29 enero, 2012

DOS RESEÑAS


Un nuevo colaborador, Rafael Téllez, presenta dos reseñas breves:

EL BARRO Y LA COSTILLA 
 JULIO ANTONIO GARCÍA LÓPEZ
Ed. Atlantis

Queridos lectores, os presento una obra escrita por Julio Antonio García López: se trata de una novela de descarnada actualidad. Personas que luchan por ser libres, formas de opresión que nos afectan a todos, ninguna cultura está libre de sus propios mecanismos de sometimiento, el fanatismo de occidente y sus "soldados en guerras de paz" no queda al margen. Una novela de acción y contenido social, una visión crítica y directa al ojo del huracán, donde, a pesar de todo, también hay lugar para la esperanza y el entendimiento.
Son dos los personajes principales que desarrollan este conflicto: José, ex militar regresado de la guerra de Afganistán, que trata de rehacer su vida malviviendo como vigilante de seguridad. Y Samira, chica de familia musulmana que viven entre dos mundos: el  patriarcado religioso y  la España actual.  Las historias se desarrollan de manera paralela hasta cruzarse y chocar de manera trepidante.

El léxico que ha elegido novelista es a veces selecto y otras mundano, se mezclan por tanto delicadeza y brutalidad en diferentes escenarios, que combinan golpes de efecto con momentos de belleza y sentimiento. El lector no quedará indiferente a la lectura, algunos fragmentos le emocionaran, otros le harán saltar del sillón o reír con humor negro, de todo hay en la pluma de Julio Antonio García López.

Para más información, consultar la web del autor: 

SIN NOTICIAS DE ACUARIO
REYES GARCÍA DONCEL
Ed. Paréntesis

Reyes García-Doncel, escritora y educadora, nos presenta su nueva novela: Sin Noticias de Acuario, una novela en la que se mezclan planteamientos existenciales desde diferentes perspectivas. Una acción que se desarrolla en la época en la que el hippismo y los ideales de la New Age, la Nueva Era, la Era de Acuario, inundaron el mundo, de la mano de grandes conciencias y para mejora de muchas cosas, pero también acompañada por algunos oportunistas. Ideales que también llegaron a una España sumida en los últimos años de la dictadura.
Esta novela desenfadada nos hará reflexionar sobre aquella época, en la que los modelos autoritarios chocaban con los ideales de libertad, donde, por oposición al tradicionalismo autoritario surgían mil doctrinas, a cual más descabellada. Tesis y antítesis...¿es la época actual una síntesis de aquello?... dejo el interrogante al lector... Recomiendo muy especialmente la lectura de esta novela. Personalmente me gusta mucho esta obra: desmitifica todo tipo de dogmatismo, sea cual sea su color: militarista, orientalista, extremismos políticos. La protagonista madura, relativiza y alcanza la libertad.


23 enero, 2012

JUGANDO A DETECTIVES

ARTHUR & GEORGE
JULIAN BARNES



Arthur & George es un díptico que enfrenta la vida de dos contemporáneos cuyas vidas se cruzaron fugazmente pese a su natural divergencia. George es un joven abogado de origen indio que, en la Inglaterra eduardiana de principios del siglo XX, es acusado, juzgado y condenado por rajar el vientre y causar la muerte de varios animales en un condado rural. Su carácter reservado, sus escasas dotes para la comunicación humana, su origen racial y su exclusivo interés por el mundo del Derecho, despreciando otras aficiones más mundanas como las mujeres o el alcohol, le convierten en un espécimen extraño, una rareza en una comunicad intransigente y dispuesta a atribuirle cualquier iniquidad por no querer ser uno más.
Arthur es, naturalmente, el gran escritor Conan Doyle cuya infancia se vio influida por una educación centrada en los elevados principios morales de la Vieja Inglaterra según los cuáles, el ejercicio de deportes físicos servía para templar las tentaciones de la carne, fumar delante de una dama era considerado una absoluta grosería y el honor propio estaba por encima de cualquier otra cuestión terrenal. Pese a que en su infancia conoció la pobreza relativa como consecuencia de la conducta errática y bohemia de su padre – lo que forzó a su pobre y adorada madre a sacar adelante a su parentela- logró abrirse camino, primero como médico, posteriormente como oftalmólogo y, finalmente, dado que la escasez de clientes le permitía escribir en su despacho profesional, como autor de éxito.
Es conocida la aversión que Conan Doyle acabó desarrollando por Sherlock Holmes a quien mató y posteriormente resucitó ante los ruegos de su público (y de su propia madre). Arthur siempre prefirió sus novelas medievales en las que el ideal caballeresco era la esencia. Precisamente ese ideal es el que le llevó a lo largo de su vida a consagrar sus esfuerzos a diversas causas que consideraba justas. Así, organizó numerosas colectas a favor de desvalidos que llamaban su atención por cualquier motivo- por ejemplo el ganador de la maratón de las olimpiadas de Londres descalificado por haber sido ayudado a levantarse a pocos metros de la meta-, se manifestó en contra del sufragio femenino, tomó partido por la mayoría de asuntos públicos de la Inglaterra de su época e intervino activamente en diversos casos judiciales.

En esta última faceta es donde se encuentran fugazmente la vida de estos dos hombres. Arthur Conan Doyle investigó, escribió artículos, promocionó una comisión del gobierno y logró, finalmente, la anulación de la sentencia que condenaba a siete años de trabajos forzados al bueno de George Edalji, incapaz por otro lado de acercarse a una vaca, no digamos ya de abrirle la panza.
A primera vista se podría establecer una relación natural entre las labores “reales” de investigador justiciero de Conan Doyle y las “ficticias” de su creación literaria. Sin embargo, y a diferencia de lo que señalan facilonamente la mayoría de las críticas que se han publicado de este libro, creo que el origen de este impulso está más relacionado con el carácter de desfacedor de entuertos, casi quijotesco, propio de sus ideales elevados. Su interés era limpiar la vergüenza que sentía como inglés por el estrepitoso fracaso que la administración pública (policía, jueces, jurado popular y políticos) había jugado en este episodio. De hecho, a partir de este suceso, y con el fin de prevenir injusticias similares se crearon los Tribunales de Apelación.
Sin duda, y pese a que el título parece mostrarnos a dos personajes en igualdad de condiciones, el libro gira inevitablemente en torno a la vida de Conan Doyle, no sólo por ser más conocida, sino porque su carácter, su infinita energía, su concepción del honor y la visión que de sí mismo tenía (no precisamente modesta) son un poderoso imán al que Barnes sabe sacar un brillo especial que le hace aún más atrayente.
Sin embargo, y a un nivel puramente literario, es la recreación de la vida de George Edalji, cómo se construye ante nuestros ojos asombrados la personalidad y el esbozo de sus pensamientos más íntimos, lo que da la medida del enorme talento de Julian Barnes. El autor sabe tomar una historia real y trocarla, más allá de la pura anécdota, en un territorio literario propio. Mediante un estilo engañosamente sencillo (apenas parece advertirse el trabajo del autor) y con precisión aritmética, se nos desgrana en paralelo el curso de la vida de estos dos hombres ejemplificando dos formas de entender la vida y afrontar sus desafíos.



Datos del libro
  • Editorial: ANAGRAMA
  • Lengua: CASTELLANO
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • ISBN: 9788433971227
  • Año edición: 2007
  • Plaza de edición: BARCELONA

19 enero, 2012

DURMIENDO EN EL PATIO


EL PATIO DORMIDO 
 Mª JOSÉ GALVÁN
Evohé Ediciones, 2012


Ediciones Evohé me ha sorprendido gratamente con la primera novela de la escritora madrileña, nacida en 1962, y Licenciada en Historia del Arte, Mª José Galván.  Ya el lector lo primero que se va a encontrar nada más abrir este precioso libro es un plano, un plano en el que vemos cuatro inmuebles que tienen un denominador común: el patio. Un patio que está ahí, sin hacer ruido, viendo el transcurrir de la vida de los vecinos que habitan a su alrededor. Pero el plano tiene su sentido porque nos sirve para ver dónde residen los personajes que aparecen y desaparecen en esta obra coral, donde casi toda ella se desarrolla en interiores. El potencial lector no se me asuste al encontrarse el mismo, así, de sopetón. Una gran idea del magnífico trabajo desarrollado por su creadora.

Pero el hecho de que todo lo que en la obra acontece transcurra casi sin movernos de esas paredes no hace que pierda interés su lectura. Al contrario. No hace poco leí otra de similares características, también una obra coral pero aquí la trama transcurría casi toda en un hotel. Un denominador común tienen ambas: me costó un poco meterme en lo que la autora nos quiere transmitir pero una vez que le coges el hilo no eres capaz de soltarlo, lo mismo que hace un gato cuando juega con una madeja, que empieza a tirar de ella y sigue hasta deshacer todo el trabajo que había hecho su ama. Con ambas me ocurrió lo mismo pues al terminar de leerlas me dije que eran dignas de releerlas con el tiempo. Obras que te quedan en la memoria y de las cuales sacas muchas conclusiones. En este caso, la condición humana.

El libro me gustó en su conjunto, tanto por su cuidada presentación, que lo es, por la ilustración impactante de su portada, como por el sentido de la gran calidad que atesora en su interior. Una calidad narrativa por la que la autora nos sumerge en una obra de fácil lectura, con un lenguaje muy de nuestros tiempos, encontrándonos con registros diferentes según sea el personaje que intervenga, porque es una novela en la que se ven representadas una gran parte de la población de este país, la que más abunda, la clase media, con sus sentimientos, su quehacer diario pasando de un personaje a otro que, aunque sean tantos los que habitan en esa famosa manzana, poco a poco nos vamos familiarizando con sus problemas, sus alegrías, sus tristezas.

 Escrita en tercera persona, la autora nos cuenta cómo la tranquilidad de esos vecinos cambia en la madrugada de un siete de septiembre. Una madrugada que los padres de un adolescente, Julio, no iban a olvidar jamás, pero tampoco la iban a olvidar los vecinos de los portales colindantes donde se produjo el fatal incidente que truncaría una vida: el patio. Allí nunca pasaba nada, todo era considerado normal. Pero llegó el día fatídico. Y todo fue porque tres muchachos, en plena noche, se introdujeron a tientas por la rampa de acceso al mismo pero, con tan mala fortuna que, entre risa y risa de los adolescentes, uno de ellos, el más alto, tropezó con algo, dio un enorme traspié y cayó. Cayó hasta que poco a poco sentía que se le iba la vida. El fatal desenlace se produce.  

—¡Qué pena lo de ese chico! —suspiró la madre reanudando la conversación—. La muerte es lo peor de todo. La puñeta nos la están haciendo, eso es verdad, pero ¡cómo estarán los padres!

¿Por qué les estaban haciendo la puñeta?. Y lo intento explicar así porque es una palabra que se suele utilizar en la vida diaria y puede interpretarse según la connotación que tenga, en este caso la de enfado, irritación de unos vecinos que se ven involucrados en algo que según ellos, creen que no tienen arte ni parte. La notificación del inicio de un procedimiento judicial va llegando a los presidentes de los cuatro portales. La familia pide resposabilidades a los inmuebles a cuyos propietarios considera culpables del fallecimiento de su hijo.

La escritora madrileña nos va relatando de forma magistral todo lo que en la novela sucede, desde la relación de unos vecinos que están condenados a entenderse, al proceso judicial que va siguiendo su curso. Todo ello bien documentado pero descrito de manera que nos enfrascamos en la lectura de la misma sin querer perdernos detalle, con un lenguaje a veces escrito en tono desenfadado, haciendo soltar incluso alguna carcajada,  sabiendo utilizar figuras como metáforas, comparaciones, exclamaciones o sonidos onomatopéyicos en su justo momento. Diálogos que agilizan la lectura de esta maravillosa obra.

Una obra, en definitiva, muy de nuestros días, un fiel reflejo de lo que ocurre en nuestra sociedad. Son, pues, situaciones que suceden a diario. Y ese carácter actual que tiene El patio dormido lo vemos en sus personajes pues nos los podríamos encontrar en el rellano de nuestras plantas. Vecinos con los que apenas uno se saluda, si es que nos saludan. Pero llega un momento, un problema, en el que por muy conflictivas que sean las relaciones que se produzcan entre nosotros no nos queda más remedio que afrontarlo.


¡Sálvese quien pueda! - Andrés Oppenheimer

¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la robotización. Oppenheimer siempre me ha llamado la atención, si bien no he sid...