02 abril, 2012

CONOLLY Y LA MUERTE

TODO LO QUE MUERE
JOHN CONOLLY
Ed. Tusquets, 2007
  • 432 págs.
  • 9788483835111
  • Hace poco tiempo, en OcioZero, lugar muy interesante para hablar de libros con muy buena gente, entré en un foro de novela negra. Siempre he sido muy aficionada al género, desde que en mi infancia, y de la mano de mi padre, descubrí a Sherlock Holmes, Lupin, Agatha Cristie, Raymond Chandler, Dashiell Hammett, y tantos otros. Uno de los habituales de este mentidero, gran lector de muchos géneros, me recomendó a este autor, que me era totalmente desconocido y decidí echarle un ojo.


La historia se divide fundamentalmente en dos partes. En la primera nos presenta al protagonista con continuos retrocesos en el tiempo que se nos presentan como recuerdos y lo enfrenta a una situación compleja que tiene bastantes puntos de interés, pero que se diluye en la trama general, que culmina en el final de la novela. En la segunda parte, aclarado ya el caso secundario, se centra en el caso más íntimo y personal del detective protagonista, pero lo hace sin mucho aliciente, pues las pistas para descubrir al asesino son tan evidentes que casi desde el primer cuarto de novela ya te imaginas quien es.
La novela está narrada con un estilo directo, ágil y sencillo que muchas veces peca de escueto. Esta característica que en algunos momentos se agradece porque aumenta el ritmo trepidante de algunas escenas, en otras se convierte en un grave inconveniente al hacer desaparecer cualquier carga emotiva o emocionante que convertiría una novela un tanto plana en una gran novela de acción. Hasta las escenas más truculentas quedan convertidas en un informe de lesiones, por lo que el impacto que podrían tener queda desdibujado y un poco deslucido.
Esto también es un gran inconveniente a la hora de tratar a los personajes, pues los pule tanto que salvo el protagonista, que tiene pequeños destellos de emoción, el resto quedan demasiado planos, y aunque hay un intento de profundizar en las emociones, esto se queda a un nivel tan descriptivo que hasta la escena de sexo parece la narración de una excursión, sin llegar a transmitir emoción de ningún tipo.

En realidad, esta novela ni me ha gustado ni me ha disgustado. Me ha dejado un tanto fría. Se lee con rapidez y facilidad, engancha sin problema, pero tampoco aporta nada nuevo, ni nada tan novedoso como para disculparle los fallos que me parece, la lastran demasiado.
En mi opinión es una lectura perfecta para alguien no muy habituado a la novela negra, que se acerca por primera vez a este género, por su ritmo y su estilo, pero para el lector más experimentado que busca una cierta profundidad, puede quedar un poco insuficiente, a no ser que busque una lectura sencilla y no muy trascendente para una tarde de piscina o de playa, ahora que viene el verano.

Ángeles Pavía

31 marzo, 2012

DESAYUNANDO EN FAMILIA

DESAYUNO EN FAMILIA.
( Morning Toast, 2010)
ROGER ROSENBLATT
Editorial Maeva, 2011
Traducción: Jofre Homedes Beutnagel
ISBN: 978-84-15120-36-0

 La primera vez que vi y leí algo acerca de esta novela fue en Ciao y de la mano de Laky. Ella escribió, como siempre, una magnífica opinión que, nada más acabar, hizo que fuese a la página de Amazon y encargase esta novela. 
"Desayuno en familia" es otra de esas joyitas a las que nos tiene acostumbrados la editorial Maeva. Una editorial que mima mucho los libros que edita y que, al igual que ocurre con Impedimenta, tiene un ojo buenísimo para escoger las imágenes de la portada, ¿ no os parece preciosa esta? Pero, las novelas que edita Maeva no se quedan sólo en portadas bonitas y atractivas, no. La misma belleza la vemos reflejada en el interior, son novelas con una calidad literaria importante que es, al fin de al cabo, lo que realmente cuenta.
"Desayuno en familia" acaba de salir al mercado editorial. Su autor es Roger Rosenblatt, un autor desconocido para mi hasta ahora y también para el lector español. A parte de ser escritor es también profesor de la asignatura de escritura creativa en Nueva York y ha obtenido varios premios literarios como el "Premio Robert F. Kennedy" y el "Rules of Aging y Children of War".
¿Y qué va a encontrar el lector en "Desayuno en familia"? Para empezar una historia de esas que no dejan a nadie indiferente. Hay que decir que no es una novela al uso ni tampoco un libro de memorias. Yo lo catalogaría como una especie de terapia, de desahogo del autor.

Todo el libro, toda la historia que nos narra, es un cálido y emotivo homenaje que Roger Rosenblatt hace a la memoria de su hija Amy que falleció repentinamente el 8 de diciembre del año 2007 dejando un marido, Harris, y tres niños pequeños. Desde ese momento, la vida de toda la familia cambia radicalmente. Roger y su esposa Ginny deben dejar su casa en Quogue en el sur de Long Island y trasladarse a la de su hija en Bethesda, Maryland, para hacerse cargo de sus nietos y de su yerno. A partir de ese momento, toda la familia va a mantener muy viva la memoria de Amy y, sobre todo, tratar de que los niños no sufran. La forma que tienen todos de enfrentarse a algo tan duro como la muerte repentina de un miembro de la familia es admirable. Si, como se aprecia, la familia ya estaba unida antes del fallecimiento de Amy, tras su muerte aún lo está más.

Como podéis ver la historia es muy triste y más si tenemos en cuenta que no es ficción sino realidad. Pero no es una historia lacrimógena ni en ningún momento Roger Rosenblatt ha buscado la lágrima fácil en el lector. Más que adentrarse en el dolor y la tragedia, lo que ha hecho es sacar a la luz el optimismo y la alegría que tenía su hija puede que como una especie de balsa o clavo al que acogerse ( él y toda la familia) para no desesperarse y hundirse. Algo que me ha parecido perfecto y que ha sido lo que más me ha llamado la atención e impactado de este libro. "Desayuno en familia" no transmite tristeza sino todo lo contario: dentro del drama hay un potente optimismo y felicidad. Roger Rosenblatt quiere dejar muy claro que, aunque Amy ya no está con ellos físicamente, sigue estándolo y viviendo en cada uno de los rincones de la casa y de sus corazones.

La verdad, es que el mensaje que transmite es de lo más optimista. Es de esas lecturas que no solo te cautivan y calan muy adentro sino que, cuando las acabas notas que te han dejado una sensación de paz y en ello tiene mucho que ver el estilo narrativo de su autor. No se dirige al lector como a un extraño sino como a un amigo. Es un lenguaje con mucha familiaridad que contribuye a que, el lector, se sienta aún más cómodo con su lectura.
Además, rompe el dramatismo haciéndonos partícipes de las anécdotas que vive con sus nietos. Los niños son los que mantienen la alegría y, aunque los mayores tratan de protegerles e impedir que no sufran, me da la sensación de que es al revés: que son ellos los que mantienen a los adultos.
"Desayuno en familia" es, al mismo tiempo, de esas historias que desde la primera palabra aprecias que no tardarás mucho en ver convertida en Tv movie pero de calidad no tipo películas de sobremesa de Antena 3.
Es una lectura que recomiendo a todos especialmente si ha habido una pérdida en la familia. Es una novela muy cálida. De las que llegan directamente al corazón. Muy hermosa y especial.
A mí me ha encantado. Así que, ya lo sabéis, quién quiera leerla tan solo ha de acercarse a la Biblioteca de El Perelló. No le va a defraudar.

Ysabel







29 marzo, 2012

EL PARÍS DE VILÁ-MATAS


PARÍS NO SE ACABA NUNCA  
ENRIQUE VILA-MATAS

 Compactos Anagrama, 2003

Este libro se construye sobre el esqueleto de una conferencia leída durante tres sesiones por el autor (figurado o no) de estas páginas, tomando como objeto de disertación la ironía y sus implicaciones en el trabajo del creador literario. Ciertamente este tema cede en breve espacio a la narración de los comienzos como escritor de Vila-Matas, o lo que es lo mismo, al nacimiento a la vida y posterior formación de este novel artista cachorro.
La admiración por Hemingway (el autor cree encarnar no sólo el espíritu del narrador americano sino incluso su propio aspecto físico, asunto a todas luces descabellado para quienes conocen a ambos) le lleva a desplazarse a París en las postrimerías del franquismo desde su Barcelona natal protegido por un periodo de gracia concedido por su padre que sufragará los gastos durante un periodo limitado con la esperanza de que su hijo se desengañe de su futuro como escritor y retorne a la prosaica y ordenada vida familiar que de él se espera.
En París fue donde se forjó el talento de Hemingway , el que aprendió los secretos de la escritura (su famosa teoría del iceberg), el que vivió penurias y glorias, el que tuvo encuentros con talentos como Steiner, Scott Fitzgerald, el que escribía sobre el mármol de las mesas en terrazas de cafés acogedores, el que antes de volver a casa compraba un par de botellas de vino barato para engañar el hambre. Y por esos mismos vericuetos decide internarse nuestro protagonista a la caza y captura de una genialidad que intuye al alcance de su mano aunque no sepa cómo atraparla.

Se instala una pequeña e insalubre buhardilla alquilándola ni más ni menos que a Marguerite Duras, quien al enterarse de su intención de convertirse en escritor (astutamente silencia cualquier referencia a su admiración por Hemingway) recibe, junto a una sonrisa condescendiente, una cartulina en la que la escritora le ofrenda el guión al que debe someterse cualquier obra literaria y en el que se recogen términos como ambiente, registros lingüísticos, unidad, estilo, muchos de ellos desconocidos por su arrendatario que, sin embargo tratará de familiarizarse con ellos o dotarles de un significado relevante en su labor creativa. .
Se inicia así el camino que convierte al conferenciante en un autor literario verdadero, aún a pesar de su total y absoluta confusión en lo que a aspectos creativos se refiere durante estos comienzos titubeantes.
En estos años, aprende con gran esfuerzo la explicación de muchos de los requisitos referidos por Duras para la confección de una novela digna, pero el proceso es largo y tortuoso. Debe aprender a renunciar a la imagen que se ha forjado del intelectual o del bohemio como la de un personaje atormentada por la melancolía, la seriedad, el altísimo nivel de exigencia moral, el desprecio a lo popular o vulgar, la distancia. Despreciar la risa (la ironía), vestirse de negro, usar gafas negras y sentarse en terrazas para aspirar a ser visto leyendo a los más ocultos de los poetas malditos envuelto en el humo de una pipa.
Aprende a convivir con estos sentimientos confusos pero los entrevera con relaciones sexuales inconvenientes, con la vida bohemia de muchos de sus amigos con los que tiene ocasión de aprender una nueva forma de vida más optimista, más vital. El cine francés, sus amistades extravagantes con la colonia española y latinoamericana, las fiestas de Paloma Picasso, asistir a conferencias de Borges en librerías clandestinas, ...

Nuestro autor va creciendo como artista sin percibirlo, esa es la mayor ironía de todas las que pueblan el texto. Su experiencia altera su percepción del mundo y, por tanto, su modo de volcarlo en un texto. Pese a que continua dedicado a la escritura de una novela que carece en gran medida de estos caracteres (La asesina ilustrada), que configura la antítesis de lo que está surgiendo en su interior, su crecimiento interior es paralelo a su crecimiento como artista.
En alguna ocasión se sorprende reflexionando sobre la opinión ampliamente extendida de que un autor debe tener experiencias vitales sustanciosas que le enriquezcan para poder crear un mundo propio, característico, y considera que él carece de dicho mundo y sólo puede suplirlo mediante imaginación y esfuerzo. Sin embargo, otra ironía, esa experiencia la está viviendo y le está moldeando; y, al poner punto y final a su primera novela está ya dispuesta a aflorar.

El regreso a Barcelona, no es signo de fracaso – ha sido engañado por una mujer pagada por su padre para que le enamore y le devuelva al hogar familiar – sino el símbolo de que su tiempo de aprendiz ha finalizado.
El estilo del autor facilita la lectura, sobrio y claro, accesible pero sin que ello implique renuncia a un alto nivel de exigencia formal y de fondo. ¿Por qué escribir?¿Qué se adivina en un texto? Pero también, qué es la vida y cómo nos enriquece seamos artistas o menestrales, son algunas de las preguntas que plantea esta lectura.
 Al igual que ocurre con Bartleby y compañía, Vila-Matas escribe sobre la Literatura y puebla su texto de innumerables referencias literarias. Hemingway, Duras, Borges, Unamuno, Eduardo Mendoza o Kafka se pasean por sus páginas dejándonos reflexiones y anécdotas que harán disfrutar a cualquier amante de la Literatura y sus mundos paralelos. Deslindar qué es puramente autobiográfico y qué recreación literaria, forma parte de ese juego de ironías que se nos propone desde un principio.


GWW

¡Sálvese quien pueda! - Andrés Oppenheimer

¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la robotización. Oppenheimer siempre me ha llamado la atención, si bien no he sid...