11 enero, 2013

DIDO Y ENEAS


DIDO REINA DE CARTAGO

ISABEL BARCELÓ

 Es Ediciones


Isabel Barceló (Sax, Alicante) nos relata esta historia como lo hacían los poetas antiguos. La narradora, Imilce, se reune con su escribiente Karo en la plaza del granado, en Cartago. En torno a ella se congregan los habitantes de la ciudad que quieren escuchar los recuerdos de esta anciana que narra los hechos que llevaron a la Reina Dido a abandonar Tiro hasta llegar a las costas libias y fundar Cartago, así como sus amores con el príncipe troyano Eneas y el fatal desenlace tras conocer el deseo de éste de seguir su rumbo para fundar su ciudad en las costas del Lacio. Todos escuchan pero también aportan. La memoria colectiva está presente en todo momento, sobre todo cuando hablan los que en esa difícil travesía habían tomado parte.

Dido Reina de Cartago fue gestada al estilo de las novelas publicadas en el siglo XIX pero con la diferencia de que, en vez de aparecer los capítulos en un diario determinado para que sus lectores siguieran con interés la lectura del mismo y esperasen a la aparición del siguiente capítulo, se fue publicando en el blog Mujeres de Roma, del que Isabel Barceló es su administradora. Por eso los capítulos son muy cortos. La autora concedió la posibilidad a los lectores de implicarse en la novela de una manera especial: algunos optaron por elegir como «propio» alguno de los personajes clásicos, o aportar personajes por el simple procedimiento de inventarse para ellos un nombre y un oficio, según sus gustos y fantasías. En el listado de personajes aparecen los nombres de los participantes o sus seudónimos cuando así ellos lo quisieron.

El lector se encuentra con dos narradores: Imilce, la hija de Barce, nodriza de Siqueo y confidente de Dido que completa sus conocimientos con textos de las crónicas de Xilón, y el poeta troyano Trailo, a quien en más de una ocasión acusa de utilizar un tono demasiado poético y el permitirse ciertas licencias con las que ella no está de acuerdo, pues lo tacha de partidista. Nos encontramos con unos capítulos escritos en primera persona y otros en tercera dictados por un narrador omnisciente.

Imilce es el personaje en torno al cual gira este relato. Quiere que sus recuerdos queden anotados para que generaciones posteriores conozcan la verdadera historia de su pueblo. Un personaje al que, pese a su carácter temperamental, le iremos tomando cariño a medida que van pasando los capítulos.
 

Pigmalión era un hombre ambicioso. Quería el trono que había heredado su hermana tras morir su padre. Pero también quería riquezas: el tesoro que estaba escondido en el templo de Melqart para llevar a cabo sus planes. No dudó en torturar a Siqueo, el sacerdote del templo y esposo de Dido, para que le revelase el escondite.

La reina era conocedora de las pretensiones de su hermano. Enterada de la atrocidad que había cometido en la persona de su esposo, decide huir de la ciudad con los habitantes que quieran seguirle pues no quería que se produjese un enfrentamiento entre hermanos. Junto con el Príncipe del Senado y Acus, el hijo de este, prepara sigilosamente la huida. A medida que tocan diversos puertos para aprovisionarse se les van uniendo algunos pasajeros más, como los curiosos hermanos Xilón y Filón, la amazona Nismacil, el cordelero Kostas, o las bailarinas que son tomadas prisioneras en Chipre. Tras sufrir muchas penalidades durante la travesía llegan a las costas libias y tiene un encuentro con Yarbas, el rey de esas tierras, para que le dejase construir en su costa una ciudad.

Eneas, príncipe de los troyanos, entra en escena. Tras la destrucción de Troya, huye con varias naves para tratar de llegar a las costas del Lacio, en Italia, y allí fundar otra ciudad. Dido los recibe y acoge en Cartago. Los homenajea con un excelente banquete de bienvenida. Dido había sido aconsejada en más de una ocasión de que volviese a tomar esposo pero ella se negaba y era fiel a la memoria de Siqueo. Yarbas el rey libio, le pidió matrimonio en varias ocasiones. Pero al llegar Eneas a Cartago, los dioses entran en acción y deciden que Cupido aparezca en escena para que Dido se entregue a Eneas, que era hijo de la diosa Venus. Pero, tras llevar instalados un tiempo en las playas de Cartago, Eneas decide que ha llegado el momento de seguir su ruta. Dido es avisada de las pretensiones del príncipe troyano. La reina se desmorona al no poder retener a su amado y la tragedia se consuma.

Con pocas pinceladas vamos conociendo cómo son los personajes que irán apareciendo en esta historia. El carácter de la Reina Dido, fuerte, enérgica, que demuestra grandes dotes de mando conforme a su cargo para hacerse valer ante su pueblo o el temperamento de la anciana Imilce. La ambición y la codicia de Pigmalión o la actititud desconcertante de Eneas, hijo de Venus, que cae prendado ante la belleza de Dido pero que sabía que su destino estaba marcado y debía de cumplirlo.

Dido Reina de Cartago es una historia en donde se conjuga lo humano y lo divino, pues los dioses juegan un papel importante en el devenir de los acontecimientos. Vemos cómo Neptuno, Eolo, Juno o Venus intervendrán directamente en la historia para que se cumpla el destino que tienen preparado para el príncipe troyano Eneas, poniéndole a prueba al enviar a Cupido para que Dido se quedara prendada de él. Una historia, en definitiva, bien construida pues se nota que la autora, una gran conocedora de la antigüedad clásica, sabe hacernos llegar la historia que nos cuenta de la forma más sencilla posible. 

De esta forma, Isabel Barceló consigue que nos enganchemos en su lectura desde las primeras páginas, y se nos haga amena y entretenida. El estilo es directo y el lenguaje utilizado sencillo pero contundente. Si a ello le unimos unos diálogos breves y directos, así como unas descripciones concisas, pues el lector lo agradece. En todo momento y siempre empleando estas premisas nos daremos una idea de cómo se va desarrollando el pasaje que estamos leyendo.  Dido Reina de Cartago es una novela histórica que no va a defraudar porque tiene todos los ingredientes necesarios para que el lector disfrute de la historia por lo que recomiendo su lectura. 

Francisco Portela

 DATOS DEL LIBRO
Nº de páginas: 300 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
Editoral: ES EDICIONES
Lengua: ESPAÑOL
ISBN: 9788492760084

26 diciembre, 2012

DEPARTAMENTO Q


DEPARTAMENTO Q: La mujer que arañaba las paredes  

JUSSI ADLER-OLSEN



Novelista danés, desconocido y que nos presenta a un nuevo protagonista de sus novelas policíacas, el inspector Carl Morck.
Tras esta frase que nadie piense que nos encontramos ante un nuevo producto de la factoría escandinava de novela policíaca, quien se acerque a este libro con esa idea se habrá confundido y mucho. Porque esta novela, aunque tenga elementos propios de tal tendencia, no lo es.
El escritor ha dado una patada a la pelota de la novela policíaca y la ha lanzado unos cuantos metros más allá, sigue siendo el mismo juego y el ambiente que refleja sigue  pareciéndose, al menos en el fondo, pero el juego se ha complicado, se ha enriquecido y se ha llenado de más carnosidad.
El autor ha tomado referencias de la novela policíaca escandinava, como ya dije, le ha sumado elementos de la novela anglosajona y algo de otros lugares, por ejemplo, se percibe la influencia de la novela de género italiana. Ese cóctel, lo ha agitado, lo ha removido y lo ha servido en una copa danesa, dando como resultado una novela muy atractiva
Los personajes son de verdad, de carne y hueso, de personas que tienen secretos, que callan cosas, que sufren y que hacen tonterías. El personaje principal es el mejor ejemplo de ello, un hombre maduro que tiene una pésima relación con sus compañeros de trabajo y que en algunos momentos piensa con la bragueta y cuyo mayor disfrute es no hacer nada, aún así es buen policía y de sus mañas nos da buena cuenta la narración. La relación que mantiene con su segundo, al que no describiremos, es poco más que una verdadera maravilla, una manera sutil, elegante y humana de acercarnos a otros de cuyas diferencias culturales nos separan.
La humanidad de los personajes recorre toda la novela, son seres humanos y como tales se comportan, existen verdades que no creemos, nos obcecamos en ver la vida de una manera diferente a como es, odiamos a nuestros compañeros de trabajo, nuestros vecinos nos caen mal, en fin una vida normal y corriente pero en este caso dentro de una novela policíaca.
Si a ello le sumamos un ritmo frenético, es imposible dejar de leer, y le damos una trama bien urdida tenemos una muy buena novela.
Cabe destacar la trama de la investigación policial, diseccionada con paciencia y precisión, reconstruyendo paso a paso, no sólo la investigación sino también los hechos ocurridos y aunque se hace con lentitud en algunos momentos dicha disección no nos aburre, todo lo contrario, se disfruta del trabajo de los agentes, quienes con un trabajo de hormigas van uniendo una pieza con otra para llevarnos al desenlace final y como siempre más lógico.
El ritmo es elevadísimo, sostenido con astucia por el escritor, que posee un dominio amplísimo sobre las claves de la novela de género, de las que hace uso en abundancia, dándonos pequeñas miguitas de información que vamos recorriendo a toda velocidad para llegar al desenlace.
El autor no es complaciente con la sociedad que nos muestra, es una sociedad viva, real, existen malvados, asesinos, gente de la peor catadura moral, pero también personas honestas y buenas y esa mezcla, que en el fondo es tan real como la vida misma, nos hace sonreír al encontrarnos ante esa sociedad tan bien diseccionada.
La prosa del escritor no es florida, no la necesita, es concisa y se pone al servicio de la trama y esas características ayudan a que la novela sea de muy sencilla lectura.

La edición es elegante, algo habitual en Maeva, cabe destacar un par de expresiones que creemos son fruto de una traducción no muy lograda, son expresiones como “padre postizo” o “hijo postizo”, seguramente se podrían haber cambiado por padrastro o hijastro.
En resumen una muy buena novela, con una trama muy bien realizada, con unos personajes que nos darán grandes horas de satisfacción, porque deseamos, que no esperamos, que la editorial se anime y publique más de este buen escritor y no nos deje con la miel en los labios, una dosis no ha sido suficiente. Una novela que dará gratas horas de placer y que no decepcionará a todo aquel que se acerque a ella.

Sergio Torrijos 

DATOS TÉCNICOS:
415 páginas
ISBN: 978-84-15120-02-5
EDITORIAL: MAEVA
Fecha de publicación:  2010


¡Sálvese quien pueda! - Andrés Oppenheimer

¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la robotización. Oppenheimer siempre me ha llamado la atención, si bien no he sid...