Tercero y último de la tanda.
Un senador ha muerto, y Mark Sway, un chico de once años de edad, es el único que sabe dónde está escondido el cadáver. En el FBI quieren que revele el paradero de los restos del político a toda costa, sea cual sea el prejuicio para Mark y su familia. Y el asesino quiere que mantenga la boca cerrada para siempre, llevándose el secreto a su tumba.
Reggie Love lleva menos de cinco años ejerciendo la abogacía; sin embargo, solo ella puede salvar a Mark de dos amenazas aterradoramente simétricas y opuestas. Juntos deberán enfrentarse al poder del aparato estatal y a las tretas de un asesino sin piedad alguna.
Una obra impecable, como ya nos tiene acostumbrados John Grisham, cuya profesión previa al arte literario fue la abogacía, que te atrapa desde la primera página. Si sueles disfrutar de novelas policiales cargadas de suspenso, te va a encantar. Muy recomendable.
¡Saludos!