23 septiembre, 2012

MOSCAS FAMILIARES


EL HERMANO DE LAS MOSCAS
JON BILBAO
Ed. Salto de página, 2011

Puede que el título os recuerde a aquel gran libro de William Golding, El señor de las moscas. Tengo que reconocer que me sentí atraída por este libro precisamente por el título, que ciertamente es muy llamativo, y que todavía me llamó más la atención al leer su argumento:

            Héctor es un hombre tranquilo que ocupa un cargo de responsabilidad en una refinería de petróleo y vive felizmente casado en una apacible zona residencial. El mismo día en que nace su primogénita, recibe la visita inesperada de su hermano Grego. Éste lleva una vida errática y aventurera en el sudeste asiático, malviviendo de los escasos ingresos de un negocio de alquiler de embarcaciones. Visiblemente enfermo, se retira a descansar al cuarto de invitados. A la mañana siguiente, Héctor encuentra la habitación ocupada por un inmenso enjambre de moscas. No hay rastro de Grego. Desde ese momento la familia se ve inmersa en una pesadilla brotada de su propio seno, horrible y fascinante a un tiempo, que pone a prueba la resistencia de sus vínculos y amenaza la cordura de cada uno de sus miembros.

            Un argumento sugerente, ¿no es cierto? El hermano de las moscas es mucho más. No sólo tiene un argumento interesante y misterioso, sino que en cuanto a estilo y profundidad también supone un estupendo trabajo.
            Pongámonos en la situación del protagonista, que en realidad no es Grego (aunque lo parece). A mi modo de ver el título se refiere a Héctor, puesto que éste se convierte progresivamente en hermano de esas moscas que van ocupando su espacio vital. Este hombre tiene una vida normal: una mujer preciosa que acaba de tener una hija, un estupendo trabajo, una magnífica casa en una de las mejores urbanizaciones de la ciudad. Sin embargo, no todo en su vida es perfecto, pues su hermano Grego no lo es. Va a ser éste durante toda la novela el que trastocará la paz familiar. Desde un primer momento se nos deja claro que Héctor es un hombre responsable, preocupado por su trabajo y por su familia; todo lo contrario es Grego, un vividor un tanto irresponsable. La relación entre hermanos no es muy buena, y lo será todavía menos en el momento en el que irrumpa en esa paz familiar de la que hablábamos antes. Grego no trae consigo simplemente unos recuerdos lejanos que sacuden a Héctor, también trae un nuevo problema, mucho peor que los anteriores.
            Evidentemente, la desaparición de Grego provoca la tensión entre el matrimonio, pero no sólo esta desaparición sino sobre todo su aparición, ya que Grego aparecerá al cabo de unos días, desnudo, en el suelo de la habitación y no encontrarán ni rastro de las moscas. Héctor y su mujer llegan a la conclusión de que hay algo extraño en ello, algo que escapa al control de la mente humana, un hecho que es fascinante. Puede que no tenga mucho sentido, en este caso opino que no es en sí esta transformación (o digamos mejor metamorfosis) la que provoca que el libro sea interesante (está claro que es un factor bastante importarte, pero hay otros) sino que Jon Bilbao a través de este hecho insólito nos va narrando cómo transcurre la vida familiar y laboral de la familia.
            Llaman la atención los distintos mecanismos que Jon Bilbao utiliza en esta novela para provocar al lector y acaparando su atención. Por ejemplo, cómo está dividida la novela. En este caso el autor divide el libro en partes, y cada una de ellas tiene a su vez capítulos distintos. Estas partes están ordenadas cronológicamente, de este modo vemos una cronología, algo que en cierto modo es importante en el transcurso de la novela. Por otra parte, es algo también bastante llamativo el modo de introducirnos en la lectura. Por ejemplo, no sólo encontramos una narración simple, sino que también va a presentar capítulos en los que se nos hace un análisis científico exhaustivo sobre la mosca (esto es algo que otros autores ya emplearon en su momento, véase el caso de Horacio Quiroga, escritor del fantástico latinoamericano y su Almohadón de plumas). Este capítulo es muy interesante, tal vez retrase un poco la acción pero la verdad es que también puede ser muy útil para conocer comportamientos sobre este insecto y sobre la transformación de Grego.
            Jon Bilbao se centra mucho en los detalles. Como dije anteriormente no se nos cuenta simplemente el hecho de que Grego se transforme misteriosa e inexplicablemente en un enjambre de moscas. En realidad esto parece ser un apoyo para lo que de verdad interesa en la novela: la vida de esa familia, sus acciones, sus sentimientos, los pensamientos que tienen, las relaciones y lazos que se establecen. No sólo conocemos a los personajes principales, sino también a otros que son secundarios pero que a su manera se vuelven también muy importantes en la historia a medida que va avanzando.
            Nos retrata la cotidianidad rota por esta metamorfosis extraña. Como bien sabemos, en la novela de Kafka se hace un tratamiento totalmente normal de esa situación y en ningún momento se nos hace dudar. Lo mismo sucede con El hermano de las moscas. Llega un momento en el que esa metamorfosis se hace normal, es algo que subyace en la naturaleza de Grego. Él es las moscas, y las moscas son él. No debemos pensar en nada más, debemos centrarnos en esos personajes, en esas acciones, en el tratamiento del argumento.

Puede resultar extraño que Bilbao se detenga en tantos detalles y a veces puede acabar convirtiéndose en un estorbo, pero hay que aceptar lo que expuse anteriormente y es que en sí lo que realmente importa es cómo se desarrolla la vida a partir de entonces y por eso es necesario recrearse, regocijarse ante hechos que pueden parecer simples o triviales, sin embargo, en esta novela nada es gratuito.
Por ello, debo recalcar que si alguien piensa que en esta novela va a encontrar un por qué a ese misterio está equivocado. Me remito de nuevo a los autores del fantástico y neofantástico latinoamericano. No es necesario llegar a una conclusión ni a una solución. Es más importante el hecho que se nos narra, el misterio que envuelve la historia. También señalar lo que dije arriba y es que a veces Bilbao profundiza demasiado y eso puede resultar engorroso para algunos lectores a los que les guste una acción y un desenlace rápidos.
En fin, una novela altamente recomendable. Jon Bilbao es un escritor que se está haciendo oír gracias a novelas con planteamientos realmente sugerentes.


Elena Montagud

21 septiembre, 2012

PERDIENDO EL AUTOBUS


EL AUTOBÚS PERDIDO
John Steinbeck


La obra de Steinbeck se reparte entre grandes novelas con resonancias míticas, grandiosas (Al este del Edén, Los hechos del Rey Arturo o Las uvas de la ira) y narraciones sobre pequeñas historias (De ratones y hombres, La perla, ...). Sin embargo, en todas ellas subyace una corriente pasional soterrada, callada, que se pone de manifiesto en las tensiones que surgen entre los personajes de sus libros. En ocasiones esta tensión no se refleja explícitamente en el texto, adivinándose entre líneas, a través de conversaciones y, fundamentalmente, a través de sutiles referencias combinadas con silencios cómplices.

El autobús perdido responde plenamente al planteamiento anterior. La novela carece prácticamente de argumento y toda la trama se impulsa en el comportamiento de unos personajes condenados a relacionarse pese a sus diferencias insalvables. Esta convivencia forzada da lugar a transacciones, acuerdos, conflictos y luchas apenas disimuladas reproduciendo a pequeña escala la sociedad americana que trataba de recuperar la cordura tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el concreto marco histórico no condicional la lectura de la novela ya que los tipos que los personajes representan pueden ser fácilmente identificables en nuestros días.

Los pasajeros de un autobús local que conecta las líneas principales de San Isidro y San Juan de la Cruz quedan atrapados en Rebel Corners, un enclave ocupado únicamente por el área de servicio que sirve de base al negocio de Juan Chicoy como conductor de la línea de autobús y en la que trabaja su compañera (Alice) y una empleada (Norma). La avería que ha impedido completar el viaje es reparada a la mañana siguiente de modo que pueden iniciar el viaje nuevamente de camino a la civilización. Sin embargo, deben enfrentar un nuevo problema ya que un puente de la carretera amenaza con venirse abajo por la súbita crecida de las aguas. La novela ni siquiera despeja la duda de si la expedición logra llegar a su destino. No es relevante a ningún efecto, la esencia de la novela está en sus personajes.

Juan Chicoy, es un mejicano que ha asumido perfectamente los valores (y el idioma) americanos si bien, en su fuero interno comienza a aflorar la necesidad de cambio en la forma de retorno a su tierra natal. El principal obstáculo es su compañera, Alice, una mujer ya madura, consumida por las dudas sobre el atractivo que sigue ejerciendo sobre su compañero. Sus sueños rotos se aferran aún a esa relación como refugio último. Cuando su confianza se tambalea, cae en la depresión y en el alcohol como único remedio. Alice es la perfecta imagen de una perdedora, incapaz de asumir las riendas de su destino, sometida por tanto al dictado de Juan o de sus nervios.
 
Junto a esta extraña pareja tenemos a un joven ayudante de mecánico (con un problema de acné que le martiriza ya que cree que le impide relacionarse con mujeres y le priva de que los adultos le acepten como tal), con ambiciones por convertirse en operador de radar y quizá embarcarse en la marina y recorrer el mundo. Sin embargo, su mayor logro consiste en que su jefe, Juan, le reconozca como adulto y deje de llamarle por el despectivo apelativo “Pimples” que arrastra desde hace varios años por su acné.

Norma, la ayudante de camarera del área de servicio es una joven que vive engañándose a sí misma sobre su situación. Cree estar de camino a una vida de lujo y elegancia propia de los actores de Hollywood; sin embargo, su vida languidece haciendo tareas de camarera y descuidando su aspecto físico al que no sabe sacar partido. Vive en una continua indecisión entre lanzarse tras sus sueños o continuar en su monótona pero más segura vida. Un pequeño conflicto con Alice inclinará la balanza con resultados inciertos.

Junto a estos personajes, la avería del autobús ha dejado en tierra a un muestrario variado de la América de posguerra. Ernest Horton, un excombatiente que trata de comenzar su vida de cero como comercial de una compañía de artículos de broma. Se muestra confiado en sí mismo, en su talento; tiene iniciativa y planes para el futuro pero la guerra también le ha dejado un leve toque de cinismo que le aleja de la generación anterior representada por Pritchard, un directivo de una gran empresa que durante la guerra quedó en casa trabajando sin vacaciones en favor del esfuerzo bélico industrial. Sabe reconocer la ambición y el talento del joven Horton pero, al tiempo, desconfía de él. Ambos juegan en el mismo terreno pero con reglas distintas, la guerra lo ha trastocado todo. El desencanto del primero y su orgullo ante las propuestas aparentemente bienintencionadas de Pritchard acaban por desengañar a éste; un desentendimiento sintomático de que los tiempos están cambiando.

Al maduro directivo le acompaña su esposa (Bernice) y su atractiva hija (Mildred). Tras el fin de la guerra éstas son sus primeras vacaciones y la esposa ha elegido como destino Méjico (mejor aún, ha permitido que su marido crea haber elegido él mismo). Considera que es un lugar que combina exotismo y cierto grado de peligrosidad que le permitirán un regreso triunfal plagado de anécdotas que no encontrarán réplica entre su círculo de remilgadas amigas. Su ordenada vida se apoya en la imagen de un matrimonio feliz, de su propia imagen de madre y esposa abnegada. Sin embargo, por momentos, el matrimonio parece herido de muerte si no fuera porque la pasión desapareció hace tanto tiempo que ya no queda nada que matar.

La hija de ambos, luce un atractivo sexual apenas disimulado por las conveniencias de la familia que la cobija, lo que no le ha impedido tener alguna experiencia de la vida de la que guarda gratos recuerdos. Su tendencia a la ligereza de conducta o sus sueños de vida independiente y libre son vistos por su padre como parte del juego natural de la madurez, esos deseos son deseables a cierta edad y son necesarios antes de ingresar definitivamente en la monótona y respetable vida adulta.

Sólo nos quedan otros dos protagonistas. Una atractiva mujer (Camille es el nombre que emplea para presentarse al grupo) se suma al grupo la misma mañana en que se reemprende el viaje. Inmediatamente atrae la atención de todos los varones, pese a que sólo pretende organizar una vida alejada de un pasado insatisfactorio. Su atractivo le conduce inevitablemente a continuos problemas con hombres y mujeres, pese a lo cuál lo cultiva con esmero su aspecto físico. En su visión de la vida, esa atracción es su única arma para ganar la batalla a una vida injusta y que le lleva dando tumbos por los más bajos caminos. Norma encuentra en Camille a su aliada natural cayendo en una rendida admiración, no sólo por su físico y recursos sino por su autonomía e independencia. Mildred, sin embargo, ve a Camille como un peligro, una amenaza, presiente algo turbio en su presencia y evita el contacto.
 
Finalmente, un anciano a punto de fallecer, amargado con el mundo, trata de atraer la atención sobre sí mediante continuas quejas y protestas. Nada le parece correcto ni suficiente, nadie le parece tener buen juicio. Sin embargo, no puede dejar de seguir unido al grupo, necesita su compañía y su existencia acaba por depender de que le agarren la lengua durante todo el viaje tras sufrir un ataque epiléptico.

Esta amalgama de caracteres interactúa de continuo en la obra, tejiendo una compleja red de relaciones, amistades, reparos y luchas, en la que Steinbeck no queda apresado. Estas relaciones, en continuo proceso de adaptación y cambio son la estructura sólida sobre la que yace la casi inexistente trama argumental. Como en un pequeño laboratorio de ciencias sociales, Steinbeck toma a sus pequeñas cobayas y las expone a las más diversas pruebas. 

No hay un sentimiento o un deseo que no quede sin explorar, en ocasiones desde varias perspectivas al mismo tiempo. Así, la atracción que ejerce Camille se manifiesta de manera diferente en el inmaduro Pimples (quien la ve como un trofeo inalcanzable), en el joven Horton (que desea tan sólo su compañía carnal) o en Mr. Pritchard, quien le propone convertirla en su secretaria como culminación de una fantasía erótica de la que ni siquiera llega a ser totalmente consciente.

Lo mismo ocurre con el temor a la pérdida de los seres que nos rodean, el sentimiento de orgullo o el ánimo de impresionar. La ternura y el cariño conviven con la hipocresía y el desprecio. El afán de superación, con el esfuerzo por escapar de una realidad atenazante. 
 Como la vida misma, encerrada en la cabina de un autobús perdido en el medio de ninguna parte con unos pasajeros camino de ningún lugar.

GWW

Datos del libro
  • Nº de páginas: 352 págs.
  • Editorial: PUNTO DE LECTURA
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788466305709
  • Año edición: 2007
  • Plaza de edición: MADRID



19 septiembre, 2012

MISTERIOSO TRAVEN


B. TRAVEN. RETRATO DE UN ANÓNIMO CÉLEBRE
Historia y dibujos: GOLO (GUY NADEAU)
Ed. Sexto Piso, 2012

En El barco de la muerte, el autor cuya biografía desarrolla este comic, escribió: «¿Dónde está mi patria? Allí donde nadie me moleste, donde nadie quiera saber quién soy, lo que hago o de dónde vengo».
B. Traven murió en ciudad de México el 26 de marzo de 1969, quizá a los ochenta y siete años, y sus cenizas, como había pedido, fueron esparcidas sobre el río Jataté en la selva de Chiapas. Esto es, al parecer, lo único seguro que sabemos de este oscuro personaje. Con esa inicial y ese apellido firmó una gran parte de de sus libros, de los que se llevan vendidos más de 35 millones de ejemplares en 36 lenguas. El Tesoro de Sierra Madre, que dio origen a la famosa película de Huston, era la lectura favorita de Einstein, según afirmó el ilustre científico. De hecho, es a raíz de la película de Huston como muchos hemos tenido noticia de la existencia de este hombre cuyo nombre se sospecha que no es el que dice ser. La leyenda brota, y los buscadores de misterios se disparan.
Barry Gifford, en un interesante artículo sobre este misterioso autor, dice: «El hombre llamado B. Traven declaró una y otra vez que lo único que importa de veras es la obra, no el autor, conclusión con la que tiendo a estar de acuerdo. Como señala el estudioso de Traven, Michael Baumann, en realidad no se sabe nada sobre Shakespeare ni sobre Homero, pero la obra de ambos es objeto de reverencia y estudio infinitos. No, no importa quién fuera B. Traven. Lo que importa —me importa a mí, por lo menos— es por qué.» Efectivamente, lo que importa es la obra de un autor. Pero los humanos somos un tarro lleno de deseos de saber, y cuanto más misteriosa o más oculta se halle la vida de alguien, más parece atraernos la investigación acerca de ella. B. Traven es todo un reto para la curiosidad del lector de sus libros, puesto que la personalidad que nos llega a través de ellos está plena de interés.

En opinión de Gifford, los libros firmados como Traven (o Ret Marut, Torvsan, Croves, no tenía seguridad sobre sus orígenes) fueron escritos por el mismo autor ―un exiliado alemán asentado en México―, traducidos del alemán original al inglés por él mismo para probar al público un  supuesto origen anglosajón. Bernard Smith, editor de la casa Alfred A. Knopf, que publicó El barco de la muerte ―nos cuenta Gifford―, reconoció haber sometido esta novela a una profunda revisión para hacer aceptable su inglés, que era  deleznable, al parecer. Gifford había conocido a Rosa Elena Luján, la viuda de Traven, buscando un libro descatalogado de su marido.  En 2004 contactó con su hija, Malú Montes, la cual le contó que su padrastro utilizaba el nombre Hal Croves en público y para firmar sus guiones, con el propósito de separar esos trabajos de sus novelas, muchas de ellas escritas en alemán. Malú le enseñó las máquinas de escribir de Traven, de las cuales una vieja Underwood portátil era la que utilizaba en la selva de Chiapas. En familia le llamaban Skipper (¡por si le faltaran nombres!) También Gifford visitó «el puente», como llamaban al estudio donde Traven escribía, su biblioteca personal. Había algunos libros en alemán, aunque casi todos en inglés: Conrad, Conan Doyle, Wells, además de algunos títulos de Mencken y libros sobre el oro y la minería.

El comic utiliza como tema las distintas etapas de la supuesta vida del personaje partiendo de lo único seguro: su muerte;  los recuerdos de las personas que le pudieron conocer, las mujeres que lo amaron o que amó… Luego comienza la historia: los años de Alemania cuando  firmaba como Ret Marut, la crisis de entreguerras, la revolución de los espartaquistas (esto es para ambientar, imagino, puesto que en esas páginas no figura rastro del personaje); la huida de Alemania, representado como una sombra, hasta conseguir un barco donde resulta más prisionero que si le hubieran metido en la cárcel: trabaja de carbonero y vive situaciones dramáticas y angustiosas, reproducidas en su novela La nave de los muertos. La detención en Inglaterra, la estancia en la cárcel de Brixton, donde aprovecha para seguir escribiendo, el paso a Estados Unidos, y finalmente, México, desde donde envía sus manuscritos que van publicándose en América y en Europa. Todo un acúmulo de experiencias dramáticas y a veces terroríficas: cambios continuos de nombre, la casa en medio de la jungla, la vida en los trópicos y entre los indios lancandones,…la relación con Diego Rivera y otros personajes de la cultura mexicana, el contacto con el cine haciéndose pasar por otro al conocer a Huston,…  Esperanza López Mateos, con la que mantiene una fuerte unión hasta la muerte de ella;  su casamiento en 1957  con Rosa Elena Luján, su traductora, con la que forma una familia. Y por último, volvemos al principio: la muerte.
Respecto a los dibujos, el estilo de Golo es de trazo tosco y fuertes contrastes,  a una tinta en las páginas de la etapa europea, intercalando páginas enteras con  dibujos de una página entera a todo color, de carácter onírico, muy inspirado en Otto Dix o George Grosz, con homenajes a las pinturas populares aztecas y mayas, a modo de sueños que darán al escritor trasfondo para las narraciones, y finalmente introduciendo el color en todas páginas de la estancia mexicana. Los textos se entresacan de las propias obras de Traven, en general, con breves enlaces de situación. Al final hay referencias bibliográficas: un listado de estudios sobre Traven, y una bibliografía en castellano y en otros idiomas. En suma, una obra atractiva con un tema interesante y novelesco.
Guy Nadeau, Golo nació en Bayona, Francia, en 1948. Su trabajo más reciente se adhiere a la nueva ola del cómic de no ficción. De hecho, actualmente vive en El Cairo donde prepara un reportaje ilustrado sobre las revueltas en Egipto.

Ariodante



¡Sálvese quien pueda! - Andrés Oppenheimer

¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la robotización. Oppenheimer siempre me ha llamado la atención, si bien no he sid...