12 marzo, 2010

El mito de Bourne – Robert Ludlum

Después de buscar y buscar, encontramos la segunda parte de la trilogía de Bourne. Sí, la encontramos casualmente en Perú, traducida al español y editada por DeBOLS!LLO. Aunque tiene algunos errores ortográficos y algunos otros gramaticales, pero una novela de primerísimo nivel.

David web trabaja como profesor de estudios orientales en una universidad norteamericana, pero tras esta apariencia inofensiva se oculta un turbulento pasado: su intervención en la guerra de Vietnam, en la que murió su primera esposa, y haber formado parte, con el falso nombre de Jason Bourne, de un grupo guerrillero financiado por la CIA. L amor de su segunda esposa le ha permitido recuperar una vida plácida y normal. Sin embargo, la situación se complica cuando en Extremo Oriente un misterioso asesino adopta el nombre de Bourne. David Web vuelve a verse inmerso en una peligrosa aventura en la que el terrorismo internacional y el juego sucio de la alta política le empujan a acciones cada vez más arriesgadas.

El mito de Bourne es otra muestra del vigoroso estilo de Robert Ludlum, maestro indiscutible de la narrativa de intriga y acción y uno de los autores más leídos del mundo.

Si bien existe la versión cinematográfica de esta obra y esta trilogía, no es posible establecer un punto de comparación entre ellos, ya que hasta las historias difieren extraordinariamente. Sin embargo, si has disfrutado de la trilogía de Hollywood, es muy, pero muy probable que esta literatura supere ampliamente tus expectativas. Aunque el libro es largo y con algunas fragmentos un poco complejos de leer, tiene una trama atrapante y muy apasionante.

Asimismo, es oportuno recalcar la importancia que tiene el leer la primera obra antes de esta, El caso Bourne, cuya reseña se aloja en el siguiente link: http://opiniondelibros.blogspot.com/2008/02/el-caso-bourne-robert-ludlum.html.

Te recomiendo ampliamente este libro (y su trilogía completa, claro está).

Que lo disfrutes.

¡Un abrazo!

06 marzo, 2010

La historia de Genji - Murasaki Shikibu

Este post fue enviado por Juan Guerrero (Juanito Smith, en Facebook) a nuestro e-mail. Muchas gracias por tu aporte, Juanito.

No soy un experto en literatura japonesa más allá de algunas lecturas de Mishima, Oé y Murakami, por lo que cuando cayó en mis manos el – para mi desconocido – primer volumen de "La Historia de Genji", lo primero que hice fue sopesar en mi mano sus casi mil páginas y pensar: espero que merezca la pena.

Y la merece.

Resumir lo que se narra en Genji Monogatari es sencillo: Genji, hijo del emperador y de una amante de éste que carece de todo apoyo social tras la muerte de su padre, es sin embargo el hijo favorito del monarca, que desea nombrarle su sucesor por encima de su hijo primogénito. Consciente sin embargo de que la corte jamás aceptaría semejante decisión y para evitar que sea víctima de las intrigas que rodean al poder, decide dar a Genji un apellido, apartarle de la corte y situarle como plebeyo en un alto cargo de la administración del Imperio. A partir de este momento, el lector sigue a Genji en sus viajes y aventuras (casi siempre amorosas) que conforman la mayor parte del relato.

Pero este resumen es totalmente inadecuado, pues lo que "La Historia de Genji" encierra es mucho más: la detalladísima imagen de una sociedad tan compleja, sofisticada y ajena a nuestro pensamiento occidental y moderno que a menudo produce una sensación de "extrañeza", de inmersión total en otro mundo del que se desconocen las reglas; pues el entorno social en el que vivía Shikibu, la autora de esta portentosa obra, se regía por unas normas de comportamiento absolutas y una jerarquía inflexible de la que daré dos breves ejemplos:

  • En la corte japonesa feudal no existía el concepto de intimidad: ninguno de los personajes del relato está solo en ningún momento, pues tanto los caballeros como las damas van siempre seguidos de un grupo más o menos numeroso de "asistentes" (en el caso de los varones), o de "damas de compañía" (en el caso de las mujeres), que duermen separadas de su señora tan sólo por una cortina. Esto, sin embargo, no dificultaba las relaciones amorosas, pues a ojos de los señores y damas feudales sus acompañantes de baja posición carecen de relevancia.
  • Otro ejemplo interesante, y que obliga a una lectura pausada y atenta de la obra es que, en dicha sociedad, la manera de dirigirte a alguien, el nombre por el que se le interpela, varía en función de la posición social del interlocutor: así, una criada del mas bajo rango utilizará para dirigirse a su señora un nombre diferente del que usaría una asistente personal, que a su vez será diferente del que usaría una dama de su mismo rango, etc., abarcando todas las estratificaciones posibles de esta compleja sociedad.

Hay muchos más ejemplos, pero baste con estos dos para darse cuenta de que "La Historia de Genji" no es un libro para leer rápidamente en la playa: requiere un notable esfuerzo por parte del lector interesado. La edición española está, además, salpicada de notas a pie de página que ayudan a adentrarse en esta sorprendente cultura.

La obra, pese a su apariencia lineal, se estructura muy a menudo como un juego de muñecas rusas: relatos dentro de relatos, escritos con un sobresaliente dominio del lenguaje y acompañados de abundantes poemas; pues pese a la rígida formalidad del antiguo Japón, la poesía estaba considerada como el arte más noble, y "permitía a las personas hablar desde el corazón".

Y como no se puede resumir la extraordinaria riqueza de esta obra sin dedicar a ello muchas más paginas, terminaré esta reseña diciendo que, tanto por su enorme belleza formal cómo por el fascinante mundo que presenta, narrado con una profunda sensibilidad, "La Historia de Genji" - publicada en España en dos volúmenes- , es una lectura altamente recomendable para cualquiera que esté dispuesto a esforzarse en disfrutar de su contenido.

Juanito Smith.

04 marzo, 2010

Dios se quedó dormido - Juan Zeballos

Este comentario fue enviado por Eliane McMillan a gclibros@yahoo.com. Muchas gracias por contribuir con nuestro blog, Eliane.

Este es un libro muy original ya que el personaje principal es el propio Dios. Un Dios que, en virtudes y defectos, se parece a nosotros. En uno de los habituales paseos que Dios hace (de incógnito) a la Tierra, sufre un accidente y pierde la memoria. No recuerda que es Dios. Como cualquiera, necesita ganarse la vida y comienza a trabajar como mozo en un restaurante. La dueña, con quien tendrá una relación muy particular, junto a un viejo mozo del lugar, descubre que "don Manolo", nombre que ha adoptado Dios, tiene dotes especiales para realizar curaciones. Entre ambos lo convencen para que se convierta en curandero. Así, Dios ejercerá su nuevo oficio hasta que San Pedro, su fiel y casi inseparable mano derecha, en compañía de San Pablo, lo encuentran y le harán recuperar la memoria. Dios retornará al Cielo para continuar aburriéndose en compañía de los santos y las santas. Pero regresará otras veces a la Tierra, tomará sol en una playa, hablará con el Papa, se reencontrará con sus viejos amigos, la dueña del restaurante y el mozo. Finalmente, en el fin de sus días, tendrá una extensa y singular conversación con el Diablo, al que le realizará un ofrecimiento realmente inesperado.

Todo el libro está escrito en un tono de humor e ironía. Con un estilo preciso y claro, Zeballos es un escritor de gran imaginación y con un gran dominio del lenguaje. En esta obra hace una crítica despiadada a la religión y a la sociedad tras la que se esconde una honda amargura que sólo descubriremos en el párrafo final.

El libro es muy difícil de hallar ya que no está prohibido (como se sabe, en el país no se prohíben libros) pero, como sucede con otros libros tampoco prohibidos, ciertos grupos de poder ejercen presiones sobre los grandes distribuidores "sugiriéndoles" el rechazo de algunas obras. Éste es uno de esos casos. Por lo tanto, aún teniendo gran valía argumental y narrativa, se lo condenó a una distribución marginal. Naturalmente, lo recomiendo porque es uno de los mejores libros que he leído de cuantos han aparecido en los últimos años.

Nuevamente, muchas gracias Eliane, muy interesante tu reseña.

¡Saludos!

¡Sálvese quien pueda! - Andrés Oppenheimer

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