16 junio, 2012

RELATOS CON LIMONADA


LIMONES DULCES
MARIAN TORREJÓN
Prólogo Fernando Iwasaki
Ed. Certeza, 2012
La autora presenta catorce relatos entre los que, si hubiera que buscar un eje común, este sería el de su actualidad. Los temas son, pues, muy actuales, incluso aquellos en que la memoria es la que juega un papel principal, y por tanto el pasado. Pero es un pasado muy reciente, en el que podemos reconocernos, en general; si no en todos, al menos reconocer situaciones que hemos conocido de cerca, en carne propia o ajena. Y esas incursiones en el pasado, esa relación pasado-presente, es remarcada por la autora en muchos de los relatos. «Los cuentos de Marian Torrejón narran el estupor―nos dice Iwasaki en el prólogo―, la turbación y el desasosiego que conllevan esas irrupciones del pasado, las epifanías de la memoria y los sentimientos que uno creía soterrados». 

Nostálgicos unos, divertidos y humorísticos otros, profundamente emotivos algunos, inquietante y con un toque onírico alguno. En conjunto, Torrejón nos ofrece una amplia perspectiva del mundo humano que nos rodea; de situaciones muy habituales, presentadas de un modo muy sobrio, y atractivo, sin barroquismos, pero ameno, variado y que nos incita a seguir leyendo. De prosa ágil y correcta, distribuye leves pinceladas de poesía y emotividad.
Limones dulces es una contraposición con la que simbolizar ese poso ácido que en toda actividad vital siempre queda, ese recordatorio de que nada ni nadie es perfecto, y el hecho de que haya utilizado el título del primer relato para abarcar el conjunto parece que sea casual. Hay unas gotas de acidez en estos relatos, acidez realista, diría yo. Y asimismo, unas cucharadas de azúcar que nos hacen llevadero el fuerte sabor del limón.

El primer relato mira hacia el pasado: la adolescencia, los primeros encuentros con el amor, los vaivenes de la vida juvenil. El fajín del general y Kaputt son dos relatos nostálgicos, que recrean con mirada amable la situación cotidiana de la vejez, las rutinas e incluso los cambios imprevistos, dándole un matiz levemente jocoso, o entrañable, dentro del dramatismo que supone el invierno de unas vidas en su etapa de decadencia. Esto no es nada y Dos salas son textos francamente dramáticos y tremendos, sobre todo el primero, que al menos a mí me ha causado honda impresión y empatía; situaciones críticas y vividas cotidianamente por mucha gente, que nos pueden pasar a cualquiera o que todos hemos vivido alguna vez: enfermedad, hospitales, muerte o vida.

Crisis, Llámame Seve, se mueven en el mundo de los problemas laborales con un cierto regusto entre sarcástico e irónico; Juntos y Fancy? Son sátiras hilarantes de relaciones amorosas algo conflictivas; El pez muerto deja una sensación amarga; inquietante y perturbador es El cuadro, que plantea una posibilidad de mundos paralelos, simulacros y dobles personalidades. Con un elefante, imposible es un texto onírico, una especie de pesadilla; Sesión de terapia es una intriga psicológica muy bien llevada, un juego en el que los papeles van mudando de sitio hasta ocupar unos el lugar de los otros.
Cierra el libro El cuaderno esmeralda, en el que evoca una impresión infantil guardada en el olvido durante años y que resurge inesperadamente ante un objeto aparentemente inocente. Un conjunto de narraciones cuya lectura entre líneas, nos deja la impresión de que hay mucho más de lo que aparece, de que se nos dice mucho más de lo que leemos. Sensaciones, clima emocional, recreaciones de un espacio-tiempo mental  se aúnan para mantenernos atentos a una lectura amena y reflexiva.
Como ella misma se autodefine en su blog, la escritora valenciana Marian Torrejón, es licenciada en Económicas, pero con más inclinación por los cuentos que por las cuentas. En su haber tiene varios premios literarios: accésit como Finalista en los Premios del Tren 2008 y el Premio de Cuento Ciudad de Tudela 2009, entre otros.


Ariodante


Ficha técnica:
Título: Limones dulces
Autora: Marian Torrejón
Editorial: Certeza, 2012
98 páginas

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