19 septiembre, 2012

MISTERIOSO TRAVEN


B. TRAVEN. RETRATO DE UN ANÓNIMO CÉLEBRE
Historia y dibujos: GOLO (GUY NADEAU)
Ed. Sexto Piso, 2012

En El barco de la muerte, el autor cuya biografía desarrolla este comic, escribió: «¿Dónde está mi patria? Allí donde nadie me moleste, donde nadie quiera saber quién soy, lo que hago o de dónde vengo».
B. Traven murió en ciudad de México el 26 de marzo de 1969, quizá a los ochenta y siete años, y sus cenizas, como había pedido, fueron esparcidas sobre el río Jataté en la selva de Chiapas. Esto es, al parecer, lo único seguro que sabemos de este oscuro personaje. Con esa inicial y ese apellido firmó una gran parte de de sus libros, de los que se llevan vendidos más de 35 millones de ejemplares en 36 lenguas. El Tesoro de Sierra Madre, que dio origen a la famosa película de Huston, era la lectura favorita de Einstein, según afirmó el ilustre científico. De hecho, es a raíz de la película de Huston como muchos hemos tenido noticia de la existencia de este hombre cuyo nombre se sospecha que no es el que dice ser. La leyenda brota, y los buscadores de misterios se disparan.
Barry Gifford, en un interesante artículo sobre este misterioso autor, dice: «El hombre llamado B. Traven declaró una y otra vez que lo único que importa de veras es la obra, no el autor, conclusión con la que tiendo a estar de acuerdo. Como señala el estudioso de Traven, Michael Baumann, en realidad no se sabe nada sobre Shakespeare ni sobre Homero, pero la obra de ambos es objeto de reverencia y estudio infinitos. No, no importa quién fuera B. Traven. Lo que importa —me importa a mí, por lo menos— es por qué.» Efectivamente, lo que importa es la obra de un autor. Pero los humanos somos un tarro lleno de deseos de saber, y cuanto más misteriosa o más oculta se halle la vida de alguien, más parece atraernos la investigación acerca de ella. B. Traven es todo un reto para la curiosidad del lector de sus libros, puesto que la personalidad que nos llega a través de ellos está plena de interés.

En opinión de Gifford, los libros firmados como Traven (o Ret Marut, Torvsan, Croves, no tenía seguridad sobre sus orígenes) fueron escritos por el mismo autor ―un exiliado alemán asentado en México―, traducidos del alemán original al inglés por él mismo para probar al público un  supuesto origen anglosajón. Bernard Smith, editor de la casa Alfred A. Knopf, que publicó El barco de la muerte ―nos cuenta Gifford―, reconoció haber sometido esta novela a una profunda revisión para hacer aceptable su inglés, que era  deleznable, al parecer. Gifford había conocido a Rosa Elena Luján, la viuda de Traven, buscando un libro descatalogado de su marido.  En 2004 contactó con su hija, Malú Montes, la cual le contó que su padrastro utilizaba el nombre Hal Croves en público y para firmar sus guiones, con el propósito de separar esos trabajos de sus novelas, muchas de ellas escritas en alemán. Malú le enseñó las máquinas de escribir de Traven, de las cuales una vieja Underwood portátil era la que utilizaba en la selva de Chiapas. En familia le llamaban Skipper (¡por si le faltaran nombres!) También Gifford visitó «el puente», como llamaban al estudio donde Traven escribía, su biblioteca personal. Había algunos libros en alemán, aunque casi todos en inglés: Conrad, Conan Doyle, Wells, además de algunos títulos de Mencken y libros sobre el oro y la minería.

El comic utiliza como tema las distintas etapas de la supuesta vida del personaje partiendo de lo único seguro: su muerte;  los recuerdos de las personas que le pudieron conocer, las mujeres que lo amaron o que amó… Luego comienza la historia: los años de Alemania cuando  firmaba como Ret Marut, la crisis de entreguerras, la revolución de los espartaquistas (esto es para ambientar, imagino, puesto que en esas páginas no figura rastro del personaje); la huida de Alemania, representado como una sombra, hasta conseguir un barco donde resulta más prisionero que si le hubieran metido en la cárcel: trabaja de carbonero y vive situaciones dramáticas y angustiosas, reproducidas en su novela La nave de los muertos. La detención en Inglaterra, la estancia en la cárcel de Brixton, donde aprovecha para seguir escribiendo, el paso a Estados Unidos, y finalmente, México, desde donde envía sus manuscritos que van publicándose en América y en Europa. Todo un acúmulo de experiencias dramáticas y a veces terroríficas: cambios continuos de nombre, la casa en medio de la jungla, la vida en los trópicos y entre los indios lancandones,…la relación con Diego Rivera y otros personajes de la cultura mexicana, el contacto con el cine haciéndose pasar por otro al conocer a Huston,…  Esperanza López Mateos, con la que mantiene una fuerte unión hasta la muerte de ella;  su casamiento en 1957  con Rosa Elena Luján, su traductora, con la que forma una familia. Y por último, volvemos al principio: la muerte.
Respecto a los dibujos, el estilo de Golo es de trazo tosco y fuertes contrastes,  a una tinta en las páginas de la etapa europea, intercalando páginas enteras con  dibujos de una página entera a todo color, de carácter onírico, muy inspirado en Otto Dix o George Grosz, con homenajes a las pinturas populares aztecas y mayas, a modo de sueños que darán al escritor trasfondo para las narraciones, y finalmente introduciendo el color en todas páginas de la estancia mexicana. Los textos se entresacan de las propias obras de Traven, en general, con breves enlaces de situación. Al final hay referencias bibliográficas: un listado de estudios sobre Traven, y una bibliografía en castellano y en otros idiomas. En suma, una obra atractiva con un tema interesante y novelesco.
Guy Nadeau, Golo nació en Bayona, Francia, en 1948. Su trabajo más reciente se adhiere a la nueva ola del cómic de no ficción. De hecho, actualmente vive en El Cairo donde prepara un reportaje ilustrado sobre las revueltas en Egipto.

Ariodante



17 septiembre, 2012

MÁS CUENTOS!


EL LIBRO DE LOS MILAGROS

SIETE CUENTOS IRREVERENTES

CARME TIERZ




Los relatos reunidos en esta antología faltan abiertamente a la supuesta verdad recogida por los historiadores de lo sagrado. La reescriben, manipulan y recomponen en clave irónica. Son cuentos fantásticos, si no reales, sí admitidos como ciertos por las autoridades eclesiásticas; narraciones que cuestionan la verosimilitud de los milagros a través del juego literario, con la única intención de divertir al lector e invitarle a mirar los dogmas rígidos e incuestionables con los ojos del sarcasmo.

Y esto lo dice Carme Tierz en la declaración de intenciones que nos presenta antes de adentrarnos en cada uno de ellos. Por eso su primera incursión en literatura lleva el subtítulo de Siete cuentos irreverentes.

Son cuentos irreverentes porque en ellos pretende desmitificar lo que las Sagradas Escrituras nos hacen ver como verdades que cuentan con la aprobación de las autoridades de la Iglesia y que nos las han ido transmitiendo a lo largo de los siglos. Pero esas verdades puede llegar alguien y cambiarlas, convertirlas en historias que parezcan reales, dotándola de datos que en ellos nos ofrece su autora fruto de la documentación recopilada para la elaboración de los mismos.

Quizás el relato que más real se me hizo fue la historia de Lázaro de los infiernos, en donde nos cuenta la verdad sobre su enfermedad y todo lo que le sucedió hasta que fue resucitado por Jesucristo que, pese a la amistad que los unía, no hizo presencia, pese al aviso de sus hermanas que le informaron del estado de su amigo, con las pústulas y los gusanos campando por sus anchas en su cuerpo moribundo pero, pese a ello,  no apareció hasta cuatro días después de haberlo enterrado; lo que realmente le sucedió a Bernadette y sus apariciones en Lourdes, pues su madre sabía del motivo de esas alucinaciones que sufría su hija, creyendo ver cómo se le aparecía la Virgen de Lourdes;  las reliquias de Santa Teresa, la santa descuartizada, y qué se hizo con su cuerpo totalmente cercenado, llegando incluso el generalísimo a birlarle la famosa mano a las Carmelitas; San Isidro Labrador, que obró tantos milagros como en vida y se le llegó a tomar por un verdadero talismán y su momia era llevada de aquí para allá, pues decían que era un buen remedio para las dolencias; los crímenes del Sacamantecas, que sembró el terror allá por los campos de Álava; también nos sorprenderemos cómo idolatra a Superman, el primer superhéroe del cómic, tildándolo de santo pues había descendido de los cielos para sembrar el Bien y, cierra esta antología con las luces y sombras que se siembran sobre la figura del papa Juan Pablo II, canonizado no hace mucho, pero del que se dice que bajo su pontificado ocurrieron extraños sucesos, como los oscuros acontecimientos que tuvieron lugar en el Vaticano, caso de lo sucedido con el Banco Ambrosiano, la supuesta participación del pontífice en algún exorcismo y su influencia en el arrepentimiento de un capo mafioso.
Son relatos ficticios, sí, pero con ciertas dosis de realidad que Carme Tierz trata con ironía, incluso acercándose al humor negro. Relatos que harán sonreír a los lectores que se interesen por ellos y que se leen de un tirón. Un poco de humor negro no viene mal para los tiempos que corren.

Carme Tierz, licenciada en Periodismo y dedicada durante casi toda su carrera al periodismo cultural y en concreto al de las artes escénicas, ha dirigido las revistas “TeatreBCN” y “TeatroMadrid”, y ha sido redactora y columinista especializada en teatro en “El Periódico”, “Guía del Ocio BCN” o Time Out Barcelona”. Colaboradora del Instituto de Cultura de Barcelona, es la directora de la revista “Hamlet: revista de les arts escèniques” y próximamente publicará su segunda recopilación de relatos con el título “La dona i el monstre i altres contes sobre dobles.” (Arola editors).

Francisco Portela

Título: El libro de los milagros, siete cuentos irreverentes.
Autora: Carme Tierz
Editorial: Jekyll & Jill
Ilustración: Sobelman Corta y Pega
Primera edición: marzo, 2012
ISBN: 9788493895037
Nº páginas: 100


14 septiembre, 2012

CUÉNTAME UN CUENTO


Andrea y los masticadoresANDREA Y LOS MASTICADORES
EDUARDO MARTÍNEZ ABARCA
Andrea y los masticadores es un libro infantil para todos los públicos. Su autor, Eduardo Martínez-Abarca, ha conseguido crear una historia fascinante que hará el deleite de infantes y adultos. Una historia cargada de misterio, frescura y diversión.
La historia comienza situándonos en una mina de carbón galesa a finales del siglo diecinueve. Dos mineros cantan en el mismo coro pero siempre están discutiendo, hasta que un viejo minero les obliga a cantar juntos. Lo hacen tan bien que, de repente, tras una grieta de la pared, aparece un extraño ser muy grande, que les observa fascinado. Siguieron cantando por si acaso le calmaba, para que no les hiciera daño. Y entonces, al acabar, el animal… ¡eructa! Agradeciéndoles la canción. Es así como el hombre conoce a los masticadores. El autor nos cuenta entonces para qué se utilizan los masticadores: para dar combustible. Entonces les suben en trenes y los mineros galeses pasan a ser maquinistas.
Luego la situación pasa a años más tarde, cuando los masticadores ya se han afianzado en la vida y son algo cotidiano. Estos adorables bichitos crean combustible cuando la gente canta ante ellos. La acción nos sitúa en un pequeño pueblo de ferroviarios en el que vive nuestra protagonista junto a su padre. Andrea espera a su padre, que está haciéndole un examen a un aspirante a maquinista. Cuando llegan, lo celebran, y ella al cabo de un rato se marcha. Pero sucede algo extraño: en la estación solitaria ve dos sombras negras que pasan junto a ella, y un olor penetrante llega hasta sus fosas nasales; un olor que le provoca un desmayo. Al despertar, se encuentra con un muchacho más pequeño que ella y se lo lleva a su casa, porque parece asustado. Al día siguiente les cuenta a sus amigos lo sucedido pero cuando regresan, el chico ya no está, y les ha dejado tan solo una misteriosa nota… Es a partir de aquí cuando comienza todo el misterio, pues los masticadores comienzan a desaparecer, y junto con ellos los maquinistas. ¡Alguien los está secuestrando! Andrea y su pandilla serán los encargados de resolver este misterio y no se detendrán hasta conseguirlo.
¿No les fascina tanto a los más pequeños como a los mayores esta historia? A mí me encantó cuando la leí y descubrí que su autor es un excelente creador de historias. Debemos resaltar el carácter natural de los diálogos, pues Eduardo los escribe con maestría. En ellos, no sobra ni falta nada, todo lo que se tiene que decir está dicho, y en el momento adecuado. Para mí, junto a los masticadores y los protagonistas, es lo mejor de la novela.
En cuanto a los personajes, si ya hemos dicho que los diálogos son estupendos, pues estos también lo son. Completamente verosímiles y manteniendo siempre el decoro respecto de su rol. Los niños se comportan como auténticos niños (aunque como es una historia de fantasía, entonces sí hay momentos que se salen un poco de lo normal de la vida de un niño), los adultos son deliciosamente “adultos”. Y a los lectores les encantarán los malos, malos.
Cabe pensar que esta historia se sitúa en un mundo paralelo posible, en el que la electricidad fue vencida por los masticadores. Un mundo que parece ser mucho mejor, pues no hay contaminación y todo el mundo (o casi todo) canta para hacer felices a los masticadores y que les produzcan combustible. Ante esta reseña, el lector puede pensar que los adultos son crueles al tener a unos animales obligándoles a hacer eso, pero en realidad, cuando uno va avanzando en la novela, se da cuenta de que los humanos aman, miman y cuidan a sus masticadores y que estos realmente gozan del trabajo que hacen.
A mi parecer, Andrea y los masticadores es una buena historia, una novela que dotará a la literatura infantil-juvenil fantástica de otra perspectiva. A veces es difícil encontrarse en literatura algo nuevo, pues parece que todo esté ya escrito y todo lo que leemos nos llega a sonar. Sin embargo, Eduardo ha conseguido escribir una historia realmente original y divertida, pues en mis años de vida no he leído una historia parecida, y eso me gusta mucho, porque  a medida que iba leyendo no sabía qué me encontraría, y eso es lo fantástico de la literatura: que te sorprenda una y otra vez.  Además, la prosa de Eduardo es sencilla y fluida, se deja leer fácilmente pero a la vez tiene un toque tierno, bonito. Tanto para los pequeños como para los mayores, se dejará leer con facilidad. Cada capítulo se cierra con una situación clímax y misteriosa que provocará que el lector quiera seguir pasando una página tras otra.
Para finalizar, decir que Andrea y los masticadores ha sido una grata sorpresa. Es una historia fresca, con sus toques de humor y de dulzura, con misterio y fantasía. ¿Qué más podemos pedir? ¡Una segunda parte, para seguir descubriendo las aventuras de Andrea y su pandilla!
Elena Montagud
FICHA TÉCNICA:
Título: Andrea y los masticadores

Autor: Eduardo Martínez- Abarca

Editorial: Edebé

Págs: 239

¡Sálvese quien pueda! - Andrés Oppenheimer

¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la robotización. Oppenheimer siempre me ha llamado la atención, si bien no he sid...