11 diciembre, 2012

LA INUSITADA SENSACIÓN DE HABERLO VIVIDO


DESPUÉS DE COMER PERDICES O POR QUÉ LAS MUJERES SON BOLUDAS

RITA GARDELLINI

Existen momentos en Después de comer perdices o por qué las mujeres son boludas que nos hacen replantear nuestros deseos mas ocultos. Despiertan en el lector pasiones dormidas, aparentemente inexistentes, pero que detectamos cuando nos las muestran, como en este libro, desnudas, claras, y ofensivamente descriptivas. En estos cuentos se puede contemplar la presencia latente de Borges y Cortázar, que acompaña y observa a la escritora a través de los relatos, pero que no molesta ni contamina, dejando  a la autora con una voz propia, libre y salvaje, que penetra en la mente del lector con una fuerza literaria implacable. Y es que Rita Gardellini rebosa literatura. Tiene una capacidad extraordinaria (más bien un don) para jugar con el lenguaje. Hay momentos en los que se disfruta leyendo el cuento por el simple placer del texto. También, algunas historias contienen un grado conmovedoramente amargo, y poseen la virtud de la cercanía, a pesar de que sus personajes hablan con el estilo propio del lugar de donde viven. 
Podemos reírnos por la reacción alocada de sus protagonistas, o sentir angustia por la desesperación que genera un rechazo, o imaginar el hastío y frustración de una mente marginal, solidarizándonos,  no sin cierta complicidad, ante el profundo desasosiego que provoca la incomprensión. El tema de la soledad —un tema ya de  por sí fascinante e inquietante— se plasma de una manera brillante y en ocasiones puede resultar  muy tortuosa. Aunque habla de mujeres, el amor, el sexo, y las relaciones de pareja, en realidad transmite, por momentos, las inquietudes de los seres humanos ante la dictadura de la cotidianeidad: las inseguridades, los deseos, las envidias… Los sentimientos más primitivos y auténticos, los más desgarradores. Entre los cuentos hay unas historias que llegan más que otras. Quizás porque la complejidad de algunos personajes llama mucho la atención, y otros pueden interesar menos. Pero en todos los relatos se mantiene algo especial, que pervive en esa prosa asilvestrada que la autora tanto domina.

De este modo, encontramos el pudor y la incomodidad de los defectos físicos resaltados en algunas de las escenas más tragicómicas del libro, y somos capaces de entender los sueños rotos de una noche de verano inducidos  —con crueldad— por  la respuesta de un amor no correspondido. Todo esto, claro, con un estilo literario jocoso y entretenido. Nunca pedimos que se acabe el tiempo compartido con los personajes, sino que deseamos más horas para pasar con ellos. En la difícil tarea de divertir de una manera inteligente, Después de comer perdices asombra por su efectividad y calidad, y demuestra a todos aquellos que reniegan de la literatura pura por ser excesivamente elitista que se puede ser sublime literariamente sin olvidarse del atractivo poder del contenido.

Los relatos de Paula y Fiona, por ejemplo, contienen ciertas dosis de humor que generan algunas escenas cómicas, pero es un humor despiadado. Todo lo provoca la honestidad con la que se conversa, porque en el fondo, las pasiones humanas son así, contradictorias, efímeras y absurdas. Y la sinceridad nos asusta porque nos asusta la verdad sobre nosotros mismos. Esa es una de las cosas que más atraen de sus relatos. Pueden parecer juegos. Sin embargo, sorprende “la verdad” que reside en ellos. Lo fácil que se identifican esas emociones en las largas noches de invierno.

Xabier Fole
Nueva York. Octubre de 2012.
Periodista y redactor de televisión. Graduado en Historia por el City College de Nueva York, especializado en historia intelectual de los Estados Unidos, fue becado por The New York Times como fact-checker en la sección Syndicate. 

A la venta en las librerías en Rosario, Argentina.
En España


07 diciembre, 2012

CRÍMENES DE BARRIO


CRIMEN EN EL BARRIO DEL ONCE

ERNESTO MALLO


No es muy frecuente encontrar novelas bestias, de brutalidad atrayente y de una mirada mordaz y salvaje a lo que nos rodea, por eso llama tanto la atención esta novela.
¡Una maravilla! Argentina y argentinos, lenguaje muy suyo, expresiones porteñas, Buenos Aires, dictadura e hijos de puta, la mezcla no puede ser peor o mejor según se mire.

Colocar una novela negra, negrísima, en mitad de aquellos años y aquellos hechos, es de gran atrevimiento, no deja indiferente a nadie. Pongámosle que el ser humano tiene sus zonas grises y que en ciertas circunstancias inciden aún más y que la brutalidad forma parte del comportamiento de ciertos estamentos, lo agitamos y el cóctel resultante es un territorio que parece un frente de batalla. Verdum, Ypres o el Somne eran igual de peligrosos que pasear por ese Buenos Aires. En mitad de la novela el autor cita un par de novelas sobre el género humano y la dictadura, novelas que han causado estupor por su crudeza y realidad, pero personalmente la presente novela me ha causado más turbación que las citadas, seguramente por dos motivos, por el ambiente negro que crea el autor y por esa sensación de familiaridad y de vivir en mitad de la locura, que se prolonga tanto que ya no le prestamos atención ni la consideramos algo anormal.

Pero la novela es mucho más, es una novela de género de una pieza, es una investigación criminal de primer orden y son unos personajes de calidad encomiable.
El personaje del inspector Lascano es una delicia, su amigo el forense otra similar y de ahí en adelante. No se desperdicia nada, no da puntada sin hilo. Todos los personajes de la novela están perfectamente caracterizados, con truculencia, con carnosidad y con un jugo tan especial que dotan los buenos novelistas a sus recreaciones.

Además, la conjunción novela negra y argentinos no puede ser más interesante, parece como piezas de una Katiuska que perfectamente se ensamblan entre sí. Un gran acierto del escritor es recrearlo con su lengua, con sus maneras porteñas y con sus expresiones y otro acierto de la editorial es no poner ni una nota sobre ellas. Por cierto y hablando de editorial, es encomiable la labor de Siruela con esta novela, un acierto con letras mayúsculas la presente edición, es por estos libros por lo que es preciso agradecerle su labor editorial.
Si quieren una buena novela, si desean una experiencia un tanto bestia, si les gustan los tipos duros, los malos de verdad, los argentinos, los represaliados, los represores, está es su novela. Aseguró, con rotundidad, que gustará a quién la lea.

 Sergio Torrijos


DATOS TÉCNICOS:
 189 páginas
 ISBN: 978-84-9841-510-0
 EDITORIAL: SIRUELA
Fecha de publicación:  2011

04 diciembre, 2012

FANTASEANDO


EVERLOST
NEAL SHUSTERMAN

La mente de Neal Shusterman es fantástica. Y a fantástica le doy los varios significados que posee. Primero, porque con Everlost ha creado una novela maravillosa para jóvenes y para adultos. Y segundo, porque su mundo está repleto de fantasía.
            La novela comienza con un accidente de tráfico que Shusterman sabe contar de modo preciosista para que no quede en una simple tragedia. Este accidente se convierte en mucho más: es el paso de los dos protagonistas, Allie y Nick, a un lugar del que no saben nada pero del que pronto tendrán que conocer mucho. Ese lugar se llama Everlost, una especie de mundo paralelo, de espacio en el que las almas de los niños se quedan entre la vida y la muerte (¿una especie de purgatorio? No lo sabemos, lo que sí está claro es que es hermoso, aunque también peligroso). Allí, desorientados y preocupados, se encontrarán con otro niño, Lief, el cual les acompañará en sus aventuras. Pronto, llegarán al sitio en el que vive Mary, reina de los Escocidos (sí, la palabrita se las trae, pero no tengamos en cuenta la primera acepción que se nos viene a la cabeza… Luego lo explicaremos más detalladamente), una guía espiritual para todos esos niños perdidos. Pero Allie quiere saber más, porque no cree que Mary lo sepa todo, así que ella misma se embarcará en una aventura peligrosa para conocer nuevas respuestas, que la llevará a toparse con el mismísimo Mcgill, el monstruo más horrible de Everlost…
            Lo que más me ha gustado de la novela son sus personajes. Allie, la testaruda, la que quiere saber más y más. Nick, el que se conforma con poco. Lief, aquél que lleva años perdido y resignado. Mary, la Wendy de Everlost. Stradivarius, la hipocresía personificada. El McGill, que representa el poder de conseguir algo al desearlo con fuerza. Todos ellos podrían parecer personajes arquetípicos, pero en realidad, van evolucionando a lo largo de la trama y, los que al principio eran cobardes luego se convierten en valientes, los que eran malvados sienten una especie de arrepentimiento en su interior, los que se aman también se odian… Shusterman sabe complementar y jugar con los sentimientos de cada uno de estos niños perdidos en el mágico mundo de Everlost.
            En cuanto a Mary, reina de los Escocidos, tengamos en cuenta que esta palabra hace referencia a esos niños que se sienten dolidos en un mundo al que no pertenecen. Es su guía espiritual, la que los anima a continuar allí. Muy llamativa y una idea curiosa y lograda, que logra captar la atención del lector, son los finales de capítulo en los que se introducen conceptos que Mary ha elaborado acerca de Everlost. Se juega así con el papel del narrador y el del personaje de Mary, pues ésta a su vez se convierte en una especie de segunda narradora. Para mí, es uno de los personajes más elaborados por Shusterman: hermoso pero a la vez letal.

            Allie es otro personaje fundamental, ya que se convertirá en la enemiga de Mary, llegando incluso a elaborar ella misma libros en los que hable de Everlost, desmintiendo hechos que ya narró la Reina. Cabe destacar que son dos personajes muy distintos pero semejantes a la vez, ya que en ambas existe un gran conflicto moral: las dos luchan por lo que consideran justo.
            Nick, a mi parecer, es el personaje con más evolución en la persona, y dicha evolución es complicada. No voy a decir nada más porque no quiero desvelar parte de la trama, pero es el personaje que realiza un cambio profundo desde la niñez hasta la madurez, comparándose con los personajes aparecidos en las obras de viaje del héroe.
            A su vez, podríamos decir que Everlost, ese lugar de “reposo” para las almas de los niños, es un personaje más. Su influjo es enorme. Eso sí, se echa en falta más información sobre ese mundo, más pinceladas sobre el lugar. Esperemos que en las siguientes Shusterman continúe con su labor, puesto que en su mente debe haber todo un universo everlostiano.

            El lenguaje de Neal es vívido, visual, cinematográfico. La historia se cuenta de un modo tan sencillo, como si se tratase de un cuento de hadas, pero a la vez tan hermoso y metafórico, que se convierte en una leyenda repleta de magia, y sin necesidad de ningún efecto extraño: aquí no aparece la hechicería en sí, ni dragones, ni princesas encantadas, ni gnomos… Sólo niños extraviados. Pero es que la magia está en ellos, en su desorientación espiritual.
            Como colofón, señalar que no es una novela destinada a niños pequeños, sino a jóvenes que ya están de camino a una edad adulta, pues contiene mensajes morales que el niño no puede llegar a comprender. Eso no quiere decir que no pueda disfrutar la historia, claro que lo hará, aunque no logrará descifrar algunas de las bonitas claves de la historia (la pérdida de la memoria en los niños, el apego por lo material, el ciclo repetitivo de las acciones… son todos elementos que Shusterman utiliza con maestría para que el lector reflexione sobre ellos y sus relaciones a lo largo de la historia).
            Como siempre que me sucede con las sagas, me quedo tristona, a la espera de tener pronto en mis manos la segunda parte y sumergirme de lleno de nuevo en ese universo, en ese mundo everlostiano.
           
 Elena Montagud

Ficha:
Título: Everlost

Autor: Neal Shusterman

Traducción: Adolfo Muñoz

Editorial: Anaya

Págs: 359



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