03 septiembre, 2012

ROMA CONTRA ROMA


VALENTIA
Las Memorias de Cayo Antonio Naso
GABRIEL CASTELLÓ ALONSO


     

Valentia es, entre otras muchas cosas, una crónica de la primera guerra civil –precursora de  tantas otras- en suelo hispano. La novela está ambientada en dos épocas muy diferentes: el lector se dará cuenta de cómo cambiaron las cosas en la poderosa Roma:  Desde los tiempos de ambición y conquista de la República a principios del siglo I. a. de C.. En este período,  Quinto Sertorio y Pompeyo Magno medirán sus fuerzas en territorio hispano. Unos sucesos que conmovieron el oriente hispano durante este turbulento siglo. El siglo III d. de. C. es totalmente distinto, pues se comprobará la decadencia imperial al ser invadidos los territorios de la otrora poderosa Roma por las llamadas hordas bárbaras.


Pues es sencillo, muchacho –le contestó el centurión- en los negocios y en los estados las cosas nunca se estabilizan: o merman o crecen. Y, nosotros, sencillamente, decrecemos. Los buenos tiempos del divino Augusto, del duro Trajano o del general filósofo Marco Aurelio ya son Historia. Llevamos varios años soportando gobernantes corruptos e incapaces, años de despiadadas luchas internas por la púrpura, de más y más impuestos para pagar las intrigas y las exhuberancias palatinas que ya han arruinado a muchos ciudadanos. (Pág. 52).

Este fragmento pertenece a la ópera prima del escritor Gabriel Castelló, Valentia, novela que empieza con el abandono de la ciudad, tras la decisión adoptada por sus habitantes, ante el próximo ataque a la colonia romana por los bárbaros francos. Solo permanecerían en ella unos pocos para defenderla. Tito es el último descendiente de la familia de los Antonios que se ve obligado a dirigirse a Sagunto. A su regreso a la ciudad se encuentra con un panorama desolador. Entre lo poco que puede salvar de su familia son unos rollos en los que, mientras hace sus guardias en la muralla saguntina, va leyendo la vida de sus antepasados. Estamos en el siglo III d. de C.. Un período que solo abarca el primer capítulo de esta obra pero narrado con un ritmo trepidante y una dosis de dramatismo en el que el lector seguirá con sumo interés los desagradables avatares por los que pasarán los habitantes de colonia valentina.

Los hechos que el narrador nos irá dando a conocer a lo largo de los demás capítulos se desarrollan durante el siglo I a. de C. en el que se recrean de forma novelada los sucedido en territorio hispano durante el enfrentamiento bélico entre los partidarios del dictador Sila y del populista Mario. Conoceremos a los dos personajes principales en torno a los cuales se desarrolla la trama: Uno ficticio, pero totalmente verosímil y que se ve inmerso en unos acontecimientos que realmente sucedieron, Cayo Antonio Naso el Joven y otro real, Quinto Sertorio, el procónsul populista que se enfrentó en tierras hispanas a Cneo Pompeyo Magno.

Cayo Antonio Naso el Joven es quien, en primera persona, nos irá narrando lo ocurrido a la familia Antonia desde su asentamiento en Valentia. De sus memorias, escritas desde la vejez y siempre contadas desde su punto de vista recordará con añoranza todo lo que vivió. Esta misma forma de relatarlas me recuerda mucho a tal como lo hizo Sinuhé, el Egipcio, personaje creado por el escritor finlandés Mika Waltari, pues también escribió sus memorias desde su exilio y ya en edad senil.

Nos recordará cómo conoció a su mujer, a Nunn; la historia de su abuelo Publio, uno de los fundadores de la nueva colonia, y su matrimonio con Sicedunin, su segunda esposa, tras licenciarse de su servicio a las legiones romanas. Su padre que, junto con su hermano Lucio, se dedicaban a la exportación de sus vinos, desde la base de Dianium, para comerciarlo desde Gades hasta Siracusa. Un viaje por el Mare Nostrum le llevará hasta Italia para comercializar allí sus vinos. Un viaje que sería una verdadera odisea a medida que las naves surcaban las aguas del Mar Interior por las vicisitudes que les acontecen a los intrépidos marinos durante el periplo. A su vuelta se encuentra con que la situación en territorio hispano ha cambiado. El conflicto que enfrenta a ambos rivales daría un giro más peligroso e implicará a los indígenas en el mismo. Incluso Cayo adoptará la decisión de alistarse en las filas del rebelde Sertorio, a cuya causa estaba unido también su padre que ya había combatido junto al militar en otras campañas bélicas.

Los personajes que nos iremos encontrando están muy bien perfilados por Gabriel Castelló. La personalidad de Cayo se va fortaleciendo a lo largo de la novela. Conoceremos sus pasiones, sus temores, su valor y entrega tanto en el trabajo como el la lucha, su fidelidad a la causa sertoriana y a su familia. Pero también ciertos hechos, que algunos presenciará directamente,  harán que veamos su lado malo y cómo de él se apodera la ira, el odio y la sed de venganza.


Quinto Sertorio, el procónsul sabino rebelde contra Roma, vemos cómo aparece con majestuosidad ante el pueblo valentino. Allí empezaba su historia. El discurso en el Foro convenció a la población para que se uniera a su causa. Estaba obsesionado en derrotar a su enemigos Pompeyo y Metelo. Era un general con unas grandes dotes de mando pero sus puntos débiles eran sus más directos colaboradores, sobre todo Marco Perpenna, inútil de mantener su flanco siguiendo las órdenes que le encomendaba su jefe. Pero poco a poco, al ver que sus ideales no se cumplían, su carácter iba mudando y se convirtió en un déspota, hecho que originó una conspiración hacia él, encabezada por Marco Perpenna y secundada por allegados suyos como Aufidio, Octavio Graecino, entre otros, llevada a cabo en Osca, la base principal de los sublevados, en donde el general tenía instalada una Academia

Valentia es una historia novelada pues los acontecimientos reales sucedidos en torno al general sublevado están fidedignamente contrastados, como su alianza con el enemigo declarado de Roma, el rey Mitídrates VI del Ponto, y los piratas cilicios, que atacaban a las naves que realizaban sus rutas comerciales por el Mediterráneo o las batallas entre ambos contendientes que tienen lugar en suelo hispano. Es de agradecer la minuciosa labor de documentación llevada a cabo por el autor de la novela. Fruto de este trabajo son las notas a pie de página que el lector se irá encontrando. Utiliza muchos latinismos para darle más realismo a la narración. Términos que el lector podrá consultar si lo desea pero que se pueden obviar siempre y cuando vayamos comprendiendo el sentido de lo relatado. En otras notas completa la información que nos facilita en cada capítulo sobre los hechos reales y suele hacer referencia a las fuentes de que se sirvió. 

En esta novela diría que en el lenguaje que se emplea hay una cierta influencia galdosiana: el realismo con el que nos relata los ambientes, las costumbres o los acontecimientos vividos por los protagonistas producen en el lector el efecto de sentirse partícipe de lo que va sucediendo a lo largo de la obra. Nos encontramos con una cantidad de personajes muy variados, caracterizados todos ellos por pequeños detalles, como bien pudieran ser la forma de hablar, según su rango social, los gestos de cada uno de ellos.

Valentia es una obra de lectura más bien lenta desde el segundo capítulo,  al estilo de los grandes escritores españoles del siglo XIX, dado el realismo con que se narran los hechos y son presentados con todo lujo de detalles, pero no por ello deja de enganchar al lector pues en ella nos encontramos con acontecimientos históricos, algunos de ellos relatados con cierta crudeza, a los que hay que unir los desarrollados por la imaginación del autor, como el viaje a través del Mar Interior por el narrador, cómo era la vida en la Edetania romana, sus costumbres, la vida familiar, los negocios de la época, las celebraciones festivas, los lujos que algunos podían permitirse, los alimentos que se consumían en esa época y cómo eran preparados. Una novela que, sin lugar a dudas, recomiendo pues el autor profundiza en una época convulsa en la Hispania romana en los últimos tiempos de la República.


Gabriel Castelló (Valencia, 1972) Ejecutivo de ventas en una compañía líder del sector de las telecomunicaciones, Gabriel Castelló entró fuerte en el mundo editorial con su primera publicación, Valentia, las memorias de Cayo Antonio Naso (mejor novela histórica en su editorial en 2009), una historia de aventuras ambientada en la Hispania romana durante la revuelta de Quinto Sertorio. A raíz del éxito que obtuvo con dicha novela actualmente imparte talleres de literatura creativa en Valencia y colabora asiduamente en varios medios digitales a nivel nacional como articulista sobre la antigua Roma, destacando entre ellos www.historiasdelahistoria.com (2º mejor blog cultural según Bitácoras), la revista Stilus de la asociación Hispania Romana o el blog literario-histórico www.arquehistoria.com. El autor mantiene un blog en el que publica regularmente todas sus colaboraciones, así como muchas otras más curiosidades de la Antigüedad clásica que nos va descubriendo en sus viajes por todo el Mare Nostrum:
gabrielcastello.blogspot.com.es


Francisco Portela 



Título: Valentia. Las memorias de Caio Antonio Naso.
Autor: Gabriel Castelló Alonso.
          Editorial: Akrón, S. L.
          Primera edición: Octubre de 2008
          ISBN: 9788493672515
          Nº páginas: 666



15 agosto, 2012

¡VACACIONES!

QUERIDOS AMIGOS:

ESTOS DÍAS VERANIEGOS OPINION DE LIBROS VA A TOMAR UN BREVE DESCANSO, Y CONTINUAREMOS CON NUESTRAS RESEÑAS  EN SEPTIEMBRE.

ESPERAMOS QUE DISFRUTÉIS DE LAS
VACACIONES CON BUENAS LECTURAS Y ESTUPENDOS PASEOS.

¡FELIZ VERANO !


04 agosto, 2012

LEONES


LOS LEONES DE AL-RASSAN

GUY GABRIEL KAY




De la mano de uno de los autores más reconocidos de la literatura fantástica, esta novela, ambientada con gran cuidado en el Al-Ándalus de la España medieval, nos evoca con maestría la figura de Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid. En ella, disfrazadas con la pátina de un mundo imaginado, se nos muestran las tres culturas que convivían en aquella época de la mano de los hombres, mujeres y niños que pueblan sus páginas.
Kay hace gala de sus extraordinarias dotes narrativas para trasladarnos a unos paisajes conocidos y a la vez camuflados en las tierras de Al-Rassan. Pero donde destaca con una fuerza innegable es en la creación de sus personajes, que resaltan de una forma increíble desde las primeras páginas. Los tres protagonistas principales eclipsan con unas personalidades arrolladoras a todo un universo de personajes secundarios que, aunque formen parte de la historia en menor medida, no por ello carecen de una personalidad propia y de un relieve que nos hace verlos como personas reales más que como elementos de una novela.
En esa capacidad para desarrollar y dar profundidad a los personajes se cimenta la extraordinaria calidad de este autor canadiense. Con su prosa cuidada, exquisita y fluida, nos captura de tal forma que nos vemos sumergidos en una historia apasionante, llena de escenas emocionantes y memorables que hacen que disfrutemos la lectura de esta novela con verdadera pasión.
Sus diálogos lúcidos, inteligentes y cuidados nos conducen por las relaciones sentimentales de tres personas que se ven envueltas en una historia de aventuras y política, cruel y a la vez tierna, que se va desgranando poco a poco, y que va avanzando a través de episodios de un dramatismo tan bien realizado que nos sobrecogen el alma en más de una ocasión.
Todo esto, que parece encaminado a hacernos pensar que estamos ante una de las mejores obras de la literatura que podríamos encontrar, se viene abajo en las últimas páginas de la novela. En ellas, el cuidado hilo argumental se frena en seco, desaparece. Y cuando pensamos que estamos acercándonos al nudo de la novela, ésta termina bruscamente. En el último capítulo y en el epílogo destroza literalmente todo lo conseguido hasta este momento.  Ahí ya no hay novela. Ahí hay una simple enumeración de hechos, sin mucho sentido, que culmina en una situación absurda que es el epílogo.
Han sido 440 páginas gloriosas, de las mejores que he leído jamás en cualquier tipo de literatura, tanto en las descripciones, como en los diálogos y en la trama argumental,  pero la forma de terminar la novela es algo que escapa a mi comprensión de lector. No sé si se cansó de escribir esta historia, si se vio presionado para no alargarla al doble, que es lo que habría requerido, o si pensaba convertirla en una saga y se arrepintió. Fuera lo que fuese lo que le pasó por la cabeza cuando escribió las últimas 35 páginas, más valdría que no hubiese pasado. Es una verdadera pena.

Pocas veces en mi vida he cogido una novela con tantas ganas como esta. Esto era debido a la  curiosidad que tenía por ver como había enfocado una especie de adaptación del mito del Cid uno de los autores que más respeto en la literatura fantástica.
El libro, con sus casi 500 páginas, prometía dar cumplida satisfacción, y nada más empezar a leerla, cuando me sumergí de lleno en su prosa rica, fluida y evocadora, empecé a relamerme como un gato goloso. Aquello parecía que no me iba a defraudar nada. Todo lo contrario.
Conforme avanzaba, el paisaje se desplegaba ante mí, y casi me parecía estar oliendo los perfumes embriagadores de los jardines de La Alhambra, o el aire seco y dulce de la estepa castellana, con los rastrojos recién segados. Porque Kay, aunque cambie el mapa, y cambie los nombres, sabe pintarnos de tal manera cualquier geografía que hace que cada rincón sea perfectamente reconocible.
Y en esas tierras de Al-Rassan, con una maestría que hace que cada palabra sea una pincelada en un retrato increíblemente vívido, los personajes se mueven solos, cobran vida propia, e interfieren unos con otros con unos diálogos magistrales, que te llegan muy adentro, haciendo que vivas cada sentimiento, cada emoción, y cada pensamiento. En especial los tres protagonistas, uno de cada una de las tres culturas que poblaban la península en aquella época y que el autor es capaz de recrear en un mundo en paralelo con una habilidad realmente increíble. Pero no solo ellos destacan del papel y cobran vida, sino que  cada uno de los seres que pueblan esta novela están vivos, son personas, perfectamente reales y creíbles.
La novela progresa, avanza bien, directa, con una trama argumental bien llevada. Compleja e interesante, da lugar a unas situaciones y unas escenas memorables. Te hace llorar, te hace reír, te emociona, porque Kay es un verdadero maestro a la hora de hacerte sentir en la piel de sus personajes.Vamos avanzando, capítulo a capítulo. La trama se va desarrollando ante nuestros ojos, y se va complicando. Llegamos a la página 400, queda muy poco. Y te plantas. Frenas en seco. Piensas que no puede ser, que es una novela auto conclusiva, o por lo menos así te la han vendido. Pero piensas que en menos de 100 páginas esto no se resuelve. Eres lector avezado y sabes lo que es una novela y una trama argumental. Ni siquiera ha avanzado por el nudo, mucho menos se ha llegado al desenlace. Y las páginas se acaban, cada vez quedan menos. Continúas. Página 440. Hasta ahora has disfrutado de una de las mejores novelas que has leído en tu vida, sea del género que sea, y has pasado por un punto de un dramatismo increíble, que te ha tenido con el corazón en vilo. Se ha solventado de una forma demasiado convencional. Bueno, veremos qué pasa a continuación, como lo soluciona.
Sigues leyendo, y cuando acabas de leer las últimas 35 páginas, porque eso es lo que te queda de la novela te dices: no es posible. No me lo creo. Vuelves a leerlas, alucinando.
Y compruebas, con enorme desaliento, como un autor puede destrozar y cargarse una de sus mejores obras en tan poco tiempo. En esas 35 páginas, no hay novela, no hay libro, no hay narración. Solo hay una correlación de hechos sin sentido, contados de mala manera, para dar fin cuanto antes  a una gran obra que había cogido una magnitud quizá no deseada por el autor, pero indudablemente deseada por cualquier lector. Y del epílogo no hablo, casi lloro.

Ángeles Pavía

FICHA TÉCNICA
Título: LOS LEONES DE AL-RASSAN
Autor: GUY GABRIEL KAY
Editorial: LA FACTORIA DE IDEAS
Páginas:477
ISBN: 84-9800-464-9
Género: Novela / Fantasía Épica

¡Sálvese quien pueda! - Andrés Oppenheimer

¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la robotización. Oppenheimer siempre me ha llamado la atención, si bien no he sid...