11 julio, 2012

NAVEGANDO HACIA EL NORTE


LAS RUTAS DEL NORTE
JAVIER TAZÓN RUESCAS

Ed. Kattigara, 2011

Esta obra es una variada combinación de aventuras marineras, historia, geografía, y biografía. Pero, ante todo es una novela. Y no sólo por la forma, sino porque mezcla, como en una marmita cociendo diversos ingredientes, ficción con realidad. En la vida de Juan de la Cosa hay etapas más bien oscuras, como son los años de infancia y juventud, adiestramiento y primeros viajes. Imaginar esos años es el tema de la presente novela.
Juan de la Cosa, como es bien conocido, fue el cartógrafo que dibujó el primer mapamundi conservado en el que aparece el continente americano, en 1500. Pero no sólo fue cartógrafo, sino que aunó esa facultad suya para el dibujo con la llamada del mar. Proveniente de familia de navegantes y constructores de barcos,  este santoñés universal  salta a la historia al acompañar a Colón y a Ojeda en sus viajes trasatlánticos.  Esa parte de su vida es narrada por el autor de este libro en una novela anterior, El cartógrafo de la reina (2010). Ambas tienen la forma de unas memorias, en las que el cartógrafo y al final su escribano, López de Haro, dan cuenta de la vida y aventuras de este personaje. 

Pero antes de esos viajes, realizó otros, acompañando a los balleneros cántabros por las rutas gélidas y oscuras del gran Norte. Javier Tazón imagina y describe esos viajes, como describe la educación del joven Juan, el escenario donde vive sus primeros años y la familia que lo rodea y acoge, así como las familias enemistadas con la suya ―las luchas de poder―y los problemas que derivan de esas rivalidades. Aprovecha en esta narración el autor, para explayarse sobre un tema que quizás sea poco conocido  para los que no vivimos en la cornisa cantábrica.
Que dispongamos de pocos datos no quiere decir que no los hubiera, o los haya. Los navegantes cántabros y vizcaínos, así como los gallegos, han sido los que tradicionalmente  han recorrido las rutas del Norte: Irlanda, Islandia, Terranova…en busca de bacalao y de ballenas, principalmente. Y el comercio con todas esas tierras nórdicas. Pues bien, de todos esos viajes, las leyendas y la realidad, lo imaginado y lo vivido, es de lo que nos habla el autor, poniéndolo en  boca del propio Juan de la Cosa. Imagina además, su infancia, las luchas entre las familias eminentes en Santoña, ciudad natal del protagonista, la terrible muerte del  padre, las actividades del abuelo, que se ocupa de la formación del futuro cartógrafo y navegante. Todo ello, como aclara el autor en una nota final, está novelado como bien pudiera haber sucedido, mezclando personajes reales pero sin constancia de la relación directa con el joven De la Cosa.

Conocemos así a los amigos de infancia y primera juventud, al inseparable Fernán de Castro; los primeros amores, el origen del nombre Marigalante, que será el del barco que le llevará con Colón a las Américas años después, aunque rebautizado como Santa María, para evitar connotaciones peligrosas. Sus primeros tutores, la enseñanza que recibió del fraile Pere Furnet, fraile de origen judío balear y vida borrascosa, que además de franciscano será confidente y espía a las órdenes de Isabel la Católica. Los marinos que le acompañan en los primeros tanteos en la mar: Chachu de Lequeitio, Bocanegra, Salvador Cachupín, (pariente de su esposa, Juana del Corral) Ojobreca, Pintalacola, etc. Nombres y sobrenombres curiosos y llamativos, de personajes que le siguen y participan de sus aventuras en los mares del Norte. La navegación hacia Terranova, la caza de las  ballenas, la descripción de los geiseres de Islandia, de los iglúes esquimales, de los acantilados de las tierras del otro lado del Mar Tenebroso…Y por otro lado, las intrigas políticas, con el fondo de la lucha por el poder entre los Trastámara, y a menor nivel, la lucha de las grandes familias norteñas entre sí; todo ello constituye parte de esta novela, lo que la hace atractiva y muy entretenida.

Contada a modo casi de lectura juvenil, muy directa, sin complicaciones, sin engorrosas digresiones demasiado técnicas, que a veces distraen en exceso, novela de aventuras y acción ante todo, pero con un marco histórico real y con personajes reales, a los que Tazón  da vida y movimiento. Avanza la idea general de que todo el proceso del descubrimiento, que a veces se enseña como centralizado en una o dos figuras emblemáticas, no es sino el resultado de un conjunto de exploraciones previas, de ignotos protagonistas que abren camino a otros que lo aprovechan y perfeccionan. La tradicional pesca de altura cántabra formó a muchos navegantes, y originó muchas rutas que Juan de la Cosa plasmó en líneas y dibujos sobre pergamino, concentrando todos sus conocimientos en una imagen –bellísima, por cierto, a nuestra disposición en el Museo Naval de Madrid― del mundo conocido: el mapamundi.

Javier Tazón Ruescas  (Santander, 1953) es abogado y escritor, muy interesado en el mundo de la gastronomía, sobre el que versa su primer libro. Después ha llevado su atención a la historia, a los personajes que salieron de Cantabria, lo que le ha llevado a la vida de Juan de la Cosa, sobre el que ya publicó El cartógrafo de la reina en 2010.


Ariodante

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