25 agosto, 2010

La espera – María Reznik

Nuestra amiga María Reznik nos envió un fragmento de su novela "La espera", que está a la venta en su página web, www.mariareznik.com, donde también se puede leer el primer capítulo de la obra y otros relatos previos.

Inicialmente estaba previsto que el tren que transporta al causante de esta feroz desbandada de mariposas en mi estómago llegara a su destino a las ocho y doce minutos. Debe pensar que todavía estoy en casa, a medio vestir. Es lógico que aún no me conozca lo suficiente para saber que, casi una hora antes de lo acordado, ya estoy en la calle, completamente acicalada y paseando en dirección a nuestro punto de encuentro. Cosas de chicas.

Sin duda alguna, hago esto porque ansío formar parte del momento en que las luces del día se disuelven, moribundas, sobre la bóveda acristalada de la vieja estación de tren. Es así como he pasado cada una de las tardes de estos últimos tres meses, recorriendo este mismo trayecto y haciendo lo imposible para que el borde del ocaso me encuentre a las puertas de ese templo de vigilia permanente. Mi anticipación se debe, ciertamente, al anhelo de presenciar cómo se deja caer la noche, lánguida y triste, sobre los muros de la terminal dos. Sobre sus intranquilos viajeros. Sobre mi ensueño.

Pero, por ser el día que es hoy, existen además razones añadidas. Debo disponer de tiempo de sobra para caminar despacio, dominando el corazón, de manera que sus latidos no logren hacer que se desboque. Necesito conservar toda la fragancia de las gotas de perfume impregnadas en la piel de mi escote, mi cuello y mis muñecas. Preciso llegar con el maquillaje impecable y la ilusión intacta. Quiero vivir con total intensidad cada fracción de segundo del tiempo que le traerá hasta aquí porque, como todo el mundo sabe, la parte más importante de un gran acontecimiento es la espera.

Muchas gracias por tu aporte María, muchos éxitos con tu obra.

¡Saludos!

18 agosto, 2010

Shakespare – Bill Bryson

Carmen Forján, autora del blog "Carmen y amig@s" (http://carmenyamigos.blogspot.com), nos ha enviado este post para que lo publiquemos también en nuestro sitio. Muchas gracias Carmen.

Cuando autores con el don de la comunicación como Bill Bryson se ponen a escribir un libro salen obras tan redondas como "Shakespeare".

Desde luego no nos sorprende esta biografía con un argumento llamativo o un increíble desenlace; todos conocemos el final, ¿verdad? Lo que cautiva es la facilidad de Bryson, con un lenguaje sencillo, conciso, ágil y ameno, y con frecuentes pinceladas de humor, para reflejar la Inglaterra de finales del siglo XVI y principios del XVII, y más concretamente el Londres al que viajó Shakespeare desde Stratford-upon-Avon, para desmontar falsas presunciones sobre la vida y obra de William Shakespeare que no parten de datos confirmados, y para dejar claro de una vez por todas, y en un obra de apenas 183 páginas, ciertos aspectos, alejándose de la literatura que en torno al dramaturgo-poeta-actor se ha escrito en miles y miles de libros desde su fallecimiento.

El libro es una maravilla de principio a fin; aún así, me gustaría destacar algunos aspectos que, en mi opinión, lo convierten en una verdadera delicia de lectura: por un lado, los datos que ofrece sobre la vida cotidiana de la época, desde la comida, pasando por los juegos, los entretenimientos, las sanciones y castigos, hasta la vestimenta; por otro lado, la presentación de grandes autores de renombre de la época, como Marlowe, Kyd, Greene, con sus pequeñas miserias humanas... y finalmente, y en un estupendo capítulo final, las objeciones a los diversas "teorías" que niegan a Shakespeare la autoría de sus propias obras.

He aquí una pequeña selección de algunos fragmentos del libro.

Su nacimiento...

"El mundo en el que nació Shakespeare estaba falto de personal y hacía esfuerzos par conservar el que había. En 1564, la población inglesa oscilaba entre tres y cinco millones de habitantes, mucho menos que tres siglos antes, cuando las continuas epidemias de peste empezaron a cobrarse su despiadado diezmo.(...) El brote de 1564 fue brutal. En Stratford murieron al menos doscientas personas, diez veces más que lo habitual.(...) Casi podría afirmarse que el mayor logro de William Shakespeare no fue escribir "Hamlet" o los Sonetos sino, simplemente, sobrevivir a la peste."

Su nombre...

"No sabemos con certeza cuál es la grafía correcta de su apellido. Como si en ningún caso se tratase de él, de las seis firmas que dejó y se conservan no hay dos que coincidan (y así tenemos "Will Shaksp", "William Shakespe", "Wm Shakspe", "William Shakspere", "Willm Shakspere" y "William Shakspeare"; resulta curioso que no haya utilizado la única forma con la que su nombre ha pasado a la historia)."

Curiosidades de la época...

"El tabaco, que llegó a Londres un año después del nacimiento de Shakespeare, empezó siendo un lujo pero pronto cobró tal popularidad que a finales de siglo ya había en la City alrededor de siete mil expendedores. No sólo tenía un uso recreativo sino también medicinal, y estaba indicado para un sinfín de dolencias, desde enfermedades venéreas hasta la migraña e incluso el mal aliento; además, era tanta su fama como profiláctico contra la peste que se lo daban a fumar hasta a los niños. Hubo una época en la que se azotaba a los alumnos de Eton que no consumían su tabaco."

La autoría...

"Un tercer y, durante un breve período de tiempo, bastante popular candidato a la autoría shakesperiana fue Christopher Marlowe. Su edad era perfecta (era apenas dos meses mayor que Shakespeare), tenía el talento requerido y sin duda habría tenido todo el tiempo del mundo a partir de 1593, de no haber estado demasiado muerto para ocuparlo en algo, claro."

La fuente de este post es http://carmenyamigos.blogspot.com/2010/08/shakespeare-de-bill-bryson.html.

Muchas gracias Carmen.

¡Saludos!

12 agosto, 2010

Los Estados Desunidos de Latinoamérica – Andrés Oppenheimer

Andrés Oppenheimer, desde su privilegiado observatorio de The Miami Herald, nos ofrece en este cuaderno de bitácora una visión impresionista y muy contrastada de la realidad política, económica y social latinoamericana que nos ayudará a reflexionar y a debatir sobre los acuciantes temas de nuestro devenir.

El continente americano –en estos momentos- parece una región de estados "todos contra todos". A las seculares disputas de fronteras se han sumado preocupantes vientos de guerra que solo pueden traer inconmensurables gastos militares y calamidades por doquier.

La desunión de las Américas, que a veces a dado lugar a situaciones chuscas y aún divertidas, no hace más que frenar el crecimiento económico y condenar a la pobreza a comunidades ingentes.

Por muy absurdo que sea, no es infrecuente que un país se vea obligado a comprar mercancías básicas a miles de kilómetros, mientras tenga que buscar clientes transcontinentales. Es aún más obsceno que, entretanto, los dirigentes de las naciones latinoamericanas se llenen la boca de palabras de grandilocuencia y falsa fraternidad.

Cuando se habla ya de poscrisis global, es hora de vencer lo que el autor llama "la ceguera periférica" de los países latinoamericanos y seguir el exitoso ejemplo de los asiáticos que, gracias a la continuidad de políticas económicas y a la globalización, han logrado reducir la pobreza a niveles sin precedentes. Seguir culpando al "imperialismo yanqui" de Estados Unidos y al "colonialismo español" del atraso social, no es más que una excusa para ocultar los fracasos propios, o una forma maliciosa e interesada de tratar de perpetuarse en el poder.

Esta recopilación de artículos publicados desde 2006 hasta mediados del 2009 no tiene desperdicio para la reflexión. Se trata de una obra que desde su concepto (por el hecho de consistir en las columnas que el autor publicó en distintos momentos) parecen ser el raconto de sucesos que explican el por qué de muchas cosas que nos plantemos quienes vivimos en Latinoamérica y nos ayudan a comprender y conectar eventos que parecen no tener relación.

Un muy buen libro de actualidad y economía política que te recomendamos leer antes de que pierda vigencia por el paso del tiempo.

¡Saludos!

¡Sálvese quien pueda! - Andrés Oppenheimer

¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la robotización. Oppenheimer siempre me ha llamado la atención, si bien no he sid...