Este es un post enviado por Yolanda Salada a gclibros@yahoo.com. Se trata del prólogo de Reflejos de nadie de José Urdiales. Yolanda se define a sí misma como lectora de política, pensamiento y ensayo, quien quedó impresionada con el argumento y la forma en que este libro fue escrito. En su opinión, Reflejos de nadie es una auténtica joya literaria y afirma que refiere pensamientos filosóficos totalmente originales, con sutiles notas de humor negro y una duda permanente sobre la realidad de lo que se narra. Sinceramente, genial.
Esta obra puede ser encontrada en internet en www.reflejosdenadie.com,
Muchas gracias Yolanda, muy interesante tu opinión, espero poder conseguir este libro (en realidad espero no ser un menor de mente ni mayor demente).
El proyecto de este libro era el reflejar un comportamiento trastornado en una mente escindida; pero me di cuenta que para cumplir ese objetivo debía de pensar antes como una mente escindida...
A Jeremías le conocí en un internado cuando realizaba un estudio sobre la catoptrofobia (temor morboso a los espejos o de verse reflejados en ellos) en esquizofrénicos. Su tratamiento me ha posibilitado descubrir una personalidad que jamás hubiera sospechado en un esquizofrénico de tipo paranoide. La oportunidad que he tenido de mantener una estrecha relación con él, me ha servido para esclarecer el factor símbolo en todas las filias y fobias, y que en la mente del catoptrófobo ese factor se representa en el Yo negado. El miedo de Jeremías de contemplarse personifica el conflicto conciencia-Yo en, y durante, la introspección. Eso me ha permitido, como autor, incorporarme a la realidad del personaje a través de su Alter ego.
Reflejos de Nadie está escrito a la manera de "al óleo". La primera capa literaria fue empezada a dar el 18 de enero de 1999. Seguramente tardará años en secar completamente estos reflejos, como toda obra realizada en esta técnica pictórica, por eso es recomendable releer las pinceladas literarias sin pringarse en ellas... aunque yo no dejo de oír el Grito de Munch en el eco de su lectura final.
En todo momento he sentido que este libro está vivo. Nunca he dejado de corregirlo y ampliarlo. Nació como un engendro, me inspiré en su deformidad, y ahora es como un niño que intenta ganarse a los lectores con su secreta aparición. Pero es un niño maldito, basta con percibirlo en el espíritu de la letra... Y seguirá creciendo en la imaginación de aquellos que crean en él.
No es un libro fácil de asimilar por su densidad conceptual y estilo elaborado; no obstante, he intentado exponer con la máxima simplicidad formal posible. Pero he de advertir que no es una lectura de entretenimiento, más bien es una reflexión filosófica con tintes dramáticos, cuando no trágicos. En cualquier caso, es recomendable leerlo en orden a sus partes, orden cronológico, para mejor comprender la evolución del único personaje de la obra.
El personaje de Jeremías está representado como una metáfora del ser humano; destinado a ser quien es: un ente de razón.
Advertencia: Esta obra literaria no la recomiendo a ningún menor de mente ni mayor demente.
Parece ser una obra bastante interesante, aunque no fácil de leer. Sin embargo, me interesa y voy a hacer el intento. Muchas gracias Yolanda.