como ya dije, le ha sumado elementos de la novela anglosajona y algo de otros lugares, por ejemplo, se percibe la influencia de la novela de género italiana. Ese cóctel, lo ha agitado, lo ha removido y lo ha servido en una copa danesa, dando como resultado una novela muy atractiva
Los personajes son de verdad, de carne y hueso, de personas que tienen secretos, que callan cosas, que sufren y que hacen tonterías. El personaje principal es el mejor ejemplo de ello, un hombre maduro que tiene una pésima relación con sus compañeros de trabajo y que en algunos momentos piensa con la bragueta y cuyo mayor disfrute es no hacer nada, aún así es buen policía y de sus mañas nos da buena cuenta la narración. La relación que mantiene con su segundo, al que no describiremos, es poco más que una verdadera maravilla, una manera sutil, elegante y humana de acercarnos a otros de cuyas diferencias culturales nos separan.
La humanidad de los personajes recorre toda la novela, son seres humanos y como tales se comportan, existen verdades que no creemos, nos obcecamos en ver la vida de una manera diferente a como es, odiamos a nuestros compañeros de trabajo, nuestros vecinos nos caen mal, en fin una vida normal y corriente pero en este caso dentro de una novela policíaca.
Si a ello le sumamos un ritmo frenético, es imposible dejar de leer, y le damos una trama bien urdida tenemos una muy buena novela.
Cabe destacar la trama de la investigación policial, diseccionada con paciencia y precisión, reconstruyendo paso a paso, no sólo la investigación sino también los hechos ocurridos y aunque se hace con lentitud en algunos momentos dicha disección no nos aburre, todo lo contrario, se disfruta del trabajo de los agentes, quienes con un trabajo de hormigas van uniendo una pieza con otra para llevarnos al desenlace final y como siempre más lógico.
El ritmo es elevadísimo, sostenido con astucia por el escritor, que posee un dominio amplísimo sobre las claves de la novela de género, de las que hace uso en abundancia, dándonos pequeñas miguitas de información que vamos recorriendo a toda velocidad para llegar al desenlace.
El autor no es complaciente con la sociedad que nos muestra, es una sociedad viva, real, existen malvados, asesinos, gente de la peor catadura moral, pero también personas honestas y buenas y esa mezcla, que en el fondo es tan real como la vida misma, nos hace sonreír al encontrarnos ante esa sociedad tan bien diseccionada.
La prosa del escritor no es florida, no la necesita, es concisa y se pone al servicio de la trama y esas características ayudan a que la novela sea de muy sencilla lectura.

La edición es elegante, algo habitual en Maeva, cabe destacar un par de expresiones que creemos son fruto de una traducción no muy lograda, son expresiones como “padre postizo” o “hijo postizo”, seguramente se podrían haber cambiado por padrastro o hijastro.
En resumen una muy buena novela, con una trama muy bien realizada, con unos personajes que nos darán grandes horas de satisfacción, porque deseamos, que no esperamos, que la editorial se anime y publique más de este buen escritor y no nos deje con la miel en los labios, una dosis no ha sido suficiente. Una novela que dará gratas horas de placer y que no decepcionará a todo aquel que se acerque a ella.

Sergio Torrijos 

DATOS TÉCNICOS:
415 páginas
ISBN: 978-84-15120-02-5
EDITORIAL: MAEVA
Fecha de publicación:  2010


25 diciembre, 2012

FELIZ NAVIDAD

El conjunto de administrador y colaboradores de Opinión de libros os desea a todos unas Felices Fiestas, y os augura muchas lecturas para el próximo Año Nuevo:


23 diciembre, 2012

HIPATÍA


 LA ÚLTIMA NOCHE DE HIPATIA

EDUARDO VAQUERIZO


Editorial: Alamut



Nada más enterarme de la existencia de este libro quise leerlo. He de reconocer que la historia de Hipatia me fascinó desde el primer momento en que la conocí. Yo soy una de esas mujeres que admiran a las grandes de la antigüedad, y como tal, no podía perdérmelo. De pequeñita ya había leído algo sobre Hipatia pero no me había introducido de lleno en saber más sobre su historia y lo dejé pasar. Fue hace tres años, a través de una asignatura de libre elección de la universidad (en concreto, “Religión y mitología romanas”) en la que el profesor nos fue presentando los distintos cultos en aquella época tan lejana a nosotros. Fue entonces cuando nos habló de Hipatia y nos dio más información sobre ella. La inteligencia de esta mujer, sus ansias por aprender en una sociedad en la que la mujer “debía ser mujer y nada más” y su posterior sufrimiento, me hicieron admirarla como nunca.
            La novela La última noche de Hipatia de Eduardo Vaquerizo nos cuenta los últimos días de la vida de esta filósofa y matemática a través de un personaje que ha viajado en el tiempo para descubrir más sobre la Historia. De esta manera, en esta novela podemos encontrar al principio, la historia de un grupo de investigadores, físicos, historiadores, filósofos… que quieren vencer las leyes del espacio-tiempo y viajar. Paralelamente, el autor va introduciendo una serie de epístolas que le envía Cirilo a su tío Teófilo, en las que ya muestra  el fanatismo que va a destruir la ciudad de Alejandría. También, encontramos las memorias de Orestes, prefecto  de Alejandría y amigo de Hipatia que nos da su propia visión sobre las circunstancias. Será en la segunda parte del libro (si se me permite decir que podemos dividirlo en dos partes), cuando Marta —una de las historiadoras del proyecto— consiga viajar hasta Alejandría y conocer a Hipatia, convirtiéndose en uno de sus discípulos en la Academia.
            A pesar de que la novela en sí podría ser considerada como de ciencia-ficción con tintes históricos, pienso que es mucho más que eso. Con esto me refiero a que se nota que Vaquerizo domina el arte de la escritura. Sí, me arriesgo diciendo “arte” porque él lo tiene. La novela podría ser narrada de un modo sencillo, sin embargo, Vaquerizo utiliza una prosa poética, un ritmo narrativo, que te impacta. A medida que iba leyéndolo, adentrándome cada vez más en la historia, disfrutaba más y más e incluso llegué a pensar que hacía tiempo que no leía una novela con una prosa tan magnífica.
            Las reflexiones de los personajes, los diálogos trabajados, el dominio que muestra Vaquerizo en el uso de las epístolas… todos ellos son recursos difíciles de conseguir que funciones correctamente, pero él lo consigue y creo que con creces. Además, las descripciones de los lugares de Alejandría, los hábitos de sus habitantes, el proceso de ascenso del cristianismo frente al resto de cultos… Todo esto también nos muestra que el autor ha trabajado en su obra arduamente, para conseguir el mayor rigor y verosimilitud y es algo que se agradece.
            Vaquerizo no sólo nos retrata una época historia, sino que le da un giro a dicha historia y reflexiona sobre ella, cómo podría haber sido de otro modo, las consecuencias de la implicación en los viajes en el tiempo (que es algo que se ha debatido ya en numerosas ocasiones). Y deja al lector la elección de reflexionar sobre el destino de Hipatia, sobre el fanatismo y el oscurantismo.
            Sin más, sólo me queda recomendar la novela. Y la recomiendo con una gran sinceridad. Me disgustaría que todos aquellos seguidores de la historia de Hipatia y de Alejandría se sintiesen mal por una “transgresión” (en el buen sentido de la palabra) en la historia, ya que opino que La última noche de Hipatia es mucho más que eso. Es un ejercicio intelectual, narrativo, artístico… que no se suele dejar ver mucho en nuestra literatura últimamente. 

Elena Montagud

¡Sálvese quien pueda! - Andrés Oppenheimer

¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la robotización. Oppenheimer siempre me ha llamado la atención, si bien no he sid...