22 julio, 2012

PELIGROSAS AVENTURAS AFRICANAS

GUINEA

FERNANDO GAMBOA

«Pues escúchame con atención —dijo acercando su rostro al mío y bajando la voz- porque te voy a contar algo que sucedió no hace mucho en el corazón  de África. Una increíble odisea de amor, dolor, odio, de ... —Se quedó en silencio, de nuevo con la mirada perdida y la inacabada frase suspendida en el limbo de las palabras que se resisten a ser compartidas—, una historia real —concluyó tomándome la mano—que a veces parece dejar de serlo. Voy a contarte mi historia»


«La cargué como pude en el asiento trasero del Defender blanco con la pegatina azul de UNICEF y apreté el acelerador, sabedora de que cada minuto que perdiera en la carretera podía ser vital para la supervivencia de la pobre mujer que agonizaba en el asiento de atrás. Tomé la carretera que parte desde Luba bordeando la costa oeste de la isla, mientras el sol se hundía en las aguas del golfo de Guinea y a lo lejos se comenzaba a intuir el resplandor de las innumerables plataformas petrolíferas que habían brotado del mar en los últimos años, como sucias velas de un cumpleaños que nadie puede celebrar.»( Pág. 17).
Es el relato de Blanca Idoia sobre su experiencia vivida en Guinea Ecuatorial, país al que se trasladó para hacer un estudio de campo para la UNICEF. Un relato que se lo va narrando en primera persona a un escritor con el que coincide en el bar de un marchito hotel; escritor que estaba buscando una historia para su nueva novela.

Desde ese momento en el que se dispone a llevar a la anciana Margarita, en cuya casa vivía la protagonista, al hospital de Malabo empieza su pesadilla. Una pesadilla cargada de acción y aventura. Por eso elegí el párrafo con el que empiezo mi opinión sobre la misma. Podría elegir cualquier otro, pues hay bastantes con el que obtendremos información de la situación real por la que atraviesa su población, sumida en la pobreza, a causa de una dictadura corrupta, cuya cabeza visible es el presidente Teodoro Obiang Nguema, que derrocó a su antecesor, su tío Macías Obiang, tras un golpe de estado el 3 de agosto de 1979.

El vehículo es detenido por la policía del país en un control rutinario. Le piden la documentación a la conductora pero les dice que se olvidó de la misma. Su condición de representante de la UNICEF no le sirve de nada. En el registro del vehículo encuentran una agenda que contiene un diario. Es acusada de ser portadora de propaganda subversiva. En un simulacro de juicio se le declara culpable de varios delitos y la condenan a veinte años de prisión. Junto con otros presos la transportan a un destino que desconoce.

Pero durante el viaje se produce un incidente que aprovechan varios prisioneros para lanzarse en marcha del vehículo e intentar escapar. Comienza una odisea, como se dice en la sinopsis, llena de odio, dolor, amor. Primero a través de la isla de Bioko y después por la región continental del país, para tratar de llegar a Gabón y desde allí regresar a España. Es ayudada en su huida por uno de los prisioneros que también logra escapar, Gabriel.

Blanca Idoia nos relata su fuga por todo el país. Conoce y padece en sus propias carnes la situación real por la que atraviesa Guinea Ecuatorial, uno de los países más ricos del mundo, pero al mismo tiempo, con una población sumida en la pobreza. Guinea es, sin duda, una  novela de denuncia social. Uno y otro  intercambian sus puntos de vista sobre la forma en que viven los dos mundos distintos que ellos representan. Blanca, el consumismo y Gabriel la subsistencia.

Juntos pasan una serie de peripecias que terminan en un final que sorprende al lector. Son ayudados por familias sumidas en la pobreza pero que no dudan en ofrecerles lo poco que tienen. Pasan de una miseria a otra, de un peligro a otro. María y su hija Lucía, las misioneras franciscanas que le facilitan un hábito de monja que le sirve de disfraz en su huida. Se adentran en la selva tropical y se encuentran con los pigmeos Akas que viven en la cordillera Além, que atraviesa la región continental. Conviven con ellos unos días y los guían hasta cerca de un poblado. Aprenden a subsistir en ese paisaje inhóspito. Conocen los secretos de la selva así como la insalubridad que soportan sus pobladores, la malaria, gorilas, elefantes. Pero también se enteran cómo los que les fueron ayudando pagan con sus vidas o con la deportación el precio de su libertad.

Fernando Gamboa construye una trama con carácter casi cinematográfico. Acción constante y aventura. Me recordó otra novela que leí, no hace mucho, El Reich Africano, de Guy Saville.  Los acontecimientos que se van sucediendo influyen en la forma de pensar de Blanca Idoia y le hacen comprender por qué se resigna la población de Guinea Ecuatorial ante la opresión que es sometida. La vida de los africanos está destinada a subsistir, a conformarse con lo poco que pueden conseguir, a saber vivir de los productos que les da la naturaleza. Blanca viene de un mundo totalmente diferente, en el que todo lo que uno posee o quiere conseguir tiene un precio.

—«¿Me estás acusando de mercantilista?
—De acuerdo, tienes razón —concedió, abriendo las manos—. Pero...¿estás segura de que no lo eres? Quizá deberías examinarte a ti misma  y la forma en que vives. A lo mejor te llevas una sorpresa» (pág. 167).

Guinea es una novela que recomiendo a los lectores. Nos atrapa desde la primera página y es un acierto el presentarnos la historia en capítulos cortos. Así se logra centrar nuestra atención en la trepidante y, en ocasiones, dura historia que nos va contando la protagonista. Dura porque la protagonista sufrirá en sus propias carnes el ensañamiento con que es tratada la población, los asesinatos que se producen cada día, las violaciones brutales a que son sometidas las mujeres. Una dureza encarnada en la persona del capitán Anastasio. Los diálogos son ágiles y directos. El autor demuestra su gran labor de documentación para la información que nos va facilitando, como nos lo expone en la nota que figura al final de la novela.

Es una novela que me ha impactado. Hay algunas obras como esta que son verdaderos testimonios de lo que realmente acontece en algún punto de este planeta y nos damos cuenta de que muchas veces somos mal informados de lo que realmente sucede a nuestro alrededor. ¿Por qué?. Es la triste historia de un país que podría tener una existencia mejor pero sus dirigentes y las llamadas naciones civilizadas no lo permiten. Hay muchos intereses económicos de por medio. Es la triste historia de un continente, África, en el que esta situación es habitual y, tras haber leído Guinea me pregunto por qué se permiten estas atrocidades.


El autor:

Fernando Gamboa (Barcelona, 1970) comparte con los protagonistas de sus novelas la curiosidad insaciable y la atracción por la aventura. Sin residencia fija, vive a caballo entre España y el resto del mundo. Cada novela es el fruto de experiencias sufridas o gozadas, terrores exactos, revelaciones insospechadas y tesoros que casi nunca son de oro o diamantes.  Otras novelas suyas son:

Corazón maya (2005. Finalista del premio Grandes Viajeros de Ediciones B y (pendiente de publicación); un libro de viaje por México y Guatemala.

—La última cripta (Ed. el Andén 2007); una novela de aventuras alrededor del mundo en busca del tesoro perdido de los templarios.

—La hermosa historia de Luz Elia Miranda Clementina (2009 Disponible para eBook en amazon.es y amazon.com); la historia verídica de una niña colombiana que busca a su madre desaparecida.


Título: Guinea
Tapa dura con sobrecubierta.
Autor: Fernando Gamboa
Imagen de cubierta: Mike Goren
Ediciones El Andén, S. L.
Primera edición, octubre 2008
ISBN: 9788492475391
Nº páginas: 377

17 julio, 2012

PUERTAS MISTERIOSAS


LAS PUERTAS DE LA CASA DE LA MUERTE
STEVE ERIKSSON

SINOPSIS: En el desierto de Raraku, Sha’ik, la vidente y sus seguidores se preparan para el levantamiento profetizado largo tiempo atrás, “El Torbellino”. Esclavizada en las minas de otataral, Felisin, la más joven de la deshonrada Casa Paran, sueña con la libertad y jura vengarse, mientras que los Abrasapuentes proscritos, Violín y Kalam conspiran para liberara al mundo de la emperatriz Lassen (aunque la voluntad de los dioses, como siempre, parece ser otra). Y al tiempo, dos antiguos guerreros cargados con un secreto devastador penetran en esta tierra asolada, un comandante del Séptimo Ejército de Malaz, lidera sus agotadas tropas en una última y audaz carrera para salvar las vidas de treinta mil refugiados.


OPINIÓN PERSONAL: Nos encontramos de nuevo en las siete ciudades, pero ahora la trama aun se complica más, se vuelve más frenética, más dividida, con diversos frentes abiertos, cada uno de los cuales comprendería por sí mismo una apasionante novela. Ahí radica su tremendo atractivo y también  la dificultad que entraña ser capaz de fijar la atención en diversas líneas argumentales. Éstas se van entrecruzando como un complejísimo tapiz, en el que cada uno de los personajes es un hilo de brillante color, de relieve especial, que aparece y desaparece, engullido en unas escenas emocionantes, trepidantes y a veces demenciales que necesitan de una imaginación muy vívida para poderlas abarcar. Estos personajes, algunos viejos conocidos de la novela anterior, como los Abrasapuentes, el joven Azafrán, o Lástima, y otros, nuevos y muy intensos, como la joven Felisin, o Duiker, el historiador, nos van desgranando su historia paso a paso. A través de sus andanzas y de sus penurias, avanzamos por una trama cada vez más compleja y cada vez más  intrigante.
Estos personajes, todos ellos vívidos y muy reales, son tratados sin miramientos, con crueldad refinada. El autor hace que en cada página nos sobrecojamos con una visión descarnada de lo que es la esclavitud, la guerra, las matanzas y en suma, la barbarie humana, ya que aquí no se escatima nada. Ni sangre, ni suciedad, ni miseria ni dolor, sea este físico, mental o emocional. Como en cualquier guerra, como en cualquier contienda real. Y como en la vida real, no hay ningún personaje bueno ni malo, sino que todos son tremendamente humanos, hasta los dioses, que interfieren una y otra vez con los mortales. En esto se basa otro de los grandes atractivos de esta saga épica: en la falta de histrionismos, de exageraciones falsas y esperpénticas. Esta saga nos llega, cuando consigues sumergirte en su complejidad, porque cada uno de sus personajes es una persona real, y como tal puedes sentir lo que siente, y vivir lo que vive, sea bueno o malo.
En su contra diré que me sorprendió, en el capítulo final, un gazapillo argumental un poco tonto, que al leerla en castellano no sé si es problema de redacción o de traducción.

 Ángeles Pavía

FICHA TÉCNICA:
Título: Las puertas de la casa de la muerte
Autor: Steve Erikson
Editorial: La factoría de ideas
Páginas: 627
ISBN: 84-9800-587-5
Género: Novela fantástica
Saga: Malaz, el libro de los caídos 2

15 julio, 2012

EN TIERRAS RUSAS


LA PULGA DE ACERO
 Nikolai Leskov


Asociamos la Literatura rusa del siglo XIX a sus más grandes autores (Dostoievski, Gogol, Tolstoi) y a sus obras más conocidas (Crimen y Castigo, Guerra y Paz, etc). También nos resulta fácil asociarla con la obra de Chejov o Turgeniev. Pero es cierto que estos nombres acaban por extender una pesada sombra sobre el resto de sus contemporáneos menos conocidos, privándonos de un inmenso legado apenas conocido y de difícil acceso para el lector medio.

Éste es el caso de Nikolái Leskov, considerado por muchos de sus compatriotas como el más ruso de todos los escritores rusos. Aunque nació en una familia acomodada, la muerte de su padre le privó a una temprana edad de todo aquello a lo que estaba acostumbrado. Leskov comenzó a trabajar como oficinista en los tribunales de su región, continuando su carrera en Kiev. Posteriormente fue contratado por una empresa inglesa como representante de sus negocios en Rusia lo que le llevó a viajar por todo el país permitiéndole conocer su riqueza y acercarse al padecimiento del pueblo ruso (el servilismo aún no había sido abolido).

Gracias a esos viajes y a un golpe de suerte, la vida de Leskov tomaría un giro inesperado. Gran observador, volcaba en las cartas que enviaba a su jefe todo aquello que veía. Su estilo ágil, fresco e irónico le valieron la posibilidad de comenzar a trabajar como periodista y, al poco, de publicar sus primeros relatos.

Llegados a este punto no se puede decir que la vida de este autor se tornara tranquila y sosegada. Su estilo irónico y burlesco atrajo hacia él odios de los más diversos orígenes: la jerarquía ortodoxa le consideraba impío (una de sus obras llevaba por título Pequeños detalles de la vida episcopal, si bien en otro libro – Gentes de la Iglesia- ofrecía un discurso apasionado a su favor). Por los mismos motivos perdió el cargo público que ostentaba en el Ministerio de Hacienda.

Tras su muerte su figura y su obra no dejaron de ser controvertidas. El régimen soviético le vio como símbolo de la Rusia decadente del pasado; los escritores modernos como una rémora del pasado con un lenguaje y un estilo excesivamente populares e incluso vulgares.
La pulga de acero es considerada su obra maestra y narra la historia del regalo que los ingleses hicieron al zar Alejandro I, con motivo de su visita a Inglaterra tras el Congreso de Viena. El regalo consiste en una minúscula pulga de acero que, gracias a una pequeña llave con la que se hace girar un resorte, ejecuta una hermosa danza. El zar ve en esta pulga la prueba de la habilidad y destreza de los artesanos extranjeros frente a la de los de su patria, incultos e incapaces de hacer nada parecido. El acompañante real, Platov –un noble cosaco- se ve incapaz de convencer al soberano de la capacidad de sus leales súbditos y de su superioridad frente a los remilgados extranjeros.

A su regreso a Rusia, la pulga se almacena con el resto de regalos reales y sólo vuelve a ver la luz tras la muerte del zar cuando se presenta a su sucesor. Nicolás I, extrañado por el artilugio, interroga a Platov quien le informa de la impresión que se llevó Alejandro I de los artesanos ingleses. El soberano, que confia en su pueblo, encarga a Platov que acuerde con los artesanos de Tula (ciudad metalúrgica famosa por sus especialistas) la forma de superar la invención extranjera.

Platov encarga a los artesanos de Tula que venzan al ingenio inglés cosa que estos logran (no diremos cómo) gracias a su talento, esfuerzo y a las oraciones ante sus sagrados iconos.

Exultante, el zar ordena que uno de los artesanos viaje a Inglaterra para demostrar la superioridad de los trabajadores rusos. Ya en Inglaterra, el Zurdo (apodo del artesano de Tula elegido como embajador) causa el asombro inglés, no sólo porque explica que él y el resto de trabajadores del metal ruso no conocen las matemáticas ni la química, y apenas saben leer, sino por su llaneza y sentido común respecto a cuestiones tan diversas como el cortejo, los bailes o el té.

Pese a ser excelentemente tratado, el Zurdo siente nostalgia de su patria y decide regresar a Rusia donde fallece al poco de llegar, no sin antes transmitir un importante secreto militar inglés (ha descubierto que estos no limpian los cañones con ladrillos para no estropearlos). 

Su sacrificio es en vano puesto que el destinatario del mensaje, mezquinamente no lo transmite, siendo una de las causas de la derrota rusa en Crimea.
 
La polémica en torno a la figura de Leskov se extiende a esta obra y hay quien la interpreta como un panfleto a favor de los valores de la Rusia tradicional y hay quien piensa que es una denuncia y ridiculización de la pobreza e incultura de una Rusia que se alejaba de los países modernos, anclada al pasado por sus mediocres clases dirigentes. No entraremos en polémica puesto que creo que hay argumentos para defender ambas hipótesis. Quizá por ello ambas opiniones sean correctas. Al igual que tiempo después ocurriría en España, a finales del siglo XIX, la sensación de esta cerrando una época servía como aglutinante de ideas encontradas. Por una parte se deseaba el progreso, la modernidad, pero por otra se reivindicaba lo propio y diferenciador. Quizá sea éste uno de los mayores méritos del pequeño relato, obligarnos a reflexionar sobre ese filo de navaja por el que discurre la Historia de los pueblos.

Reflexiones aparte, la contribución de Leskov al enriquecimiento del lenguaje ruso hace de este cuento un auténtico suplicio (o delicia) para cualquier traductor. El autor emplea libremente vocablos de su invención mediante diversos métodos que van desde la unión de dos palabras preexistentes ( calamata es la casamata convertida en calabozo), hasta la asociación de sonidos o ideas (bufía par indicar el paso de la admiración al alivio). La traductora, Sara Gutiérrez, lleva a cabo un esfuerzo meritorio (y exitoso) por volcar esta riqueza léxica al castellano de una manera natural e integrada en el texto. Asimismo hace una breve introducción explicativa de estas peculiaridades del lenguaje de Leskov.

En definitiva, La pulga de acero, es un breve libro de fácil lectura pero larga digestión. Permite alumbrar ciertos aspectos de la historia de nuestros propios países (todos han pasado antes o después por situaciones similares), pugnando por encontrar su propio camino hacia la modernidad (o su modo de atarse al pasado). También nos permite leer de primera mano una historia bien escrita y que trata de llevar el lenguaje a un terreno infrecuente, el de la pura invención.


 GWW

Datos del libro
  • Nº de páginas: 128 págs.
  • Editorial: IMPEDIMENTA
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788493592714
  • Año edición: 2007
  • Plaza de edición: MADRID



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